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Ser más responsable es rentable

La responsabilidad social es cada vez más un valor a la alza que el consumidor tiene en cuenta a la hora de comprar

    Ser emprendida responsable no va reñido con la rentabilidad
    Ser emprendida responsable no va reñido con la rentabilidad
    30 de Julio de 2014 - 02:00
    Un nuevo contexto empresarial, con nuevos requerimientos desde el consumidor socialmente responsable. "Sigue pidiendo precio y calidad, pero también temas sociales y ambientales : cómo y con quien hacemos las cosas. Las empresas tendrán que saber dar respuestas", asegura Àngels González, consultora sénior de Ingeniería Social, en el marco de la 5a Semana de la Responsabilidad Social.

    Según la encuesta Nielsen del 2012, el 60% de los encuestados ya preferían comprar productos de empresas socialmente responsables, y el 30% estaría dispuesto a pagar más por estos productos. Incluso en las licitaciones con la administración cada vez hay más criterios sociales y ambientales.

    También la encuesta de la Cátedra Mango a las 50 compañías más grandes de España pone de manifiesto que el 96% de ellas ya integran criterios de responsabilidad social corporativa (RSC) a su selección de proveedores . El 80%, además, aplica mecanismos de control como auditorías para comprobar la veracidad del que dicen los proveedores. Y el 62% lleva a cabo actividades de colaboración conjunta porque esta responsabilidad social también llegue a los proveedores.

    Estrategia y posicionamiento
    "Apostar por la RSC a largo plazo aportará valor de marca y posicionamiento como empresa responsable", señala González de un posicionamiento que a corto plazo también aporta "optimización de los costes ambientales".

    La consultora de Ingeniería Social destaca que la RSC "es estrategia, tiene que venir de la dirección; pero también es trabajo del día a día". A su entender, tiene que ser una "herramienta de gestión procesada con acciones concretas". Al fin y al cabo, tratar de potenciar los impactos positivos de la empresa y minimizar los negativos.

    Económico, social y ambiental
    Estos son los tres ámbitos principales donde incide el hecho que una empresa sea más responsable. Económicamente, se puede trabajar la fidelización de los clientes: "la RSC es una mancha de aceite que se extiende a los clientes y proveedores", dice González. La consultora recomienda hacer cuestionarios de satisfacción a los clientes; así como integrar criterios de responsabilidad social a la selección de los proveedores.

    Desde el ámbito social, una empresa será más responsable cuando tenga en cuenta "el respeto en los derechos humanos y laborales de los proveedores otros países". Además, González remarca la necesidad de cuidar los propios trabajadores "garantizando unas condiciones laborales establos y facilitando la conciliación ".

    Trabajar cuestiones de igualdad y diversidad o la integración laboral de colectivos en riesgo de exclusión también pueden ser buenas iniciativas. El confort y la ergonomía, procurando un ámbito saludable para trabajar, son piezas básicas de la empresa responsable, así como la garantía del desarrollo profesional de los trabajadores con formación y planes de carrera .

    "Todo ello genera motivación, productividad, atracción y retención de talento , así como orgullo de pertenencia a la empresa", asegura Àngels González. La consultora, además, añade que de manera externa "se pueden hacer acciones sociales como alianzas con el exterior o el fomento del voluntariado".

    En cuanto al ámbito ambiental, González reclama una "gestión responsable de los residuos, optimizar los procesos productivos para reducir los consumos y mejorar la eficiencia energética". Asegura que esto da visibilidad como "empresa innovadora, que avanza en su gestión y aporta un beneficio directo al entorno".

    El proceso
    A la hora de apostar decididamente por la RSC, Àngels González aclara que el primer paso es "realizar un diagnóstico, saber de donde parte la empresa". Analizar sus puntos positivos y negativos para saber donde se puede mejorar.

    A continuación hay que "establecer la política, los principios y que quiere conseguir la organización". En este punto, el óptimo es un documento marco firmado por la dirección que tiene que guiar la política de la empresa. González añade que también es importando "el código ético, los principios que guían el comportamiento a la empresa".

    Un golpe establecido, "hay que identificar los grupos de interés, qué requerimientos y que esperan de la empresa", señala. Es el paso previo antes de establecer los objetivos para poder pasar a aplicar el plan de acción diseñado. Cómo con cualquier sistema de gestión , tener unos indicadores servirá para comprobar el logro real de los objetivos.

    Finalmente, habrá que comunicar la memoria de todo el que se ha hecho. "Esto es el que te posiciona como una empresa responsable, por eso hay que saber comunicar", destaca Àngels González.