Terrazas de bar con sillas plegables de madera y lona con un logotipo de Estrella Damm detrás. Quedan lejos los años en que las cerveseres regalaban sillas de plástico. Aquellas sillas han quedado sustituidas por las de tipos director que fabrica Sillas Menorca, una empresa familiar con fábrica en Ferreries que produce la conocida silla menorquina. Con una facturación anual de 1,5 millones de euros y una plantilla mediana de 25 personas, ya exporta su producto fuera de la isla y la Península.
Jaume Gelabert es el gerente de Sillas Menorca, la empresa dedicada a la fabricación de esta icónica silla típica de la isla. La silla menorquina, también conocida como silla director o, según su nombre registrado, "coca rubia", es un tipo de silla con orígenes en los años 1920, cuando se empieza a fabricar de manera artesanal en Ciutadella.
La nave de Sillas Menorca en el polígono de Ferreries | Cedida
El origen de esta compañía con fábrica al polígono de Ferreries proviene del almacén de madera del padre de Jaume que proveia los carpinteros de la isla. El porvenir hizo que una de estas carpinterías acabas formando parte de su negocio y apostaron para industrializar la producción de la coca rubia. Rondaba en 1994 y la patente de la silla se dejó de pagar, así que quedó libre. Después de que su padre intentara comprar la empresa de los poseedores de la patente y la oferta fuera declinada, entraron en el negocio.
" añadimos mejoras, tamaño y versatilidad para diferenciarla del original" con el objetivo de potenciar la comercialización: más colores y un nuevo sistema para sujetar la lona sin chinchetas.
En la trayectoria de Sillas Menorca incluso ha habido conversas con el gigante del mobiliario sueco Ikea. "Casi a los inicios nos pusimos en contacto con Ikea buscando clientes y mercados, los encantó el producto, pero nos respondieron que la silla tenía demasiada calidad por el que los buscaban", rememora. La multinacional no estaba dispuesta a vender a un precio "demasiado alto" para el público al que se dirigen. "Nos dijeron que tenía demasiada calidad por el que ellos venían", recuerda el empresario.
El portafoli de productos se amplía con algunas variaciones de la silla hecha con madera de haya riojana. Con siete tonalidades de barnís -siempre ecológicos- y 14 colores de lona, Sillas Menorca ofrece, también, varias medidas: infantil, respaldo ancho y estrecho, XXL -pensado para clientes robustos "como los alemanes, que son muy grandes", río-; y también la versión con mecedora. Así mismo también producen una mesa plegable, una hamaca y taburete, "pero siempre en versión plegable", respondiendo a la funcionalidad de la silla original.
Digitalización y cliente particular
El crecimiento vino paulatinament "con las miras puestas siempre afuera de Menorca y dar a conocer este artículo por todas partes". Islas, Península y, después, Europa. En un principio se pusieron en contacto con la industria cervesera y actualmente marcas como Damm, Mahou-San Miguel, Moritz o Curzcampo o son los principales clientes de la empresa. Estas compañías usan las sillas menorquinas con publicidad para aquellas terrazas para clientes prèmium, explica el empresario. Y precisamente Sillas Menorca es el referente en este segmento, sobre todo después de una fuerte crisis que ha arrassat con muchos de los competidores y ha reforzado esta firma.
Así mismo y con el apoyo de la Cámara de comercio de las Baleares han diseñado una estrategia para ubicar puntos de venta y planificar su expansión por Euorpa. "Para nosotros vender fuera de las islas ya es exportar, pero estamos buscando clientes fuera de España", y de hecho ya venden en Alemania, Reino Unido, Italia o Francia.
Las ventas son principalmente a través de su web o por visitantes extranjeros que la ven en su periodo de vacaciones a la isla y se interesan: "Ven la chapa que ponemos a las patas de la silla y nos contactan".
Gelabert: "Para nosotros vender fuera de las islas ya es exportar, pero estamos buscando clientes fuera de España"
Los grandes clientes cervesers representan entre un 60% y un 70% del total de la facturación de Sillas Menorca, mientras que la venta directa representa el resto. "El que voldriem es revertir esta situación, porque los márgenes comerciales de la venta directa no son los mismos", explica.
Para lograr este objetivo, Gelabert indica que desestacionalitzar el consumo "de un producto que normalmente vendemos en temporada de verano" es clave. Así, la compañía quiere dirigirse a clientes de turismo rural y de países donde el clima es más cálido para asentar el crecimiento. "El grueso de las ventas se hacen entre marzo y el septiembre" y la producción máxima oscila entre las 5.000 y 6.000 unidades al mes.
Digitalización, cliente particular y nuevos mercados son la estrategia de futuro de Sillas Menorca, una de las empresas de referencia de esta isla del Mediterráneo que busca en la industria y la manufactura una vía para desengancharse del turismo.