
24
de Julio
de
2013
Act.
07
de Abril
de
2014
"El cava es un producto plural y de alta gama, que no se merece estar a menos de dos euros en un supermercado". La frase la recogíamos en La Cara del Día del pasado miércoles, dedicada al director de comunicación de Freixenet , Pere Bonet, pero la podría firmar el fundador de las bodegas Raventós y Blanco, Manuel Raventós. El empresario estaba destinado a comandar un gigante como Codorniu, pero optó para hacer su propio camino buscando la excelencia. Desde el pasado lunes Raventós es también el nuevo presidente del Patronato de la Fundación Esade, cogiendo el relevo de Pedro Fontana.
"Esade es una referencia de primer orden por los emprendedores del país y un activo clave por el impulso de la innovación dentro de las empresas", declaraba valorando el nombramiento. Y la innovación ha sido uno de los puntos claves en su trayectoria, a pesar de que con una visión más dirigida a mejorar los procesos que no a multiplicar la producción. Así al menos lo explicaba en una de las pocas entrevistas que ha concedido, por el digital Feedback Today. "Hay que conocer la tecnología para saberla aplicar en función de nuestros intereses; en nuestro caso, tiene que servir para conseguir un punto óptimo de calidad ".
El heredero rebelde
La historia de los Raventós se remonta en el siglo XVI, y está muy ligada a la figura de los herederos y al mundo de la viña. La familia entró al siglo XX bajo el paraguas de la marca Codorniu, todavía hoy muy relacionada con el modernismo. Nada habría sido más fácil por el empresario que seguir la línea familiar para acabar dirigiendo la marca, pero cuando llegó el momento optó para abrir un nuevo camino. "Codorniu estaba a la gama mediana y baja del cava, pero dejaba descubierta la gama alta".
Y este ha sido el objetivo de Raventós y Blanco en sus 27 años de vida. "Detrás de un buen cava hay una historia fácilmente explicable por el restaurador", argumenta. Una historia que hoy ya es también familiar, gracias a la incorporación a la empresa de su hijo Pepe Raventós, también ligado a Esade, y que garantiza la continuidad del proyecto.
"Esade es una referencia de primer orden por los emprendedores del país y un activo clave por el impulso de la innovación dentro de las empresas", declaraba valorando el nombramiento. Y la innovación ha sido uno de los puntos claves en su trayectoria, a pesar de que con una visión más dirigida a mejorar los procesos que no a multiplicar la producción. Así al menos lo explicaba en una de las pocas entrevistas que ha concedido, por el digital Feedback Today. "Hay que conocer la tecnología para saberla aplicar en función de nuestros intereses; en nuestro caso, tiene que servir para conseguir un punto óptimo de calidad ".
El heredero rebelde
La historia de los Raventós se remonta en el siglo XVI, y está muy ligada a la figura de los herederos y al mundo de la viña. La familia entró al siglo XX bajo el paraguas de la marca Codorniu, todavía hoy muy relacionada con el modernismo. Nada habría sido más fácil por el empresario que seguir la línea familiar para acabar dirigiendo la marca, pero cuando llegó el momento optó para abrir un nuevo camino. "Codorniu estaba a la gama mediana y baja del cava, pero dejaba descubierta la gama alta".
Y este ha sido el objetivo de Raventós y Blanco en sus 27 años de vida. "Detrás de un buen cava hay una historia fácilmente explicable por el restaurador", argumenta. Una historia que hoy ya es también familiar, gracias a la incorporación a la empresa de su hijo Pepe Raventós, también ligado a Esade, y que garantiza la continuidad del proyecto.