¿Qué pasa en can Torres?

En las empresas familiares, a veces, un año sabático puede ser una pausa necesaria para tomar perspectiva y abrir nuevos caminos

    Familia Torres | Cedida
    Familia Torres | Cedida
    Jordi Tarragona | VIA Empresa
    Consejero de familias empresarias
    16 de Julio de 2025 - 05:30
    Act. 17 de Julio de 2025 - 12:20

    A principios de 2022 me reuní por separado con Miquel Agustí Torres Riera (1941) y con su hijo Miquel Torres Maczassek (1974) para conocer de primera mano la historia y el futuro de su empresa familiar. En aquel momento el padre era el presidente y el hijo el director general desde 2012.

     

    Miquel Agustí me dijo respecto a su marcha de la empresa en 1981 que "el año sabático pasa mucho en las familias por discusiones; llegó un punto en el que decidimos que lo mejor era marchar". Al volver se había nombrado un nuevo director general, que estuvo hasta la muerte del padre. Tenía claro que debía tener paciencia, "más que imponer nada, debía esperar a que el padre entendiera; a veces me costaba mucho".

    El hijo dijo: "No es tan fácil el cambio generacional cuando el predecesor ha estado toda la vida tomando las decisiones; pero el padre por la experiencia con el abuelo ha sido más inteligente y ha dejado que yo comenzara a llevar más departamentos. Combinamos la experiencia y las ganas de cambiar. Intentamos no pisarnos demasiado; cuando pide información a los directivos procura no darles instrucciones. Se aguanta y espera a la reunión semanal que tenemos. Y saca un montón de papeles. Es muy importante que se sepa que hay unidad de dirección".

     

    En octubre de 2023 se anunció que el octogenario padre asumía la dirección general, mientras se buscaba un externo para sustituir al hijo que iniciaba un proceso de formación para alcanzar la presidencia pasada la tardor de 2024.

    En octubre de 2024 fue noticia que el hijo aparecía como administrador único de una empresa textil “proyecto personal de su mujer”. En diciembre el padre dijo a Trinitat Gilbert (Diari Ara) respecto a su jubilación: “Decía este año, pero será a principios del siguiente, porque tengo citas ineludibles. De lo que no puedo plegar es del consejo de administración ni del consejo de familia. Mi hijo Miquel, durante todo este año que no ha estado en la empresa, se ha adelantado a la historia. Me ha hecho entender que debíamos dar un paso adelante”.

    A la pregunta de si el hijo volvería como director general respondió “yo no he dicho eso. El año que yo pasé lejos de la empresa familiar, en 1982, volví con nuevas ideas, como la de las variedades ancestrales. Me marché porque tenía diferencias con mi padre, y él y yo también las hemos tenido como buen padre e hijo que somos. El año que mi hijo Miquel ha estado fuera de la empresa, le ha llevado también a pensar en nuevas ideas, que justo la semana que viene me expondrá. Me dirá cómo hemos de afrontar el futuro para que no nos pase como a la Ford, y pensaremos en un proyecto paralelo a Torres”.

    Este mes de junio Miquel Agustí ha dicho respecto a retirarse que “bueno, es un proceso progresivo. Ahora vengo a trabajar por la mañana y las tardes acostumbro a estar en casa. Tengo tres hijos, Anna, Mireia y Miquel. En estos momentos, la Mireia está asumiendo más responsabilidades en la compañía. Con Miquel continuamos hablando cada día y viendo la manera que se reincorpore después del periodo que ha pasado fuera. Anna es médica, no está implicada en el negocio, pero forma parte del consejo familiar. Familia Torres continuaremos como empresa familiar sí Dios quiere.”

    La semana pasada se comunicó que, a partir del 1 de septiembre, el nuevo director general será Fabrice Ducceschi. Reportará directamente al consejo de administración, presidido aún por Miquel Agustí Torres (83 años), a pesar de no formar parte de él. Esta sucesión plantea interrogantes: ¿estamos ante un patriarca que se resiste a dejar el poder? ¿Se ha aplicado la ley sálica a favor del hijo pequeño? ¿Era realmente necesario un año de formación para asumir la presidencia del consejo?

    Todo plegado nos recuerda que el relevo generacional en una empresa familiar nunca es una operación automática. Hay que distinguir entre el traspaso de la propiedad, la gobernanza y la dirección ejecutiva. A menudo, los acontecimientos no siguen el guion previsto y requieren flexibilidad. No se trata solo de decisiones funcionales: también intervienen emociones, lealtades y necesidades de afirmación personal. El respeto a la generación anterior convive con la voluntad de marcar un nuevo rumbo. A veces, un año sabático puede ser una pausa necesaria para tomar perspectiva y abrir nuevos caminos.