Punto Blanco, calcetines con visión exportadora

La empresa catalana, fundada el 1948, ha convertido una de las prendas de ropa más comunes en un producto de alta gama que ya se vende además de 40 países

Punto Blanco es la marca comercial de la empresa Industrias Valls, fundada en Igualada en 1948 por los hermanos Valls, herederos de una pionera fábrica de género de punto y medias con orígenes que se remontan a comienzos de siglo XX. Insignia de una de las industrias -la textil , junto con las adoberies de pieles y cuero- más importantes de la comarca de la Anoia, Punto Blanco es hoy una de las empresas que integran la Corporación Empresarial Valls, un grupo que reúne todas las empresas vinculadas a esta alcurnia empresarial, que al conjunto del Estado español ocupa un millar de trabajadores.

Punto Blanco, situada en el centro de Igualada, en una fábrica de arquitectura racionalista erigida el 1956, da trabajo a 290 personas que se reparten en los tres turnos de producción que registra la fábrica. Con una gama de productos que ofrecen calcetines, medias, pantis, ropa interior, roba de poca monta y ropa de baño, entre otros, la planta de producción de la capital de la Anoia produce cerca de un millón de docenas –la unidad de medida que utiliza el sector- de calcetines cada año. "Una cifra que denota la capacidad de producción industrial y que permite producir por buena parte de Europa y parte del mundo", indica Josep Ignasi Reixach, director general de la empresa. De la producción total, un 60% son calcetines y similares; el resto, las colecciones de ropa y baño.

El año pasado, la empresa estabilizó la facturación en torno los 20 millones de euros, sin prácticamente morosidad, con el objetivo de potenciar los mercados internacionales.

Con la vista puesta en el mundo
Industrias Valls se ha distinguido en su larga trayectoria por una visión basada en el rigor y la prudencia en la adopción de las estrategias empresariales. La vocación exportadora de la empresa ha sido presente en la mentalidad comercial de la compañía desde su puesta en marcha, en 1953, punto de partida del crecimiento internacional. Hoy Punto Blanco exporta regularmente además de 40 países de todo el mundo, con una fuerte presencia al sur de Europa, los Estados Unidos, Canadá y el Asia.

Si la ordende exportación es todavía de un 15% del volumen total de facturación, Reixach tiene claro que el crecimiento de este porcentaje "es un objetivo a corto plazo" que tendría que poder situarse, en pocos años, "en un exportación entre el 30 y el 40%".

El canal propio
Punto Blanco que siempre ha mantenido este carácter de presencia al mundo, es uno de los dos últimos grandes fabricantes que quedan en Europa. Una de las implantaciones más fuertes al extranjero se ha dado con la apertura de tiendas propias, un canal nuevo para dirigirse a los consumidores que la empresa ha puesto en marcha como consecuencia de la crisis económica de los últimos años. Así lo explica Reixach: "Entramos al mundo del retail no por ganas sino por obligación, porque en los últimos siete años de esta crisis tan bestia han cerrado el 50% de nuestros clientes multimarca". El goteo constante de cierre de tiendas de pequeño comercio provocó que " hubiera ciudades o centros comerciales donde ya no nos quedaban clientes que vendieran nuestro producto". Esta realidad obligó a la apertura de tiendas.

Hoy Punto Blanco tiene una quincena de tiendas propias y otros siete centros en franquicia que le permiten un contacto directo con el público final. Si las primeras experiencias de retail se dieron en ciudades del conjunto del Estado español, Lisboa fue la primera que se abrió al exterior. La siguieron Francia, Italia, Grecia y enseguida apostaron por mercados emergentes como Rusia, Emiratos Árabes, Kuwait, Dubai y en la China, donde, precisamente, la marca tiene cinco shop-in-shop en grandes almacenes. Es decir, pequeñas tiendas propias en medio de gran establecimientos comerciales. La última gran incursión está a punto de producirse en El Cairo, Egipto, siempre con productos "de alta gama" porque son mercados "donde no los importa el precio".

Modernidad como disparo distintivo
La planta de tissatge y remallat (lo cosido de la puntera de los calcetines, leotardos o medias), las máquinas de confección de calcetines –una pequeña obra de ingeniería- funcionan a pleno rendimiento. Trabajan por campañas: la de verano, que se está acabando de producir y servir; y la temporada que viene, puesto que la temporada de invierno empieza en septiembre. Cada máquina utiliza un hilo específico y no todas las máquinas pueden hacer todos los calcetines. De las 1.500 o 2.000 docenas de calcetines que salen en un día –y depende que sean largos o cortos, técnicos o normales – las máquinas producen las colecciones propias y también los productos que, por otras marcas, produce Punto Blanco.

El año que viene, algunas de las máquinas que hoy todavía producen, serán sustituidas por nuevas de más eficientes y más sofisticadas. La casa italiana que produce estas máquinas, parteneriada con Punto Blanco, prueba los prototipos en la fábrica para conseguir mejoras técnicas antes de comercializarlas al resto del mundo. Un compromiso de investigación y uso de la tecnología más puntera que explica el carácter y el liderazgo de la marca en el sector textil. Precisamente, el Y D es una de las áreas de crecimiento de la empresa que investiga constantemente con nuevos tejidos y con la incorporación de microcàpsules al hilo porque prendas de ropa como los calcetines puedan prestar tratamiento médico en patologías concretas cómo, por ejemplo, el pie diabético.

Inversión y Financiación propia
Esta inversión inminente se hará con capital propio aportado por la Corporación Empresarial Valls, que preside Marta Valls, hecho que se explica por "la prudencia" en las inversiones y los recursos que el holding ha hecho de sus propios recursos. "Sólo así ha sido posible trampejar la crisis" explica Reixach "porque no hemos tenido que ir a los bancos a trucar la puerta". Punto Blanco que, en este momento, se encuentra acabando de servir la temporada verano'14, fabricando la temporada otoño-invierno 14-15 y diseñando ya la del verano que viene," sin capital es imposible financiar estos procesos dilatados" asegura Josep Ignasi Reixach.

Calidad como precepto
Como otras muchas marcas de producción textil, Punto Blanco ha visto cómo, al cierre de canales de distribución tradicionales, se sumaba la aparición de grandes plataformas comerciales de venta de ropa low coste. Ante este fenómeno, director general de la empresa tiene claro qué tiene que ser el precepto de la marca : "el que no haremos es bajar el listón y perder calidad" porque "a pesar de ahora pueda ser que no se valore demasiada y se priorice el precio, al final la gente vuelve".

Sortear la crisis a partir de la producción de calidad , la incorporación de la tecnología y la innovación constante y la presencia al mundo. Carácter y perspectivas de una manera de hacer que viene de lejos aplicadas a los retos de futuro.

Hoy Destacamos
Lo más leido