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Starlab, tecnología catalana de los viajes en el tiempo

Starlab nació para investigar en tecnologías futuristas como los viajes en el tiempo o el teletransporte, pero ahora está centrada en la neurociencia y la neurotecnología

    Parte del equipo de Starlab en Barcelona | Cedida
    Parte del equipo de Starlab en Barcelona | Cedida
    Bernat Bella
    Periodista
    12 de Mayo de 2025

    Muy cerca del Museo de la Ciencia de Barcelona se encuentra una de las empresas catalanas más punteras e innovadoras. Con un equipo multidisciplinario formado por físicos, matemáticos, ingenieros e informáticos abordan los grandes retos de la neurociencia y la neurotecnología con herramientas disruptivas de detección y tratamiento de enfermedades que prometen revoluciones.

     

    Se trata de Starlab, que ahora ha creado un dispositivo para facilitar la detección temprana del alzheimer con el objetivo de hacerlo llegar a todos los centros sanitarios. La historia detrás de la compañía es llamativa y en sus orígenes abordaba grandes retos humanos como los viajes en el tiempo o el teletransporte. 

    Una empresa del futuro

    Los orígenes de Starlab se remontan a los años 90 en Bélgica, cuando el matemático y físico Giulio Ruffini y la emprendedora e investigadora Ana Maiqués impulsaron un proyecto con la idea de hacer investigación futurista, rompedora y a muy largo plazo, con financiación exclusivamente privada. "Querían trabajar temas como el teletransporte o los viajes en el tiempo", explica el director de Starlab, Aureli Soria-Frisch.

     

    Fue en el año 2000 cuando decidieron abrir una delegación en Barcelona, que poco tiempo después, cuando cerró la matriz belga, se convirtió en la punta de lanza de Starlab y con los mismos Ruffini y Maiqués al frente. Aterrizaron suavemente sus investigaciones, centrándose en las tecnologías del espacio, la neurociencia y la neurotecnología y abriéndose a financiación pública. 

    De Barcelona al espacio

    "La idea en Barcelona era continuar con el espíritu rompedor, pero aterrizándolas también a necesidades a corto plazo de otras empresas y proveer servicios a corto plazo", destaca Soria-Frisch. De hecho, actualmente el 50% de los ingresos de la compañía provienen de servicios a otras compañías, mientras que la otra mitad es financiación pública para investigación.

    En cuanto a tecnologías del espacio, ofrecieron soluciones en ámbitos como las señales de posicionamiento de GPS e imágenes satelitales. En el primer caso, por ejemplo, se podían utilizar para medir el nivel del mar o de los pantanos. En el segundo, desde medir la salud de los árboles hasta predecir la aparición de las medusas en las playas.​​​​​​ Starlab se encargaba de todo: desde la idea original hasta el producto.

    Del cosmos al cerebro

    La otra gran rama de Starlab es la neurociencia y la neurotecnología, con el cerebro como campo de juego. Espacio y cerebro, una relación que puede parecer muy lejana, pero que Aureli Soria-Frisch explica: "Las señales que vienen de los satélites son muy pequeñas, como las del cerebro, y necesitas electrónica de precisión para leerlos y digitalizarlos".

    El otro punto de contacto es el uso masivo de datos en ambos casos y la inteligencia artificial. Hoy en día, Starlab no cuenta con el área de tecnologías del espacio, donde la competencia era muy grande. Y la apuesta es claramente la neurociencia y la neurotecnología. 

    Estudiosos del cerebro para mejorar la vida de las personas

    La diagnosis de enfermedades neurológicas y de salud mental y los tratamientos a través de corrientes eléctricas son los dos frentes que aborda Starlab. El objetivo es claro: proporcionar soluciones técnicas, productos y servicios para registrar información del cerebro, analizar los datos y aprovechar la información para mejorar la calidad de vida de las personas.

    Soria-Frisch: "La IA no debe sustituir al doctor en la toma de decisión, es un asistente para el personal médico"

    Son tecnologías incorporadas a un casco que utiliza neurotecnología e inteligencia artificial. En el caso del diagnóstico, tiene la capacidad de hacer un cribado de los pacientes que sufren una enfermedad neurodegenerativa y de conocer el estadio en que se encuentran de manera temprana: "El problema es que si las detectas cuando la enfermedad ya está desarrollada, poco se puede hacer, el cerebro no es recuperable".

    Pero su tecnología de monitorización va mucho más allá. Una de las ventajas es menos invasiva y más económica y cómoda que la neuroimagen o las resonancias magnéticas, cosa que para estudios clínicos o sector sanitario puede ser crucial. Y todo con uso de la inteligencia artificial, para que analice marcadores y señales. Pero el director de Starlab es claro: "La IA no debe sustituir al doctor en la toma de decisión, es un asistente para el personal médico". Todo ello quieren que llegue a centros sanitarios de todo el país. 

    El acceso al mercado

    Todos estos dispositivos médicos requieren años de certificaciones y pruebas. Por eso, Starlab los ha puesto a disposición de otros sectores para poder captar financiación. Por ejemplo, en cosmética o farmacia, donde los cascos de monitorización pueden comprobar si un producto es relajante o genera ciertos estímulos. "Nos permite disponer de financiación para las áreas de más riesgo", enfatiza el director de Starlab. 

    El otro dispositivo con el que trabajan es la neuoestimulación con corrientes para tratar enfermedades que hoy en día no tienen tratamiento específico, como puede ser la epilepsia, la depresión o el mismo alzheimer. De hecho, están en estudios en estos ámbitos. 

    La inteligencia artificial a nuestro servicio

    Con expertos en inteligencia artificial, Starlab quiere sacarle todo el jugo: "El principal campo de aplicación es que te permite pasar de diferentes marcadores de diferentes fuentes de datos a un indicador de riesgo único que le permite a la persona encargada del diagnóstico tomar una decisión".

    Así es como Starlab está haciendo del cerebro su filosofía de vida. Descifrar los secretos para mejorar la vida de las personas y ponerlo al alcance de todo el mundo. Alta tecnología con sello de Barcelona y que apunta alto: "Que en cada una de las consultas médicas pueda haber un dispositivo para hacer una prueba y poder detectar si hay riesgo de que aquella persona desarrolle una enfermedad neurodegenerativa".