Fue el 1967 cuando Àngel Mir decidió montar un taller de cerrajería metálica en La Bisbal de l'Empordà y se especializó en la fabricación de puertas residenciales. Más de cincuenta años después, aquel pequeño taller se ha convertido en la empresa líder en el Estado en la fabricación y montaje de puertas industriales y residenciales y equipamiento logístico.
De un taller con Àngel Mir como único trabajador a una compañía con más de 200 trabajadores; clientes cómo Airbus, Nestlé, Bimbo, Coca-Cola, Damm o Bayer y una facturación superior a los 24 millones de euros. Y todo ello sin moverse del Baix Empordà, concretamente en Corçà.
La idea nacida en el servicio militar
Jordi Funallet, adjunto a la gerencia de Portes Bisbal, explica cómo fueron los orígenes del proyecto: "Àngel Mir fue a Barcelona a hacer el servicio militar y trabajó en una cerrajería y le gustó". Así, cuando volvió a casa, detectó que la construcción y el turismo estaban en pleno auge y vio que había un hueco en el mercado de las puertas para casas particulares.
"Abrió un pequeño taller, donde trabajaba a solas, para hacer puertas de garajes metálicas o de madera", añade Funallet. Fueron prácticamente pioneros en el territorio y sus puertas se instalaban en muchas de las urbanizaciones y edificios turísticos que se levantaban a los años 60 y 70 por el Empordà.
El salto industrial
El negocio crecía y el reconocimiento de Portes Bisbal también. Fue en los 80 cuando Àngel Mir decidió dar un paso adelante y abrirse al sector de las puertas industriales. Paralelamente, abrió mercados en Francia, Inglaterra o Argentina. Funallet recuerda una anécdota con el distribuidor argentino: "Cuando hubo lo corralito, nos enviaba el dinero por avanzado y, nosotros, después, le enviábamos las puertas. Hacíamos cómo de banco".
Funallet: "Lo podemos hacer porque la familia conoce mucho el producto y tenemos mucho contacto con los clientes"
La innovación siempre ha sido un rasgo distintivo de la compañía. Ya en el sector industrial, fueron los primeros fabricantes españoles en hacer puertas de lona por los muelles de carga de los almacenes. "La innovación es constante. Si no lo hiciéramos, no evolucionaríamos y no podríamos liderar el mercado. Y a menudo el sector nos acaba copiando. Y lo podemos hacer porque la familia conoce mucho el producto y tenemos mucho contacto con los clientes", destaca Funallet.
Un ejemplo que pone de manifiesto el prestigio de Portes Bisbal y el valor de sus productos es que a menudo las empresas, cuando sacan a concurso la instalación de puertas por sus fábricas, especifican que quieren "puertas rápidas tipo Àngel Mir". "Nos ven cómo el proveedor de confianza", celebra Funallet, que lo vincula a la trayectoria y al trabajo bien hecho.
El secreto del éxito
Jordi Funallet tiene clara una de las claves que ha llevado Portes Bisbal y su fundador, Àngel Mir, a consolidarse en el mercado y mantenerse cómo un referente: "Siendo muy trabajador. Y teniendo ambición positiva, de querer crecer y hacer las cosas muy bien hechas. E inquietud para solucionar problemas de los clientes o sectores. A medida de visualizar las necesidades, vas ampliando la gamma de producto". De hecho, una de las características de Mir ha sido justamente anticiparse a las demandas del mercado.
Además, pone en valor el trato al cliente, más allá de los clichés habituales en todas las empresas. "Damos soluciones adaptadas a cada cliente, y no es un eslogan de marketing . Vendemos puertas y proyectos. Cuando una empresa quiere una solución que no existe al mercado, nos llama a nosotros, sabe que lo haremos", asegura el adjunto a la gerencia, que enfatiza: "Vamos un paso más allá. Y hasta que no funciona, no abandonamos".
Una tarea que hacen gracias a su departamento de ingeniería y al conocimiento adquirido por la familia, compaginado con una relación constante con el cliente.
El Empordà como filosofía
Cuándo Portes Bisbal empezó su camino, la competencia era más bien escasa. Pero han pasado sesenta años y, actualmente, compite con multinacionales que facturan miles de millones de euros. "La diferencia es que no hay ninguna empresa que fabrique en una única fábrica, donde hacemois toda la gamma de productos. Las multinacionales tienen sociedades que fabrican en diferentes países", explica Funallet. Esto, y un gran stock, les permite ofrecer tiempos de entrega mucho más cortos que el resto: "Es una locura, pero es una ventaja".
Su obsesión por la calidad y para satisfacer al cliente es uno de los motivos que han llevado a Àngel Mir a mantenerse siempre en el Empordà. "No nos hemos planteado nunca deslocalizarnos", sentencia Funallet, que recalca: "Lo fabricamos todo aquí. Y los proveedores son todo europeos y algunos de Estados Unidos. Apostamos por proveedores próximos y de calidad. Hay países más baratos, pero no nos lo hemos planteado seriamente porque queremos controlar la producción".
De Corçà al mundo
Y esto no les ha impedido llegar a países de todo el mundo y convencer a clientes que son referencia mundial en su sector. "Hace cuatro días hemos enviado productos a Australia y Nueva Zelanda. Por qué nos tenemos que deslocalizar si ya nos vienen a buscar y lo podemos controlar todo?", reflexiona. Actualmente, alrededor del 30% de la facturación es de exportación, a países de Latinoamérica y África, Francia, Alemania, Inglaterra, Noruega o la región de Oriente Medio.
Y están presentes en la gran mayoría de sectores: logística, aeronáutica, farmacéutico, alimentación, distribución, automoción, construcción, hostelería, minería, ocio y mucho más. Entre sus clientes hay compañías referentes y estos son solo algunos ejemplos de fábricas y plantas donde se pueden encontrar las puertas de Àngel Mir hechos en Corçà: Frit Ravich, Airbus, Bimbo, Nestlé, Danone, Correos, GLS, BMW, Ferrari, Mercedes, Lacer, Yves Rocher, Bosch, Braun, Sony, Puerto Aventura, Buen Precio o Lidl. Desde las puertas de lona o de muelles de carga, hasta puertas interiores de las plantas.
Pioneros en puertas
Cómo explicaban, a principios de los 80, la puerta industrial se convierte en la especialidad de la firma y en los 90 ya es uno de los líderes europeos del sector. Hace 25 años, el hijo de Àngel Mir entra en la empresa y, después de conocer todos los departamentos, impulsa una importante ampliación e innovación del catálogo.
Hasta la actualidad, donde ofrecen puertas industriales, puertas rápidas, llevas cortafuegos, equipamientos para muelles de carga, puertas por hangares o plantas de compostaje o barreras de retención de líquidos. Por ejemplo, sus puertas de cortafuegos tienen certificaciones únicas. Además, con un procedimiento todavía bastante manual: "Las personas son muy importantes, quienes trabaja son los cerebros. No tenemos un robot que hace una puerta".
Así es cómo Portes Bisbal ha evolucionado de un pequeño taller a una compañía referente, que fabrica puertas a la Ampurdán que abren espacios de las principales plantas e industrias del país. La innovación, el trabajo y la relación con el cliente han sido las claves.