Por qué sirve un premio empresarial?

Año tras año, diferentes premios distinguen a las mejores empresas catalanas. Un regalo que se tiene que saber aprovechar

Quién es lo Messi de los empresarios? Qué empresa gana la Champions League de la economía catalana? El tejido empresarial de casa nuestra también tiene sus citas de renombre, galas de la pelota de oro de la economía que año tras año se reparten el calendario para premiar las compañías que mejor lo han hecho. Pero, por qué sirve un premio empresarial?

"Perseguimos una doble finalidad, por un lado el reconocer directamente las empresas y equipos más exitosos y, por otro lado, mostrar buenos referentes al resto del mundo empresarial porque vean nuevos caminos de éxito y los espoleen a seguir progresando". Así lo resume Antoni Abad, presidente de la patronal Cecot, que organiza cada año la Noche del Empresario.

Qué ganan las empresas?
Junto a los de Cecot, los Pulses Pymes que cada verano concede la patronal Pimec también se han ganado un espacio al escenario de las galas empresariales de Cataluña. El 2013, uno de los grandes triunfadores fue la compañía de jamones Enrique Tomás, vencedora del premio Pimec al comercio más competitivo. Un galardón que valoran, y mucho, a la empresa badalonina, como explica su cabeza de comunicación, Xavi Bru: "Recibir un premio es plasmar de alguna manera que se están haciendo bien las cosas, sirve para depositar confianza en la compañía ganadora".

Un mensaje similar al que expresa Josep Almendro, de Casa Almendro, que ha sido otro de los nombres premiados, en su caso como mejor joven empresario de Cataluña para la Asociación Independiente de Jóvenes Empresarios de Cataluña (Aijec): "Es una gran satisfacción por el reconocimiento que supone hacia un proyecto donde hay mucha gente que ha dejado la piel. Cuando recibes un galardón así te sientes muy orgulloso de poder liderar un equipo tan competente que ha sido capaz de conseguir reconocimientos externos".

Un galardón para todos los trabajadores
De hecho, la frase más repetida en todo tipo de entrega de premios es sin mi equipo no hubiera sido posible. Un mensaje que los grandes ganadores se afanan al destacar para poner de relieve la importancia de la gente que hay detrás para poder triunfar: "Todos, inequívocamente, aseguran que el éxito personal o de la empresa es consecuencia del trabajo en equipo", insiste Antoni Abad, que preside una patronal que ya acumula diecinueve años repartiendo trofeos.

"Enrique Tomás es todo el equipo que trabaja. Nunca le dan un premio a Enrique como empresario, siempre es un reconocimiento para todos y cada uno de los trabajadores", deja claro Xavi Bru, que explica como desde el departamento de comunicación hacen esfuerzos porque sea así: "Luchamos porque nuestros empleados se sientan orgullosos de trabajar a Enrique Tomás, así que los premios los trasladamos rápidamente a todo el equipo". El medio para hacerlo a muchas compañías pasa por circulares o revistas internas donde se comparte el reconocimiento.

Del premio al beneficio
Siempre gusta ganar un premio, pero no siempre es fácil sacar rédito. Antoni Abad explica que normalmente "las empresas añaden el premio a su correspondencia o publicidad y, incluso, hay casos en que las compañías que optan a algún tipo de ayuda pública lo ponen a su currículum de presentación". "Es un aval, una manera de demostrar una solvencia contrastada" concluye el presidente patronal.

Josep Almendro detalla que ganar el premio del Aijec le ha dado "la oportunidad de conocer gente muy interesante tanto desde el punto de vista profesional como personal". Este, pero, no es el principal resultado que ha sacado el mejor joven empresario de Cataluña: "El principal rédito fue la noche de lo entrega de premios. Fue una noche memorable. Los momentos claves de aquella noche no los olvidaré nunca". Desde Enrique Tomás no quieren aventurarse a monetitzar el resultado de los premios recibidos, pero Xavi Bru asegura que "todo suma" a la hora de impulsar la espiral de crecimiento que vive el grupo badaloní. 

El peligro de ganar
Sin embargo, no todo es de color de rosa, como advierte el fundador de Casa Almendro: "Se tiene que ir con cuidado que los premios no te distraigan ni te confundan. Después de recibir el galardón del Aijec, tuve claro que a partir de aquel momento no teníamos que participar en ninguno otro premio empresarial hasta que no fuéramos mucho más excelentes en todas las áreas. Un exceso de reconocimiento puede ser contraproducente, como mínimo si internamente eres consciente que hay áreas de mejora". Un aviso para navegantes. Nadie se puede relajar porque cada año hay premios y, como dice el dicho, es más fácil llegar arriba de todo que mantenerse.
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