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Jordi Bertomeu, ninguno del baloncesto europeo

La Euroliga ha sido noticia fuera de temporada por la selección de Milà como sede de la cercana Final Four y por la inclusión de los equipos de la competición en el videojuego NBA 2k14

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05 de Julio de 2013
Act. 03 de Abril de 2014
Ya con la temporada acabada, la Euroliga de baloncesto continúa copando titulares a los diarios deportivos. En este caso, por la adjudicación de la sede de la cercana Final Four, que se jugará a Milà, y por el acuerdo con la compañía de videojuegos 2k Games para incluir un total de catorce equipos de en el mundialmente exitós NBA 2k14. Los dos movimientos van la línea que la cabeza del baloncesto europeo, Jordi Bertomeu, marca desde su llegada a Euroleague en 2000: expansión del producto y fortalecimiento de la marca.

Porque la aparición del logotipo del Euroleague Basketball en un videojuego colocó más de 4,5 millones de copias en su última edición no sólo cumple los deseos de miles de forofos europeos, sino que es una magnífica oportunidad para dar a conocer la competición –y, de rechazo, sus patrocinadores- en todo el mundo. "Con este acuerdo podremos acercar la acción a los forofos y será la propia comunidad de jugadores los que marcará el inicio de su propia Euroliga", comentaba el presidente de Euroleague Basketball el día de la presentación.

Ruptura y renovación
Jordi Bertomeu es el máximo representante del baloncesto europeo desde hace 13 años. Licenciado en derecho por la UB, se fogueó durante dos décadas en lugares de responsabilidad de la ACB, hasta que en 2000 da el salto al ámbito continental. Pero la suya llega se produce en el momento más convulso. Con los equipos españoles, griegos e italianos enfrentados a la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) por el funcionamiento arcaico de la antigua Copa de Europa y por los exiguos ingresos que generaba, Euroleague coge el reto de crear una nueva competición atractiva por la televisión y los patrocinadores.

El criterio de Bertomeu para impulsar la nueva copa de Europa era clara: unir a los criterios deportivos con la concesión de licencias que prácticamente garantiza que año tras año participen en la competición los clubes más importantes, aquellos que atraen patrocinadores y dan valor a los contratos televisivos. En paralelo, es frecuente ver partidos de pretemporada entre equipos Euroliga y NBA . El resultado es una competición que se puede ver a casi 200 países y con una audiencia total de 800 millones de telespectadors.

Una piedra al zapato
Pero los 13 años de Bertomeu al frente del baloncesto europeo han dado por muchas críticas de los que denuncian la desaparición de criterios deportivos para establecer los participantes en la máxima competición europea y también de los que creen que la Euroliga todavía no ha conquistado los grandes mercados. Porque el cierto es que al baloncesto europeo todavía no cuenta con ningún gran equipo en el eje Londres-Berlín-París. Ni siquiera Roma o Milà aportan mucho nombre a la competición. Para empezar a solucionar el problema, Bertomeu adjudicó la Final Four de 2013 y de 2014 a la capital británica. "Ir a Londres es ayudar a hacer crecer el baloncesto en aquel mercado, y por eso traeremos la Final Four dos años consecutivos, como nunca antes habíamos hecho". El resultado, un espectáculo igual de vibrante en la pista como frío en las gradas. El organismo se ha escudado en la incompatibilidad de datos con el O2 Arena londinense para repetir la Final Four 2014 para anular el acuerdo y traer el acontecimiento a Milà. Otro gran mercado en el que Bertomeu trae años trabajando para clavar la bandera de la Euroleague.