Institut Marquès, reproducción asistida casi desde casa

La innovación es una parte esencial de la clínica, a la que se ha incorporado la cuarta generación familiar y que completa más de 3.000 tratamientos anuales en Barcelona

La doctora Marisa López Teijón, directora de la clínica de reproducció asistida Instituto Marcòs | Cedida La doctora Marisa López Teijón, directora de la clínica de reproducció asistida Instituto Marcòs | Cedida

"Ya tenemos el telesemen y el teleembrión; sólo falta la reproducción asistida desde casa". Si una cosa intenta la clínica Institut Marquès es adaptarse a los nuevos tiempos y lo hacen a través de la innovación. Hace 97 años, el ginecólogo Vicens Marquès la fundó en Barcelona; ahora, la cuarta generación de la familia ya ha empezado a trabajar y tienen dos centros en Irlanda, uno en el Reino Unido y dos en Italia, además de las sedes de Barcelona y Sabadell. En la capital catalana, cada año hacen más de 3.000 tratamientos de reproducción asistida. El coronavirus ha afectado al negocio, pero el reto de los Marquès no ha cambiado: hacer el proceso de quedarse embarazada lo más sencillo posible y llegar al 100% de efectividad en los tratamientos.

La actual directora, Marisa López-Teijón, se sorprende de cómo ha evolucionado el sector desde que ella empezó a trabajar: "No creía que mis nietos vieran nunca funcionar un embrión congelado... ¡Imagínate!". La doctora ha liderado una etapa al frente del Institut marcada por la innovación y la internacionalización de la compañía. "La innovación es una forma de ser basada en el inconformismo; en nuestro caso es constante y muy fácil", asegura. ¿Cómo se hace?

A pesar de que hay un equipo de personas de la plantilla que se dedica a ello, la directora de la clínica siempre ha querido encargarse personalmente de la innovación. Plantearse el porqué de convenciones establecidas es buena parte de su tarea, y López-Teijón lo explica con un par de ejemplos: "Hemos patentado un método para que los hombres congelen el semen en casa y nos lo envíen, el freezekit, y también hemos empezado a enviar muestras a otros centros de semen liofilizado, en polvo".

Uno de los hitos que más destacan de la etapa que lleva la doctora al frente de la empresa es el lanzamiento del Babypod, un altavoz intravaginal para estimular a los fetos a través de la música. La investigación sobre cómo la música puede mejorar la fecundación in vitro les ha valido algún reconocimiento internacional.

El coronavirus ha obligado al Institut Marquès a aplicar un ERTE a parte de los 150 trabajadores que tiene, puesto que muchos pacientes son extranjeros

Pero la tecnología también se utiliza para acercar más a los padres al proceso de la reproducción asistida. Uno de los cambios que ha visto López-Teijón a lo largo de su carrera es en el papel del hombre, pero también en el de la mujer. A pesar de que avisa que "los roles todavía están muy marcados", añade que ahora "la maternidad es un derecho, no una obligación". Además, "antes los hombres no venían a la clínica ni aceptaban que ellos eran parte del problema de la esterilidad, uno me intentó echar por la ventana cuando le dije que sus espermatozoides no estaban bien; ahora, el hombre reclama la paternidad como un proyecto personal".

Para conseguirlo, hace falta implicación, y el Institut Marquès quiere dar a sus pacientes todas las herramientas necesarias. A través del teléfono móvil, los pacientes pueden ver cómo va evolucionando su embrión. Es una herramienta que han denominado Embryoscope, una incubadora con cámara incorporada.

Sin 'baby boom'

El coronavirus ha obligado al Institut Marquès a aplicar un ERTE a parte de su plantilla, que todavía dura. Muchos de sus pacientes provienen de otros países para hacerse tratamientos de reproducción asistida. En su programa de adopción de embriones, por ejemplo, han participado mujeres de más de 124 países diferentes. De hecho, la doctora se autoproclama la inventora del concepto turismo reproductivo, a pesar de que no le gusta. Las limitaciones de la movilidad y las cuarentenas que todavía están vigentes, sin embargo, no lo permiten ahora mismo. Aún así, López-Teijón cree que la incertidumbre y la crisis económica echan atrás a muchas personas que pensaban ser padres pronto.

La seu de l'Institut Marquès a Barcelona | Cedida

La sede del Institut Marquès en Barcelona | Cedida

Pese a las circunstancias adversas, la actividad no ha parado. Según López-Teijón, uno de sus principales objetivos como directora del Institut Marquès es que los 150 trabajadores que forman parte de él sean felices en el trabajo. "Cuando alguien me dice que los pacientes tienen que salir felices de la clínica yo les digo que a mí lo que me importa es la felicidad de los trabajadores; si nosotros estamos felices, el resto viene solo", afirma. Una de las claves para que sea así, considera, es la filosofía de la compañía.

"Nuestro reto es sobrevivir en un mundo cutre en el que las clínicas controladas por capital riesgo vienen a reducir gastos y mentir en los resultados", dice Marisa López-Teijón. "La esterilidad es una enfermedad" y, como consecuencia, rechaza firmemente cualquier frivolización: "Nunca me ha venido una persona y me ha dicho 'quiero un niño rubio'". Defiende, en contra, el modelo de empresa familiar de la que prefiere no revelar los datos económicos.

El secreto por haber llegado a la cuarta generación es, antes que nada, "la suerte de que tus hijos sean igual de válidos que tú". Borja Marquès, su hijo y del doctor Leonardo Marquès, su exmarido, "mamó la ética desde que era pequeño y, por suerte, ha tenido vocación". La situación actual hace que no tenga la expansión en la cabeza de cara al futuro. La continuidad de la empresa familiar, sin embargo, está asegurada.

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