Regás Ceramics, más de 200 años de cerámica: de Breda al mundo

Regás Ceramics se remonta a principios del siglo XIX, cuando Breda era una auténtica capital de la cerámica y exportaba hasta a América

Algunos de los productos fabricados por Regás Ceramics | Cedida Algunos de los productos fabricados por Regás Ceramics | Cedida

Regás Ceramics es la historia de una familia de Breda con más de 200 años dedicados a la producción de piezas de cerámica para el sector alimentario. Creada oficialmente el 1821, la empresa está en manos de la séptima generación y exporta el 85% de su producción a países cómo Algeria, Nueva Zelanda, Japón, Australia o Reino Unido. Es una de las compañías del sector más importantes de Europa.

Todo empezó en los bajos de un edificio del centro de Breda, donde la familia Regás elaboraba cazuelas y otros utensilios con la arcilla de los alrededores. "En Breda la cerámica era tradición. Si había 50 casas, en 40 se fabricaba cerámica", explica el actual gerente, Baltasar Regás. La historia es curiosa: fueron los monjes benedictinos del municipio holandés de Breda, fundadores de pueblo catalán, quienes descubrieron que las arcillas del municipio eran de mucha calidad.

De Breda a s EstadoUnidos

En los inicios, el procedimiento era muy artesanal. La tierra se cogía en verano de la montaña y la echaban en la balsa que tenían, donde la mezclaban y la dejaban reposar hasta que tenía la dureza ideal. Entonces la cortaban y la trabajaban. En el pueblo había diferentes hornos y había dos o tres encargados de encenderlos y darles la temperatura deseada. Hoy en día todo está automatizado y lo que antes tardaba diez días, ahora son 24 horas.

En aquellas primeras décadas, los clientes eran sobre todo nacionales, de toda España. "La industria de la cazuela cerámica era tan importante, que la estación de Breda tenía tres vías muertas con almacenes para cargar cerámica. Se enviaba a Galicia, Madrid, Andalucía o Levante", explica Regás. Y, a finales del siglo XIX, ya se exportaba. A través del puerto de Mataró, las piezas hechas por la compañía se enviaban a América del Norte y del Sur.

La gran recesión de la cerámica

Durante los primeros años del siglo XX empezaron a aparecer las baterías de cocina de metal: la exportación prácticamente desapareció y el mercado interior cayó mucho. Regás Ceramics se adaptó al nuevo consumo, sin emprender grandes cambios de estrategia. En los años 90, el consumo de utensilios de cerámica en España sufrió otra gran bajada. La empresa decidió modernizar el producto, con nuevos colores y formas. Pero no tuvieron aceptación en el Estado .

"Este fue el detonante para buscar mercado fuera de España, donde vimos que gustaba mucho la cazuela tradicional y otras versiones tenían muy buena acogida", recuerda Baltasar Regás. Fue hacia el año 2000 y, en tres años, la exportación ya representaba la mitad de la facturación. Y, hoy en día, es el 85%. Aún así, siguen siendo la empresa con más cuota de mercado en el Estado .

Baltasar Regàs: "La cerámica es de los primeros oficios del ser humano"

El primer país donde aterrizaron fue Bélgica, donde la cerámica tenía gran acogida. Después Francia e Italia. Y, hoy en día, ya están presentes en 32 países de los cinco continentes, a través de agentes comerciales y distribuidores. De Japón a Nueva Zelanda, pasando por Emiratos Árabes, Algeria, Marruecos o Australia. Y el Reino Unido, su principal mercado. "Si nos remontamos a la historia, la cerámica es de los primeros oficios del ser humano. Lo llevamos a la sangre. A casi todos los países que visites, en las tiendas de souvenirs hay cerámica. Tenemos un producto que atrae al ser humano", destaca el gerente.

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Los tajins hechos en Breda que consumen en varios países árabes | Cedida

Un caso curioso es el de Marruecos y Algeria, cómo detalla Regás: "Uno de nuestros productos estrella es el tajín, un producto árabe que usan para cocinar este plato". Estos países africanos son productores de este producto, pero pidieron a Regás Ceramics si podían fabricar para ellos. La calidad es la clave.

"Lo que nos diferencia es la calidad y la capacidad de producción", enfatiza. Esto se traduce en poder entregar pedidos en dos o tres semanas, optimizando la logística de los clientes.

La empresa más grande de provolone

Unos años atrás, Regás Ceramics abrió una nueva línea de negocios, fabricando envases de cerámica reutilizables para alimentos. Trabajando para grandes marcas alimentarias, cómo el fabricante más grande de provolones del mundo, la marca italiana Auricchio. Gracias a utilizar este envase de cerámica a su producto, se abrieron mucho mercado en Estados Unidos. Como detalle, España es el país del mundo donde más se consume provolone.

Esta rama es lo que permitió a Regás Ceramics no sufrir una grande bajada de facturación por la pandemia y el cierre de la hostelería, principal cliente final de sus utensilios de cerámica. En cambio, la venta de alimentos con sus envases se disparó en los supermercados. Con todo, su facturación cayó de los 3,5 a los 3,2 millones de euros entre el 2019 y el 2020. Pero este 2021 están experimentando un crecimiento superior al 40% y esperan llegar a los 4,5 millones.

"Se debe a un trabajo muy bien hecho, la constancia, velar por la satisfacción del cliente", celebra Regás. Además, los problemas de suministro y de transporte de la China también han hecho que muchos clientes vuelvan a mirar a productos europeos.

Regás: "Me supo muy mal que un pueblo de tradición cerámica echara a su empresa más antigua"

El crecimiento de la empresa ha sido exponencial los últimos años. El 2013 tuvieron que marcharse de Breda, después de más de 200 años fabricando la cerámica en el pueblo: "Teníamos problemas con el Ayuntamiento, que no nos aprobó un proyecto de renovación de la nave. Nos supo muy mal, pero todavía lo usamos de almacén". Decidieron ir a Riells, a pocos kilómetros.

Pero se convirtió en una decisión acertada: "En Breda no prevemos el crecimiento que hemos tenido y no habríamos tenido espacio suficiente. Desde entonces, la cifra de negocio se ha multiplicado por tres". "Me supo muy mal que un pueblo de tradición cerámica echara a su empresa más antigua, pero con los años también entendí su decisión", reconoce.

52.000 piezas diarias

Regás Ceramics produce actualmente 52.000 piezas diarias de cerámica (a principio de 2021 eran unas 32.000). De su producto estrella, la cazuelitat de crema catalana, habrán fabricado más de 4 millones durante todo el año. Unas cifras que explican la modernización de la fábrica: hace unas décadas, esta era la cifra que fabricaba todas las empresas de Breda juntas, pero con muchos más trabajadores.

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La robotització es una de las claves del crecimiento de Regás Ceramics | Cedida

Des de que se iba a buscar la arcilla en las montañas de Breda hasta la producción automatizada ha cambiado todo mucho. Una tradición que todavía mantiene la empresa es que siempre ha habido uno Baltasar o un Llorenç al frente. Pero, también cambiará: "Tengo tres hijos y ninguno de ellos se llama Llorenç o Baltasar. "Cuando era joven no me gustaban mucho los nombres, pero ahora me sabe un poco de grave porque pienso que las tradiciones son de las pocas cosas que podemos decidir nosotros si mantener".

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