Comer fresas, melón, piña o mango cualquier mes del año y en su punto óptimo de maduración ya es posible gracias a la congelación de la fruta. La empresa Nice Fruto, con sede en el polígono agroalimentario de Mercabarna, congela las frutas y las hortalizas, que quedan preparadas por su consumo en cualquier momento. Una tecnología con proyección internacional, por la cual ya se han interesado los empresarios chinos, con quién Nice Fruto ya ha firmado un acuerdo.
De la fruta troceada a la fruta congelada
La empresa se creó en 2012 como una espín-off de la veterana Cutting's, que se dedica a la comercialización de fruta cortada y que, entre otros, sirvió las frutas y verduras que se comieron en Barcelona con motivo de los Juegos Olímpicos. "Cutting's se dedica a la comercialización de frutas y verduras de primera gama (las que tradicionalmente se venden a las fruteras) y de cuarta gama, como las ensaladas preparadas o las frutas troceadas. El resto se deriva a Nice Fruto", explica el director general de Cutting's, César Treserras. Las dos empresas han compartido hasta ahora espacio, donde Nice Fruto da trabajo a medio centenar de personas.
Nice Fruto se basa en el sistema innovador de congelar fruta desarrollado por el profesor de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), Josep Maria Nacenta. El experto asegura que "la congelación tiene mala fama en España porque años atrás se había hecho mal, se había congelado y descongelado muchas veces un mismo producto y el resultado era muy malo pero a otros países no hay este concepto y aprecian mucho, por ejemplo en los Países Nórdicos, poder comer melocotones de Calanda durante todo el año".
La empresa tiene previsto, en este sentido, comercializar este año 1.300 toneladas de melocotón de Calanda y llegar a las 2.600 toneladas el próximo año, según ha explicado su presidente José Maria Roger. Nice Fruto ya ha comercializado el melocotón pelado y troceado en Escandinavia, Inglaterra, Puerto Rico y España.
El melocotón es una de las frutas más pedidas aunque también hay otros, como la piña o el melón, que tienen mucho de éxito sobre todo a países norteños . "Tienen más experiencia en congelados y aprecian la fruta de calidad porque nosotros lo cogemos en el punto óptimo de maduración para posteriormente congelarla. Así no nos tenemos que preocupar de excedentes ni lo cogemos antes para cubrir rutas terrestres de exportación", comenta Nacenta.
La planta de Mercabarna tiene capacidad para congelar 300 kilos de fruta cada hora aunque, en momentos de mucho trabajo, se ha forzado la situación hasta los 500 y 600 kilos la hora. "La demanda ha hecho que construimos una nueva planta en Catellbisbal donde se podrán hacer unos 3.300 kilos de fruta cada hora", según Nacenta. Con la puesta en marcha de las nuevas instalaciones la empresa prevé doblar su plantilla.
Deshidratación, estabilización y ultracongelació
A estas instalaciones se puede hacer todo el procedimiento de congelación , basado en la deshidratación de la fruta en frío y la posterior congelación ultraràpida que hace que en cinco minutos la pieza quede sobrecongelada a temperaturas de entre 25 ºC y 30 ºC bajo cero. "La cuestión es sacar una pequeña parte de agua, suficiente porque el agua cuando pase en el estado sólido quepa dentro de cada célula. Deshidratar en caliente lo puede hacer todo el mundo, pero entonces se pierden sustancias volátiles cómo son los olores y la pieza puede quedar marrón. Nosotros lo hacemos mediante aire frío, porque el frío, además, ayuda a conservar", explica Nacenta.
El proceso de descongelación con la fruta es el mismo que el de cualquiera otro producto y para poder consumirlo sólo hay que sacarlo del congelador con suficiente tiempo o bien meterlo en el microondas para acelerar el proceso de descongelación.
Otra ventaja es la posibilidad de gestionar mejor los stocks, puesto que se pueden congelar y esperar el mejor momento para situarlos al mercado. De este modo, los principales clientes de la marca son los comercios que venden la fruta congelada, las empresas que trabajan en el sector del hoteleria y la restauración y los labradores que necesitan congelar sus producciones para exportarla.
Después de ocho años investigación, la puesta en marcha de la empresa tuvo un presupuesto de 3,5 millones de euros.