Oimo, un paso más cerca de hacer desaparecer el plástico

La startup que se presenta como la alternativa ecológica y sostenible del plástico

El equipo de Oimo | Cedida El equipo de Oimo | Cedida

¿Sabíais que los humanos ingerimos el equivalente a una tarjeta de crédito en plástico a la semana? Por las proporciones parece algo sin pies ni cabeza, pero es verdad que el plástico se está convirtiendo en parte de nuestra vida, de una manera poco saludable. Es por eso que la Unión Europea ha empezado a avisar a las empresas de la reducción del plástico en sus empaquetamientos y producciones, puesto que no falta mucho para que las nuevas normativas europeas prohíban el plástico prácticamente al completo. Oimo es una startup que entra en el mercado para hacer que esta desaparición del plástico sea efectiva, creando sus propios materiales degradables y sostenibles.

"Nos basamos en la filosofía del porque una cosa que utilizas cinco minutos tiene que costarle centenares de años al planeta", explica Clara Hardy, cofundadora de Oimo. Esta compañía, que se lanzará al mercado a finales de año, empezó su spinoff en el extranjero, pero escogió Barcelona para empezar a trabajar en sus prototipos. Hardy, junto con Albert Marfà y la colaboración de Barcelona Activa, han conseguido crear un sustitutivo del plástico que no solo se adapta a las necesidades de las empresas sino a sus mecanismos de producción.

Este proyecto presenta dos líneas de materiales: los rígidos y los sólidos. "Son la alternativa para el polipropileno y el polietileno de alta densidad, de los plásticos más utilizados en el empaquetamiento de muchas de las empresas y a la vez de los más contaminantes", recuerda Hardy. Así pues, la empresa está preparada para sustituir empaquetados tan cotidianos como las anillas de las latas o el film que utilizamos para envolver objetos. "Hemos diseñado un empaquetaje degradable y seguro para el planeta", añade la cofundadora.

La internacionalización es parte de su proyecto y que tienen en cartera empresas multinacionales y también compañías nacionales y locales

Además, el diseño y producción de estas alternativas al plástico, la empresa también se dedica a hacer proyectos de desarrollo para compañías que quieren deshacerse de sus plásticos y tener un consumo mucho más adecuado para el planeta: "Aparte de ser proveedores también nos encargamos de replicar las propiedades mecánicas de algunos materiales porque sean más sostenibles para algunas empresas que nos lo piden", describe Hardy. Estas dos líneas ya los han hecho ganar su primera cartera de clientes internacionales y algunas empresas que han decidido confiar en ellos para las pruebas piloto, a pesar de que no pueden desvelar nombres, Hardy describe que "la internacionalización es parte de su proyecto y que tienen en cartera empresas multinacionales y también compañías nacionales y locales".

Un paso por delante la competencia

Oimo, quiere entrar en un mercado competitivo, puesto que las normativas europeas y el nuevo crecimiento de la conciencia sobre las condiciones del planeta han hecho aparecer muchas startups que quieren ayudar en esta modernización de las empresas ya existentes. Aun así, Oimo tiene una ventaja ante su competencia y es la capacidad de adaptación que tienen sus productos. En este sentido y tal como explica Hardy, "creamos materiales que se adaptan a los procesos mecánicos de las empresas".

Por lo tanto, cuando una empresa quiere apostar por cambiar el plástico de sus procesos, Oimo entra en acción para diseñar un producto que no solo es sostenible y ecológico sino que se adapta perfectamente a la maquinaria que hace el empaquetamiento plástico. De este modo, no se tiene que cambiar toda la instalación y las compañías se ahorran gastos: "Nosotros creamos materiales sostenibles y adaptables, por lo tanto a una empresa le sale más a cuenta utilizar nuestros materiales antes de que cambiar toda la instalación, como por ejemplo pasaría si sustituyeran el plástico por cartón", describe Hardy.

Hardy: "La balanza perfecta es Barcelona"

Barcelona se ha convertido en la sede de Oimo, y de sus cinco trabajadores a tiempo completo. Aún así Catalunya no fue un destino al azar sino que la empresa descubrió que aquí había mucha producción de plástico y decidieron instalarse a Barcelona para "generar impacto", tal como explica la cofundadora. A pesar de estas noticias, el ambiente de Barcelona también les ayudó mucho a salir adelante su proyecto, puesto que el ecosistema barcelonés es muy emprendedor y hay muchas maneras de conseguir financiación.

"Catalunya y sobre todo Barcelona dan mucho apoyo a los emprendedores, pero también hay una gran red de networking que no encuentras en otros lugares", confiesa Hardy. Así pues, la capital catalana se convierte en un espacio "perfecto", puesto que alberga todo aquello que Oimo busca, eliminar el consumo de plástico y a la vez poder crecer como empresa, como describe la cofundadora: "La balanza perfecta es Barcelona".

Cada vez somos más consciente de cómo es de peligroso el plástico para nuestras vidas, pero sobre todo para el planeta. Empresas como Oimo son las encargadas de poner su granito de arena en el descubrimiento otros materiales menos nocivos y degradables para ayudar al medio ambiente, al fin y al cabo, tal como recuerda Clara Hardy: "Ya hay más de 9 millones de toneladas de plástico en el océano, si no hacemos algo, lo acabaremos perdiendo, y de océano solo hay uno".

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