La junta general de accionistas de Puig ha dado luz verde a un plan de incentivos "a largo plazo" para sus consejeros ejecutivos y directivos que prevé hasta 167 millones de euros. En concreto, se trata de la entrega de una determinada cifra de acciones de clase B de la sociedad o, en algunos casos, cantidades variables en metálico. La primera reunión anual de accionistas desde que la empresa cotiza en bolsa ha aprobado todos los puntos del orden del día, incluido un dividendo de 0,377 euros por acción, que equivale a cerca de un 40% del beneficio neto reportado durante 2024. En su discurso, el presidente ejecutivo de Puig, Marc Puig, ha confirmado las previsiones de la compañía para este 2025, que se mantienen a pesar del contexto geopolítico.
Según detalla el texto íntegro de las propuestas que se han aprobado en la junta general de accionistas, entre los objetivos del plan que prevé más incentivos para los altos cargos está la intención de remunerar "de forma coherente con el nivel de responsabilidad, liderazgo y nivel de tareas" dentro de la compañía. Para el presidente y el consejero delegado de la compañía se fija que la retribución podrá ascender, como máximo, al 440% de su salario. Esta hoja de ruta tiene una duración de cinco años, es decir, se alargará hasta 2030. Para decidir si los beneficiarios han cumplido, se apunta que se medirán tanto parámetros financieros como no financieros.
En cuanto a las perspectivas para este 2025, la multinacional de perfumería calcula un crecimiento de los ingresos netos de entre el 6% y el 8%.