
Laboratorios Rubió ha invertido 14 millones de euros para ampliar su planta en Castellbisbal (Vallès Occidental). En el marco de su plan estratégico de crecimiento e internacionalización, la compañía farmacéutica, de capital familiar, prevé duplicar su capacidad productiva, pasando de los 10 millones de unidades a unos 20. Del mismo modo, se prevé ampliar en 70 personas la plantilla, que actualmente se cifra en un centenar. Este lunes se ha realizado el acto de colocación simbólica de la primera piedra de la parte ampliada, que aparte de laboratorios y dependencias administrativas también prevé la construcción de una nueva zona de aparcamiento.
La planta de Castellbisbal se inauguró en 2001, y actualmente ocupa 2.900 metros cuadrados de superficie, un espacio que se doblará cuando culmine la ampliación, en un plazo de tres años. La operación permitirá incorporar tecnología de vanguardia, nuevas áreas de I+D y procesos digitalizados que permitirán mejorar la eficiencia y la sostenibilidad de las operaciones. “Doblamos el espacio y la capacidad productiva, tenemos 10 millones de unidades fabricadas anualmente, y también la doblaremos”, ha destacado el consejero delegado de Laboratorios Rubió, Pelayo Rubió.
Modernización después de medio siglo de historia
La compañía se fundó en el año 1968 como empresa familiar y desde entonces ha experimentado un importante crecimiento, que en el año 2024 suponía una facturación de 180,8 millones de euros, un 38,5% más que en 2023. La previsión es seguir creciendo y cerrar el 2025 llegando a los 198 millones de euros. En cuanto a la actividad, la firma se ha convertido en una compañía global y diversificada. En 2024 culminó un proceso de adaptación de su nombre dependiendo de la actividad, que se reorganizó en Rubió Pharmaceuticals, para medicamentos de prescripción y dispositivos médicos; Rubió Nutraceuticals, para productos OTC de autocuidado y suplementos alimenticios; y Rubió Metabolomics, para diagnóstico no invasivo y servicios de I+D en metabolómica, con tests como OWLiver y Liposcale comercializados en Estados Unidos con la filial CIMA Sciences.
“El perfil de producto que tenemos es para enfermedades más bien minoritarias, en que la prevalencia es relativamente baja, y lo que nosotros hacemos es o bien productos que ya están en el mercado, con nuestra propia marca y que es muy similar a lo que hay en el mercado, o en la mejora de productos existentes”, explica Rubió. A la reorganización se sumó la creación en 2024 de la Unidad de Salud de la Mujer y Productos Hospitalarios, centrada en la ginecología, la salud reproductiva y el ámbito hospitalario, lo que supuso reforzar la diversificación estratégica.
En el ámbito terapéutico, la firma lidera en el tratamiento del TDAH y mantiene una posición consolidada en reumatología, nefrología, lupus, enfermedades renales crónicas y del sistema nervioso central. Su inversión en I+D se centra en la innovación incremental y en el código genético de enfermedades hepáticas y metabólicas, trabajando en colaboración con universidades y centros de investigación internacionales.