¿Qué quieren ser los adolescentes de mayores? Muchos de ellos confiesan que quieren dedicarse a profesiones vinculadas al deporte y a las fuerzas de orden y seguridad, como bomberos y policías. Las chicas, en cambio, se inclinan por la enseñanza, la formación, seguida de profesiones artísticas relacionadas con el mundo digital, la moda o la medicina, según las últimas encuestas del sector de recursos humanos. También hay opciones menos convencionales como "quiero trabajar probando hoteles", "en la CIA", "vendiendo mis inventos", "cuidando a leones y tigres" o "viajar a Marte para descubrir extraterrestres".
¿Y qué sucede con la figura de emprendedor o empresario? Una vez terminada la educación obligatoria, tan sólo el 8% de ellos se involucra en nuevos negocios. Por este motivo la empresaria Immaculada Amat, presidenta del Consejo de Administración de Amat Immobiliaris, forma parte del programa Escuela y Empresa de Femcat (Fundació d'Empresaris de Catalunya) y se adentra en un instituto barcelonés con una hora por delante para contar el rol del empresario y compartir su experiencia. Lo importante: desmentir mitos.
Silencio, visión empoderada y mucho más
"Buenas tardes. Soy la Inmaculada Amat, tengo 73 años y me he pasado toda la vida trabajando en la empresa familiar que ahora está dirigida por mi hijo. En estos momentos trabajan 75 personas y el año que viene celebramos 75 años A menudo parece que las nuevas generaciones estén alejadas del mundo empresarial, pero ¿cuántos de vosotros tiene un padre o madre que tenga una empresa y sea autónomo? Hay progenitores que también trabajan para otros empresarios, pero, sobre todo, todo el día interactúas con empresas. Quien fabrica la ropa y quien la vende es una empresa", arranca Amat ante 80 alumnos de un instituto del ensanche barcelonés.
Amat: "A menudo parece que las nuevas generaciones estén alejadas del mundo empresarial, pero ¿cuántos de vosotros tienen un padre o madre que tenga una empresa y sea autónomo? Hay progenitores que también trabajan para otros empresarios. Todo el día interactuáis con empresas"
A continuación, un abanico de cifras para ubicar la figura del empresario. "En Catalunya hay un 88% de empresas familiares, por ejemplo". Y una crítica a una parte de los medios de comunicación: "Los diarios y opinadores siempre hablan de grandes empresas y, en cambio, el 99% de las que tenemos en Catalunya son pequeñas y generan un 70% de los puestos de trabajo", continúa.
¿Y qué hacer con los mitos del empresario malo? Amat se sincera con los alumnos y expone que "siempre se habla de los emprendedores como si fueran los guays y los empresarios los malvados del trabajo". "Que lo sepan, no hay ninguna empresa que no haya nacido de un emprendedor que lo ha dado todo por salir adelante". "Hay perfiles profesionales que sólo les gusta la primera parte, sobre todo en el ámbito de las empresas emergentes de Barcelona, pero es interesante que haya inversión y se estire el hilo, ya que si no mueren".
El caso de Agroalimen y Mango
Una de las empresas más paradigmáticas en Catalunya son los casos de Gallina Blanca y Agroalimen, junto a Mango. La primera la fundó Carulla, proveniente de Montblanc que vio la oportunidad de una empresa de Suiza que inventó "cubitos de caldo" y no logró aterrizar en España. En cambio, el emprendedor catalán supo venderlo e inició una campaña de marketing en la radio que se emitía en las horas más importantes del día. Comenzó a vender y décadas después Agrolimen rozó la cifra de los 2.000 millones de euros de ingresos entre todas las actividades. Unos empresarios que, según Amat, se han convertido en grandes mecenas de la cultura y fundadores de Òmnium Cultural.
Amat: "Los diarios y opinadores siempre hablan de grandes empresas y, en cambio, el 99% de las organizaciones que tenemos en Catalunya son pequeñas y generan un 70% de los puestos de trabajo"
Respecto a Mango, los hermanos Antik eran inmigrantes de Turquía que vinieron a estudiar a Barcelona. Durante los largos veranos volvían a casa los abuelos en Turquía y allí veían que la moda era diferente y había productos de moda que podrían agradar mucho en Catalunya. De esta forma empezaron a exportar productos hacia nuestro país. "Montaron la primera tienda hippy en Barcelona y de ahí salió Mango con esfuerzo y mucho trabajo", continúa Amat. En estos momentos Mango logra una facturación de 1.214 millones en la primera mitad de año, un 24% más que en el 2021.
No todo viene siempre de cara
"Cada empresa es un mundo y a veces no todo viene de cara a la vida", prosigue la empresaria. "Mi padre puso en marcha un despacho inmobiliario durante la Guerra Civil, era emprendedor, tenía 24 años y se casó con la que entonces sería mi madre". "Desgraciadamente, mi padre murió y mi madre se quedó viuda. Tenía dos opciones: trabajar en un lugar seguro y fácil o continuar con el despacho del marido. Estaba sola con dos hijas y más de 80 clientes", relata Amat. "Optó por la segunda opción en un sector machista, la maltrataron en muchos aspectos, menospreciar y le costó mucho", continúa. "Cuando tenía 10 años me decían que tenía que hacer derecho y estudiar letras, a los 12 años tuve que escribir recibos de alquiler a mano e ir a cobrarlos a barrios muy alejados, fui a la universidad y disfruté del famoso mayo de 1968, con una revolución estudiantil y cogí las riendas del despacho. “Renuncié a estudiar historia que también me encantaba y fui militante del PSUC. Pero me introduje en la empresa familiar de nuevo y durante estas décadas me lo he pasado bomba".
Equivócate, no tengas miedo
Es importante no hacer las cosas con miedo y sobre todo equivocarte, puesto que de los errores se aprende. "Iba a reuniones donde solo había hombres, de los típicos de barriga y puro y yo era una chica con minifalda, tímida y que no me atrevía a hablar ya que nadie me hacía caso". "Veía que muchos hombres no llevaban un papel ni un dato, sabían muchas cosas por su experiencia. Así que cada día leíamos los periódicos y nos apuntábamos datos. Entonces todo lo que decíamos era verídico y nos fuimos haciendo sitio", continúa la empresaria.
Amat: "Nunca os encogéis ante una respuesta negativa o de un no. Si tienes razón acabas consiguiendo lo que te propongas"
"Mi compañía estuvo formada por mujeres durante décadas y apostamos por la formación continua y sobre todo por la conciliación familiar. Muchas de ellas cuando tenían el segundo hijo plegaban y apostamos por un nuevo calendario para realizar las mismas vacaciones y puentes que las escuelas", destaca Amat. Y otro consejo: "Nunca se encoge ante una respuesta negativa o de un no. Si tienes razón acabas consiguiendo lo que te propongas". Y por favor, "fórmese". "El mundo cambia y si no se forma, puede perder el tren".
Otro elemento destacado por Amat é que ver con la formación en toda la plantilla. "Hay muchos directores que van a escuelas de negocio para ampliar conocimientos, pero ¿qué sucede con el resto de los trabajadores? Quiénes hacen el trabajo más importante son ellos. "En mi caso me puse las pilas ya los 42 años me apunté a hacer más formación y descubrí lo importantes que eran los manuales de acogida, programas de formación ordenados, dar charlas a clientes, impulsar el marketing y apostamos por la transparencia", continúa.
¿Quién te ayuda?
Los alumnos levantan la mano y piden qué ayudas reciben los empresarios. "Muchas cosas que hacen las empresas privadas deberían hacerlo las públicas". "Por ejemplo nosotros apostamos por el catalán, por la inclusión social y patrocinamos muchas cosas". Para la empresaria es importante "observar, ser curioso, ser perseverante y que nunca me ha salido nada gratis". Pero sobre todo "ser generoso y buena gente". Y concluye: "he sido una mujer de clase baja, de nación oprimida y rebelde, pero he salido adelante".
Amat: "Muchas cosas que hacen las empresas privadas deberían hacerlo las públicas"
Una charla de una hora que busca desmentir ciertos mitos sobre los empresarios basados en "explotadores", en "historias fáciles", en "problemas de retención de talento", en una visión "capitalista", "sin apostar por la salud mental" o "en condiciones infrahumanas", para acercar una profesión a menudo demasiado desconocida a un público joven, curioso y porque no, a los futuros empresarios del siglo XXI.