Kidalos, el Netflix de los juguetes

¿Y si en vez de llenar la casa de juguetes encontráramos la manera de tener siempre algunos nuevos?

Vanesa y Andrea Enríquez, fundadoras de Kidalos | Cedida Vanesa y Andrea Enríquez, fundadoras de Kidalos | Cedida

Cuando éramos pequeños, los regalos más típicos que se le ocurrían a cualquiera que nos viniera a ver eran o ropa o juguetes. Navidades, cumpleaños, Reyes, santos o simplemente algo bien hecho era la excusa perfecta para regalar cualquier juguete a un niño o niña. El resultado de estas acciones inofensivas acababan convirtiéndose en un montón de juegos sin utilizar guardados en un armario; objetos que habían servido el tiempo suficiente para que el niño o niña se aburriera, pero que seguían estando en perfectas condiciones. Hoy en día, la sociedad es más consciente de esta actitud consumista y cada vez más empresas nacen para combatir este modelo. Es el caso de Kidalos, una startup que, con la colaboración de Barcelona Activa, ha creado una plataforma digital de alquiler de juguetes.

"El tiempo de vida que tiene un juguete en manos de un niño es de tres meses aproximadamente", explica Vanesa Enríquez, cofundadora de la compañía, que junto con su hermana Andrea Enríquez, decidieron adentrarse en el mundo de los juguetes para "democratizar su uso", tal como describen ellas mismas. Así pues, Kidalos es una empresa que lucha contra la conciencia consumista y tiene el objetivo de demostrar que "puedes conseguir estímulos constantes sin necesidad de comprar".

La compañía tiene un catálogo de juguetes para niños desde uno a siete años y a pesar de que el proyecto todavía está en una fase inicial, una veintena de familias y dos escuelas se han sumado a la iniciativa de compartir juguetes: "En nuestro caso no funciona el factor sorpresa, las familias necesitan saber lo que compran para sus hijos", explica Enríquez. Así pues, la plataforma elige los juguetes que quiere anunciar dependiendo de los criterios propios de la empresa: "Tenemos claro que buscamos juguetes sin género, sostenibles y screen free [sin pantallas]", describen las fundadoras.

Enríquez: "Nosotros trabajamos para cambiar este vínculo que tenemos desde pequeños con los juegos u objetos"

Una vez la familia elige el juguete que quiere utilizar, se le envía a casa por el periodo de dos meses y pasado este tiempo, un repartidor se lo lleva para revisarlo y devolverlo al círculo para que otra familia lo pueda obtener durante el mismo periodo de tiempo: "Nosotros trabajamos para cambiar este vínculo que tenemos desde pequeños con los juegos u objetos", reflexionan las cofundadoras, y también recuerdan que "muchas veces es más positivo enseñar que una vez acabada su función puede seguir disfrutándola otro niño", expresan.

¿Comprar o compartir?

Kidalos no tiene una opción para comprar, porque tal como explica Enríquez, "no es el objetivo de la empresa". Aun así, en algún caso excepcional los usuarios han podido quedarse el juguete a un precio inferior el que hay en el mercado: "También hemos descubierto que la vida de un juguete oscila entre el año y el año y medio, así que pasado este tiempo nos podemos plantear si alguna familia quiere comprar el producto", explican las cofundadoras de la compañía.

Además, también preparan su entrada en el mundo de las empresas, como por ejemplo escuelas o centros para niños en los que las etapas de crecimiento son mucho más rápidas y se necesita constantemente encontrar género nuevo: "Queremos ser un referente del sector", sonríen las germanas Enríquez.

La vida del juguete

Esta plataforma tiene dos vías para obtener los juguetes. Una de las principales es a través de los proveedores locales, puesto que todos los juegos de la compañía están hechos de manera artesanal y sin producción en masa: "También tenemos claro que queremos visibilizar el talento del comercio local y de proximidad", aseguran las cofundadoras. De este modo, consiguen "juguetes únicos y de más valor", afirman. La otra línea de obtención son los propios usuarios de la plataforma que pueden vender los juguetes que ya no necesitan, "siempre que pasen un filtro de calidad y tengan los requisitos necesarios", aclara Enríquez.

Enríquez: "En un año, queremos tener un servicio de recogida de juguetes para asegurarnos de cerrar el círculo"

Aun así, Kidalos también tiene el objetivo de la sostenibilidad y la economía circular entre ceja y ceja. Por eso, están empezando a crear una línea de juguetes de su propia marca que estén hechos de juegos o piezas de otros juguetes que ya no servían: "En un año, queremos tener un servicio de recogida de juguetes para asegurarnos de cerrar el círculo", describen las cofundadoras de la compañía.

La compañía ha tenido una buena acogida y ya está preparando su primera ronda de financiación para finales de año. La economía circular y sostenible es el futuro y cada vez más empresas luchan para que los modelos de consumo mejoren y se modernicen y Kidalos es un ejemplo de ello, porque tal como recuerdan sus cofundadoras: "Hemos venido a cambiar las reglas del juego".

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