La firma cristalera Saint-Gobain ha presentado en la plantilla un plan industrial de 14 millones de euros sometido a la aplicación del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) presentado por la dirección. El plan, explicado por el director general de la firma, José Antonio Piqueras, incluye un nuevo horno para fabricar vidrio en Avilés de 12 millones y un 'hub' de distribución logístico de repuestos de 10.000 metros cuadrados para el sur de Europa en Arboç (Baix Penedès) de 2 millones (donde se fabrican cristales de coches y se recolocarían 10 de los trabajadores despedidos ahora).
La firma argumenta que las ventas han caído. Según sus cifras, los números rojos han sido de 4 millones en el 2021 y pueden alcanzar el 6,6 millones este año. La empresa afirma que no quiere aplicarlo el ERE "de forma unilateral”, y ofreció a los trabajadores por encima de los 60 años prejubilaciones con el 70% del sueldo bruto. Aún así, se plantea despedir a un centenar de personas entre la planta de Avilés y la de l'Arboç, para enderezar las cuentas, la mitad de ellas en Catalunya.
Los trabajadores celebran el plan pero insisten en la retirada del ERE
La plantilla celebra que la empresa haga una propuesta de futuro, si bien le reprochan que no lo hiciera antes de llegar a presentar el ERE para despedir a un centenar de trabajadores de las dos plantas, 40 de ellos en el Baix Penedès. Creen que los despidos se pueden evitar con recolocaciones, reduciendo jornadas y prejubilaciones. Los trabajadores ven con buenos ojos el plan industrial con el que la cristalería propone invertir 14 millones de euros en ambas plantas, pero rechaza que el plan esté sometido a la aplicación del ERE, tal y como pide la dirección. Si ambas partes no logran acercar posiciones, los trabajadores alargarán la huelga hasta el 30 de julio.
Desde el 19 de junio que la planta no produce porque los trabajadores están en huelga y la alargarán si no hay acuerdo a finales de semana, tal y como quieren los sindicatos, "para obligar a la dirección a negociar ya estudiar la readmisión de los despedidos" . "Si no detenemos la producción, la dirección no reacciona", sostienen los representantes de los trabajadores, que apuntan a que la aplicación del ERE está prevista hasta el 30 de octubre.