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Rafael Marquina, creador de la aceitera revolucionaria

El diseñador, muerto recientemente, vendió la aceitera antidegoteig en todo el mundo  

Rafael Marquina, diseñador
Rafael Marquina, diseñador
10 de Junio de 2013
Act. 03 de Abril de 2014
De inventos que superan el paso del tiempo sepueden contar con los dedos de una mano. Son aquellos que entran en la cotidianidad para solucionar los pequeños problemas de cada día. Rafael Marquina pudo presumir de ser el diseñador de uno de estos objetos de éxito. En un país donde el aceite es omnipresente, su aceitera antidegoteig presentado el 1961 llegó para instalarse en todas las cocinas. Una simple inclinación del pico para recoger las gotas y devolverlas al recipiente evita la embadurnada que provocaban los diseños anteriores. Un widget sencillo que ha dado la vuelta en el mundo.

Marquina murió el pasado jueves a los 92 años, y en los obituaris queda el reconocimiento a un diseño premiado y copiado, pero también a una fórmula de trabajo que ponía por ante la funcionalidad a la estética. "Siguió la línea de la escuela de Bauhaus; los objetos hacen el que tienen que hacer, y esta es la clave del buen diseño industrial", define el grafista Ton Granero, conocedor de la obra de Marquina.

Marcado por la aceitera
La popularidad de la aceitera ha marcado la carrera de Marquina, a pesar de que ha tenido éxito en otros muchos campos del diseño. Granero destaca su trabajo en el interiorismo, mobiliario, diseño de vestíbulos de edificios emblemáticos de Barcelona o en el diseño industrial para marcas como Fagor, a pesar de que entiende la omnipresència del objeto. "Él mismo lo perfeccionó en los años '90, pero estamos hablando de un modelo insuperable: un recipiente que no esconde el que contiene, con un tapón que no cae, fácil de coger y que no ensucia. Seguro queencontraríamos otros que funcionan, pero ninguno de tan perfecto".

De hecho, el propio Marquina coleccionaba copias y modificaciones de su aceitera que, en muchos casos, no cumplían con su objetivo. "Es el que pasa cuando los que copian no son diseñadores: crean objetos que son iguales al original por fuera, pero que no tienen en cuenta las cuestiones técnicas", señala Granero.

Refugio en la escultura
En los últimos años, Marquina dirigió su creatividad al campo de la escultura. Una nueva disciplina desatada de las exigencias profesionales, pero vinculada con el diseño. "No es extraño que los diseñadores acaben haciendo trabajos más artísticos; en el mundo del diseño se trabaja por encargo, y en la escultura en Marquina encontró una vía para expresarse sin tener que estar al servicio de una marca", destaca Granero, quien añade que "por mucho que se diga, un diseñador no es un artista, puesto que en su trabajo prevalece la funcionalidad por ante la estética". Tal y como lo entendía Marquina.