La Fragua, la estrategia de una empresa familiar

206 años después de su fundación, el 'holding' catalán líder en la producción de cocer funciona como un reloj gracias a un protocolo interno que regula el papel de socios y herederos

"No hablamos de negocios a la mesa", afirma en un momento del Padrino (Francis Ford Coppola, 1972) el personaje que interpreta el actor James Caan. Por respeto o por estrategia, la filosofía de la familia de Don Corleone, que trabajaba unida fossi qué fossi el asunto que se traía entre manso, es una de las filosofías más efectivas para hacer perecederas los negocios familiares. Una máxima que esta semana, cuando se celebra el II Congreso Internacional Familia y Sociedad en Barcelona muchas empresas catalanas tendrán presente.

Y con idéntica obsesión para evitar los roces personales, y desde la perseverancia y confianza en la familia, trabaja La Fragua, empresa catalana alejada de los aires cinéfilos y muy ligada a la realidad empresarial catalana. Una organización honesta y transparente, con mucha historia que, sus gestores actuales, la familia Fisas Armengol, proyecta alargar durante mucho tiempo con el mismo éxito consolidado. De este modo lo explica Ferran Fisas, copropietario de La Fragua Group, en una de las sesiones organizadas recientemente por Esade Alumni Empresa Familiar.

"Estamos forjando a los futuros accionistas y consejeros de La Fragua", afirma Fisas, quien también es portavoz de su Consejo de Familia, un organismo creado ex professo para asegurar la continuidad de un proyecto familiar sólido, desarrollado en paralelo a la familia gestora.

La Fragua cuenta con 206 años de historia, pero no fue hasta el año 1980 cuando la estirpe Fisas Armengol se puso a su capdavant. "A mi padre le encargaron su cierre pero el vínculo emocional que tenía con la fábrica, por donde pasaba a menudo, no se lo permitió", relata Fisas. La planta a la cual hace referencia está situada en Les Masies de Voltregà (Osona), suyo principal de este holding.

Un complejo proceso interno
Fue a partir de aquí cuando la cabeza de familia, Vicente Fisas, le encargó la gestión a su yerno, Oriol Guixà, actual consejero delegado. Actualmente, sólo dos personas de la familia trabajan. Guixà, ningún visible de la empresa, y su hija, Inka Guixà, quién es actualmente la directora general de expansión de la compañía y, según Fisas, se perfila como la futura líder de l'emprendida. "La nuestra es una empresa muy compleja desde el punto de vista de la empresa familiar. Por eso tenemos una metodología propia llamada 'Pla Estratégico Familiar' que estructura las relaciones", explica Fisas.

La originalidad de crear una 'hoja de ruta' por la gestión de la corporación es por el grupo una garantía: la empresa tiene que pervivir por encima de vínculos y descendentes que forman proyectos de vida propios. Familias diferentes, en definitiva. Las discrepancias no caben en su filosofía por eso máximas como "la familia lo tiene muy complicado para trabajar en la empresa" o "la familia política no puede trabajar a la empresa" están al código interno de la corporación, porque su clave de futuro es "estimar la empresa, por encima de todo", apunta Fisas.

Herencia que se tiene que ganar
Incluso hace un tiempo instauraron unos Comités de Consortes para otorgar un papel y dar un espacio a las parejas de los herederos de la empujada. Ellos sólo se encargan de tareas de representación, sin ningún tipo de autoridad. Por eso, porque valoran el patrimonio y desean su pervivencia, entrar a formar parte de la empresa no es fácil ni para los mismos propietarios. "Para poder trabajar tiene que ser la empresa la que pida tu talento", explica Fisas. Es decir, que el talento, el buen hacer, es la única razón para participar enla empresa familiar, al contrario de la creencia popular instaurada arran décimas de proyectos empresariales familiares marcadas.

A La Fragua, el proceso se inicia con la propuesta por parte de la corporación al Consejo de Familia, que lo debate y que si lo aprueba, lo pasará al Comité de Nombramientos. Este está compuesto por tres personas ajenas a la empresa y a la familia: un ingeniero, un abogado y una psicóloga que supervisarán el plan de carrera de la nueva incorporación.

La Fundación La Fragua
Y es que la herencia que recibirán las futuras generaciones no es cualquier cosa: según cifras de la empresa, el 2013 La Fragua Group ha ocupado 283 trabajadores y estos días se ha conocido que el 2013 ha facturado 905,1 millones de euros.

Además, dispone de una importante presencia internacional que suma tres plantas productivas al Estado español (La Fragua Lacambra, La Fragua Tubo y La Fragua Rod); una en la China (Ganzhou Jiangwu La Fragua), otra en los Estados Unidos (SDI La Fragua), además de un centro de distribución de tubos de cocer en Francia (La Fragua Tubo France).

" Oriol Guixà ya nos dijo que ahora seríamos aquí. Facturamos más de 1.000 millones, estamos en el extranjero... pero Oriol nos ha prometido que de aquí a 10 años seremos cinco veces más grande. Y cuando nos explicó esto, pensamos que algo teníamos que hacer...". La solución ha sido encorsetar una empresa familiar para asegurar que funcione, todo y la familia. Y parece que lo han conseguido.
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