Kriskadecor, los decoradores que han llegado a Hollywood

Las cortinas de la empresa montblanquina cuelgan de las sedes de multinacionales como Google o Paypal y han participado, incluso, a la ceremonia de los Òscars

Poco se podía imaginar Josep Maria Sans Amill que su idea de cortinas de cadenas metálicas se convertiría, tres generaciones más tarde, en un objeto de decoración e interiorismo preciado en todo el mundo. Grandes empresas como Google o Paypal, hoteles, teatros y restaurantes de los Estados Unidos, el Japón, Rusia o Suráfrica han incorporado este elemento dentro de sus locales, ya sea para decorar o para separar espacios. Así es como una empresa familiar nacida en 1926 en Montblanc, en la Conca de Barberà, se ha convertido en una firma de alcance internacional.

Todo va empezar cuando Sans Amill, que trabajaba haciendo cadenas de hierro, tuvo la idea de hacer cortinas metálicas. A los años 60, su hijo Josep Maria Sans Folch empezó a hacer estas cortinas con pequeñas mallas de aluminio anoditzat, un auténtico tejido metálico ligero y versátil, que permite teñirlas de colores y adaptarlas a varias necesidades. A principios del año 2000, con una nueva generación al frente, la compañía creció con Kriskadecor, la división de decoración e interiorismo de Josep Maria Sans Amill SANO.

Desde entonces, el nombre de Kriskadecor se asocia a las cortinas de cadena que decoran los llamados espacios contract –espacios pensados para el público- de todo el mundo. "Nosotros ya empezamos a exportar a los años 60, pero con la creación de Kriskadecor nos hemos hecho más globales", explica el director comercial de la compañía, Josep Maria Sans Esplugues. Actualmente, facturan alrededor de dos millones de euros anuales.

Un momento de la ceremonia de los Oscars 2004.

Los productos de Kriskadecor se han visto al escenario de la ceremonia de los Oscars del 2004 y cubriendo el pabellón de Ecuador al Expo Internacional de Milà celebrada el año pasado. Estos son dos ejemplos de los usos de estos tejido metálico que va mucho más allá de aquellas cortinas de cadena por las puertas que se popularizaron a partir de los años 60.

"Nosotros nos ponemos al servicio de arquitectos e interioristes", explica Sans sobre el funcionamiento de Kriskadecor, compañía que se encarga de desarrollar las soluciones que mejor funcionarán en el diseño previsto. Soluciones que pueden ser desde la cortina estándar hasta un producto totalmente personalizado.

Una delegación en los Estados Unidos
Kriskadecor acaba de abrir una sede en el estado de Arizona, desde donde la compañía podrá mejorar su implantación en los Estados Unidos, donde cuentan con clientes como Venetian, Cosmopolitan, Calvin Klein, Hard Rock Cafe, Novotel u hotel W. La sede americana de Kriskadecor ocupa un espacio de más de 1.000 m2 y un equipo de cuatro personas centradas en las áreas comercial, producción y diseño, suministro de stocks y distribución logística para clientes. En la sede de Montblanc, por otro lado, son una veintena de personas.

"Esto nos permitirá consolidar nuestra presencia en los Estados Unidos, que es un mercado muy potente y que al mismo tiempo también te abre puertas a otros países", explica Sans. Junto a sus hermanos Cristina y Matías Sans representa la tercera generación de esta empresa familiar que ha sabido diversificar sus productos y servicios, ofreciendo cortinas con diseños personalizados, pantallas para sistemas de iluminación y estructuras fijas y móviles que permiten crear ambientes y decorar paredes y techos.

La separación de las cadenas crea espacios diferenciados. Kriskadecor

Pero la internacionalización de Kriskadecor no se acaba en Arizona, puesto que el 70% de su facturación proviene de mercados exteriores. El año 2015 la compañía empezó a trabajar en el Japón y ya prepara nuevas misiones en Corea e Irán. "Nosotros tenemos un producto nicho, tenemos que buscar nuevos nichos de mercado", explica el director comercial. Y entre los proyectos de futuro, no descartan potenciar su departamento de innovación y desarrollo y "investigar nuevos materiales", según dice Sans.
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