Sorli Discau, la tienda con tino catalán

La cadena de supermercados cambiará este 2016 su estrategia sin perder el valor de la proximidad con el cliente y la apuesta por los productos frescos

Ser próximos al cliente es el que los ha funcionado durante la primera parte de su vida y Sorli Discau busca mantener la fidelidad de sus clientes en los años que tienen que venir. La dirección de la compañía estudia a estas alturas un nuevo modelo estratégico que tendrá que marcar su actuación durante los próximos años. Parten de un pasado que empieza el 1923, cuando el empresario Josep Sorli fundó Sorli Discau y que continúa años después, cuando el 1970 Jordi Sorli abría su primer supermercado.

Desde entonces, un crecimiento mucho mica en mica, buscando la consolidación por encima de la expansión enloquecida, ha construido una compañía de propiedad 100% catalana que ahora diversifica su actividad con la apertura de dos centros deportivos, tres benzineres, tres restaurantes y un hotel. "Desde entonces ha habido una política de crecimiento muy racional, focalizada en la zona de Barcelona y localidades del cercando, que es el que nos ha permitido llegar a tener 114 establecimientos", apunta Josep Figueras, subdirector de Sorli Discau. Su incorporación a la compañía se produjo en agosto de 2015 motivada por los nuevos cambios que la empresa está introduciendo.

No sólo apuesta para cambiar estrategia, sino también para dirigir el negocio de otro modo, puesto que la empresa es íntegramente familiar pero su dirección, con Figueras, empieza a profesionalizarse. " Anna Sorli empezó el año pasado un proceso dentro de la organización y es el que propició mi entrada. Pero ella es la directora general de la compañía y está implicada en la dirección de la estrategia y en el día a día de la compañía", matiza Figueras.

Profesionalización en la parte directiva, y nuevos aires en las tiendas?
A pesar de que el subdirector no lo revela porque todavía están en pleno proceso de desarrollo, asegura que "los productos han evolucionado mucho, los clientes también han evolucionado mucho pero el que no ha evolucionado tanto son las tiendas y estamos inmersos en este debate interno sobre qué tiene que ser el modelo por los próximos años y sobre marzo-abril ya lo tendremos definido".

 
Interior de la tienda de la calle Pere Serafín del barrio de Gràcia de Barcelona. Cedida


Con todo, las botiges podrán tener cambios de distribución, con más o menos pes de productos en algunas zonas pero no eliminarán la importancia que otorgan a los productos frescos. De hecho, esta semana han anunciado una inversión de 3,5 millones de euros durante el primer semestre del año para reforzar la gestión y el aprovisionamiento automático de productos frescos. "Nuestro volumen nos permite tener un producto fresco muy valorado por nuestros clientes y esto no lo tenemos que perder en ningún momento, pero es cierto que el modelo de tienda merece un cambio, ver las cosas en otra perspectiva y facilitándole mucho la compra al comprador dentro de la tienda", matiza Figueras.

Pone especial acento a la importancia del producto fresco porque las estadísticas también los han revelado que los funciona. "Es que en frescos tenemos un nivel de fidelización muy alto: el 88% de nuestros clientes nos compran fruta y esto es un porcentaje muy alto. Una de las políticas en frescos es tener productos de calidad a precios muy competitivos", recuerda Figueras.

Sorli Discau no rechaza la marca blanca pero destaca la preeminencia de marcas de distribuidor a sus estantes: más de 7.000 referencias. "Qué nos hace diferentes? Los productos frescos, un surtido muy grande de marca de fabricante y un nivel de servicio muy alto. Son los tres puntos que nos diferencian de puertas afuera, de puertas adentro somos una empresa con un sistema informático muy muy armado -básico para poder tomar decisiones muy rápido-) y un equipo humano palabra cuidada". El equipo de la compañía está formado por 1.800 empleados, el 90% de los cuales tienen contrato fijo con la empresa. El resto son contratados por temporadas según los repuntes de trabajo, como vacaciones o periodos de venta especiales.

muy centrados en Barcelona
Encontrarlos es fácil, siempre que se busque por Barcelona y alrededores. Los 114 establecimientos, la mayoría en propiedad de la empresa y sólo el 2% franquiciats, están distribuidos por la capital catalana y cercanía, con la excepción de dos tiendas, una a Blandas y la otra, en Manlleu.

Crecer mucho prisa nunca ha sido al pensamiento del equipo de la empresa, quien piensa que vale más hacerlo despacio, tal como explica su actual subdirector. "Siempre se ha optado por una política de expansión de tienda abierta, tienda que tiene que funcionar. No ha sido nunca una expansión masiva, siempre se ha hecho con la cordura catalana, que dicen. Dentro de la empresa hacer las cosas despacio y muy hechas está muy interiorizado", argumenta.

Anna Sorli y Josep Figueras. Cedida

Esta catalanidad al carácter también se percibe en las tiendas. El etiquetado en catalán y la campaña "Producto de aquí. Siempre en catalán" es otro de los disparos territoriales que el cliente puede encontrar, pero Figueras se aleja de modas y defiende que es una actitud que la empresa siempre ha mantenido. "La apuesta por los productos y de proximidad catalanes siempre ha estado en el ADN de la compañía. Sí que es cierto que todo el mundo se quiere hacer eco de esto ahora, pero a Sorli siempre ha estado a nuestro ADN", remarca sin citar nadie.

Y es que últimamente emprendidas como Caprabo –de la cual Figueras fue director comercial de productos perecederos, del equipo de compras y de aprovisionamiento- han apostado por la venta de productos catalanes que destacan a sus establecimientos, tal como ya hemos explicado a VÍA Emprendida. Con todo, la competencia no es el que preocupa Figueras porque, como mantiene, trabajan "con el objetivo de crear un modelo propio que nos ayude a diferenciarnos más". Y las cifras también son elocuentes: El año 2014 facturaron 230 millones de euros.
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