Regina Llopis: "Mi empresa es un proyecto de vida para mi hijo"

La matemática repasa los retos en que se ha visto inmersa como mujer, madre, empresaria, científica y ahora como inversora en proyectos tecnológicos lideratos por mujeres

Regina Llopis (Cumaná, 1950) no concede entrevistas. De hecho, una simple busca en Google, donde parece que siempre es fácil encontrarlo todo, ya muestra su blindaje. A VÍA Emprendida, pero, estamos de suerte. Este jueves la empresaria ha ofrecido una conferencia en la escuela de negocios IESE de Barcelona de la mano de la profesora Nuria Chinchilla, quién lo ha presentado como 'Regina, la deseada'. Y no es casualidad, puesto que en febrero de este año se lo esperaba en un acto similar y una tormenta obligó a cancelar lo quiere que la traía desde los EE.UU., donde su empresa, AIA (Aplicaciones en Informática Avanzada), trabaja con firmas como la ingeniería Battelle.

La compañía que fundó hace 27 años con su marido, el físico catalán Antoni Trias Bonet, es fruto de su esfuerzo y un legado para su hijo grande, principalmente. Afectado de una lesión cerebral desde su nacimiento, Álvaro fue el motor porque AIA se convirtiera en el que hoy en día es. "La empresa es un proyecto de vida porque Álvaro pueda abordar su vida, porque no sea una carga para su hermano pequeño". Desde esta fuerte implicación personal es desde dónde ha nacido un proyecto empresarial sólido, fincat en Barcelona por decisión propia y con una intensa historia personal detrás. "Mi hijo sufría una discriminación evidente en la escuela y el neurólogo nos había recomendado un par de escuelas especializadas en Barcelona... De forma que vine hacer una entrevista para una empresa industrial de la Zona franca, me contrataron, y le dije a mi marido, como decimos en Venezuela: 'Recojamos los macundales que nos vamos'", explica Llopis.

En dos meses, la familia Trias-Llopis se mudó desde el país sudamericano hasta Cataluña buscando una mejor calidad de vida. Y es aquí donde nació la idea de negocio de la compañía especializada en tecnologías de la información e ingeniería de software con sede en Sant Cugat del Vallès. "Quería montar una empresa informática para formar una industria con tecnología sofisticada, que no había", apunta esta licenciada en Matemáticas con altos honores por la Universidad de Maryland, máster en Ciencias y Doctora en Matemáticas Aplicadas a la Inteligencia Artificial por la Universidad de California en Berkeley.

Definido como grupo micro-multinacional, AIA trabaja tanto con clientes nacionales (energéticas como Endesa y Gas Natural, entre las financieras, CaixaBank y Bankia) cómo internacionales. Su perfil de trabajador es eminentemente científico, con un 41% de ingenieros entre sus filas, y una especial predilección -reconocida por la misma Llopis- por los doctorados y los especializados en Físicas. "Pero mis recruiters saben que a igualdad de condiciones, contratamos mujeres", alega contundente. El porque de esta prioridad femenina lo encontramos en su capacidad analítica, razona la empresaria. "Son mejores negociadoras y todo en la vida es una negociación, pero si trabajas en serie en cuanto al win-win, he visto que es más fácil hacerlo con una mujer que con un hombre. Cuando negociaba con los hombres era todo complejo, pero cuando entraba una mujer, ella se ponía en mis pies y yo en los suyos... Y el cambio era 'del Sol a la mañana'", argumenta.

De familia de mujeres con fuerza
Apostar por las mujeres le viene de familia. Llopis es gemela de la también empresaria Ana Maria Llopis, actualmente presidenta de los supermercados DÍA. Pero no es su única referencia, las otras tres hermanas Llopis - Jimena, Elvira y Paticia- son profesionales de éxito reconocido. "Las mujeres de mi familia son muy técnicas, muy ilustradas. En la familia en qué crecí, todas escogeremos carreras científicas a pesar de que ninguno ni una acabó siendo médico como mi padre", detalla con sentimiento la empresaria que, seguramente por estas especiales raíces, está convencida que su próximo proyecto tiene que seguir este camino. "El que quiero hacer es evitar la falta de mujeres involucradas en science, technology, artes&engineering, así que promoveré acontecimientos para involucrar a mujeres, porque piensen que ellas también pueden entrar en estas disciplinas".

Llopis ha participado en un encuentro con mujeres directivas. Jordi Estruch

Pero el espíritu emprendedor no se quedará aquí, avisa: "Una parte de la línea de trabajo de la Fundación será crear un club de inversoras mujeres, para invertir en emprendedoras mujeres las empresas de las cuales estén en temas tecnológicos. Todos los fondos de venture capital están plenos de hombres, las mujeres brillan por su ausencia en los proyectos distanciados. Esta es mi nueva reinvención", apunta.

Un reto: tecnología y mujeres
Todas las anteriores, la separación de su gemela para trasladarse a Berkeley donde cursaría Matemáticas, la de ser madre y convertirse en empresaria son los otros tres retos que Regina ha salido adelante con precisión matemática y humildad. "Las mujeres tienen que buscar muletas para ayudarse, el problema es cuando quieren ser superwoman y lo quieren hacer todo. Nunca devaluamos la ayuda, no perdemos nada pidiendo y nos sorprenderíamos de la cantidad de gente que está a nuestro lado y que podría darnos ayuda y no lo hacemos, por qué? He visto muchas situaciones resueltas".

Tantas como problemas matemáticos a los cuales se ha enfrentado y a los que aplica la misma filosofía de abstracción para resolver conflictos. Los algoritmos no se le resisten a Regina Llopis, tampoco los adelantos: "Ya nos pasó con la Revolución Industrial, que no pasó nada. Los avances que puede haber en esta época, sobre la sustitución de las tareas actuales por robots, creo que tendremos más capacidad creativa del que pensamos ahora. Tengo fe en la Humanidad", asegura quién ha sido galardonada con uno de los premios 2015 de la conferencia International Women's Entrepreneurial Challenge (IWEC).

 
Nuria Chinchilla y Regina Llopis. Jordi Estruch
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