Lavaquial, las joyas exclusivas de Lleida

La joyería, ubicada ante el Ayuntamiento y dirigida por la cuarta y última generación del negocio familiar, ha sido testigo durante 127 años de los cambios de la sociedad leridana

Maria Antonieta Prats, cuarta generación de Lavaquial Maria Antonieta Prats, cuarta generación de Lavaquial

La venta online, la crisis, los cambios de costumbres y la aparición de las multinacionales. Estos son algunos de los factores que han traído al hecho que "las joyas ya no se vean como un objeto necesario". Así lo ve a Maria Antonieta Prats, propietaria de la joyería Lavaquial, situada en la calle Mayor de Lleida, justo ante la Paeria. Con 127 años de historia, Maria Antonieta, conocida como 'Nini', forma parte de la cuarta generación de la tienda familiar. Prados será la última representante de este negocio, puesto que ella no tiene descendencia que se pueda hacer cargo. "Aunque tuviera hijos, no creo que los recomendara seguir ni tampoco pienso que ellos quisieran".

Prats se siendo la última portavoz de una forma de relacionarse con el cliente y de entender el acto de regalar una joya. "Ahora ya no se asocian en los momentos importantes de la vida de una persona. Quizás sólo quedan las sortijas de compromiso por el casamiento. La gente prefiere irse de vacaciones en la India que comprar cualquier producto a una joyería". Este cambio de preferencias, unido a la irrupción de grandes cadenas comerciales, como Tiffany, Cartier o Tous, "con las que no podemos competir ni por precio ni por estructura, nos está condenando a desaparecer".

"La gente prefiere irse de vacaciones en la India que comprar cualquier producto a una joyería; los casamientos y los nacimientos son los únicos acontecimientos sociales que todavía se vinculan a la compra de joyas"

'Las mujeres arregladas'

Maria Antonieta Prats recuerda que Lavaquial, que trae abierta desde diciembre de 1890, siempre se ha identificado como un establecimiento "donde los leridanos podían asesorarse y buscar un complemento para estar más elegantes". Desde hace 30 años, en los cuales la 'Nini' está al frente de la tienda, "la elegancia no es el que era y las mujeres ya no van tan arregladas". Desde que Joan Lavaquial, fundador del negocio a finales del siglo XIX, lo traspasó a su hija Dolors, las mujeres han sido las gestoras del establecimiento. Después de Dolors vino Rosa Maria y ahora Maria Antonieta.

De aquí a cuatro años, cuando se jubile Maria Antonieta, Lavaquial no morirá del todo. Entrar a la tienda no es sólo hacer un recorrido por "joyas exclusivas y de calidad, como algunas de origen italiano que tan sólo se pueden comprar aquí". A sus paredes, todavía quedan los restos arqueológicos de un antiguo trullo de vino del siglo XV y un pasillo secreto, escondido detrás una puerta, y que comunica con el Palacio de la Paeria, suyo actual del Ayuntamiento de Lleida.

Joan Lavaquial fundó el negocio el diciembre de 1890; ahora lo gestiona Maria Antonieta Prats, cuarta generación de la tienda familiar

Los brillantes y las medalletes

"Me queda la satisfacción de haber luchado y conseguido ser un referente como joyería en Lleida". La vinculación de Lavaquial con la ciudad ha hecho que entre sus clientes habituales estén la Universitat de Lleida (UdL), Feria de Lleida o varios centros de enseñanza. Aunque ahora regalar joyas no esté de moda, Maria Antonieta Prats recuerda que hace tres décadas "nadie quería las sortijas de brillantes, mientras que ahora son uno de los productos más pedidos".

Como tienda, comenta que Lavaquial se ha ido adaptando a los cambios en las tendencias de los leridanos. "Nunca hemos perdido nuestra apuesta por la calidad y la exclusividad". Esta estrategia ha hecho que Lavaquial recibiera en 2012 el premio Ayuntamiento de Lleida al mérito cultural y un año después el reconocimiento a su trayectoria por parte del Gremio de Joyeros de Cataluña.

L'equip de Lavaquial

El equipo de Lavaquial

Los casamientos y los nacimientos son los únicos acontecimientos sociales que todavía se vinculan a la compra de joyas, tal como explica Prados. "Volvemos a vender sortijas de brillantes por los compromisos y medalletes por los bebés". En cambio, las nuevas tecnologías y los cambios en las creencias provocan que incluso los niños que llegan a hacer la comunión acaban pidiendo una mesita o un móvil como regalo.

A pesar de los nuevos tiempos y la globalización, que ha acelerado la aparición de las franquicias y las grandes marcas, Maria Antonieta Prats se muestra orgullosa del patrimonio que dejará como última propietaria de una tienda con más de 120 años de historia a la ciudad de Lleida y añade que siempre quedará el recuerdo de la recomendación que todavía siendo cuando pasea por la calle Mayor. "Esto lo encontrarás a Lavaquial".

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