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Suara, plataformas sin capitalismo

La cooperativa, que opera en sectores como los servicios sociales o el cuidado de la gente mayor, explora las posibilidades que los nuevos modelo digitales ofrecen a la economía social

La intervención en las jornadas sobre cooperativas y plataformas de la directora de la oficina de transformación digital de Sudara, Àngels Cobo | Cedida
La intervención en las jornadas sobre cooperativas y plataformas de la directora de la oficina de transformación digital de Sudara, Àngels Cobo | Cedida
Barcelona
29 de Junio de 2022
Act. 29 de Junio de 2022

En una reciente charla bajo el títuloLes cooperatives de plataformes poden beneficiar l'economia social de Catalunya?, el Director General de Economía Social y Solidaria, Tercer Sector y Cooperativas de la Generalitat, JosepVidal, defendió que el país "tiene suficientes propuestas de economíasocial para ser tractor en el cooperativismo de plataformas". Es, quizás, un concepto conflictivo: el sentido común actual, así como las reivindicaciones de los trabajadores, hacen muy inmediata la relación entre plataformas y las peores obsesiones del capitalismo realmente existente a las primeras décadas del siglo: inseguridad, horarios infinitos, salarios paupérrimos y precariedad absoluta. Tanto desde la economía productiva cómo desde la academia, pero, se cuestiona esta máxima, defendiendo que las plataformas pueden ser reapropiades por modelo sostenibles, solidarios y colectivos. Sobre el papel ya lo planteaba el filósofo británico JamesMuldoon en su reciente Platform Socialism; mientras que en la puesta en práctica Barcelona es suyo de uno de sus grandes exponentes: la cooperativa Suara.

 

La empresa, que cuenta con unos 1.200 trabajadores, se dedica a tareas relacionadas con los servicios sociales, la atención a la dependencia o a la gente mayor, la educación o la formación y trabajo, y ha aplicado el modelo de plataformas digitales tanto a su actividad como la gestión societaria interna; con cuestiones como la digitalización de las reuniones durante la pandemia. En la hora de adaptar las posibilidades digitales a la actividad de una firma de este perfil, la socia de Suara y directora del departamento de transformación digital Àngels Cobo pone el foco a "el preguntarnos qué puede hacer la tecnología por nosotros". "Tenemos que buscar que la tecnología esté a nuestro servicio, al de nuestra misión y nuestros valores; y no dejar que nos arrastre hacia espacios donde no queremos ir".

Cobo: "Que nos estemos plataformizando no es excusa para olvidar los valores cooperativos"

La misma Cobo contempla el dominio de los entornos digitales de unas "plataformas extractivas" que no solo usan modelos basados en la explotación –de los trabajadores, del medio ambiente, del entorno normativo...– sino que la tensan todavía más que las organizaciones tradicionales. Las iniciativas tecnológicas, pero, no son la palanca que activa este extractivismo, solo son un facilitador, que talmente como se puede usar para generar beneficios a cualquier coste, se puede emplear para facilitar procesos colaborativos dentro de entidades sin ánimo de lucro, como es Suara. "La pregunta es que puede hacer la tecnología por nosotros, no nosotros por ella", reivindica Cobo, que considera que la clave de la aplicación del modelo de plataformas a la economía social rae en la conservación de las hojas de ruta y los valores cooperativos que los informan. "Que nos estemos plataformizando no es excusa para olvidar los valores cooperativos".

 

Dentro de la propia cooperativa, de hecho, la adopción del modelo de plataforma dentro de la economía social ha suscitado debates. La fricción entre cualquier transformación –que, según Cobo, afecta el conjunto del tercer sector y la actividad de la economía social– y las líneas de pensamiento y acción del cooperativismo se hace patente siempre que se quiere cambiar la forma de actuar de la empresa; más encara cuando este cambio es hacia un modelo que, a priori, está ocupado por grandes tecnológicas nada homologables a la tarea en red que plantea Suara. "Cuando entra la plataformización, la pregunta sobre sus implicaciones se pone sobre la mesa, y los miedos están presentes", recuerda la socia. Aun así, y como a menudo pasa a las asambleas, la resolución y el logro del acuerdo es una tarea de hormiguita. La formación interna, la participación en pruebas piloto del nuevo funcionamiento o los grandes procesos de reflexión colectivos han marcado los tempos de la transformación de Suara. "Ha sido una cuestión muy presente en nuestra organización", reconoce.

Concretar la plataforma alternativa

Como en otros muchos sectores, al cooperativismo, y especialmente dentro del proyecto de Suara, la pandemia sirvió como un acelerador de los procesos de digitalización que ya estaban en los planes estratégicos anteriores quizás con horizontes más lejanos. La transición hacia un modelo de plataforma cooperativa de servicios a las personas, así, se ha encontrado con rutinas diversas que "han quedado" después de la crisis sociosanitaria –rutinas que, de hecho, se quieren profundizar–. En pleno confinamiento, con las dificultades que este implicaba para trabajadoras con el grado de presencialidad que tienen las de la cooperativa, se puso en marcha un servicio digital de apoyo emocional; que ahora se está usando, pose como ejemplo Cobo, para impartir formación en cuestiones como la higiene íntima femenina para las personas usuarias de la cooperativa.

La plataformización se ha concretado, en el caso de Suara, en una serie de servicios que ahora se vehiculan mediante herramientas y propuestas tecnológicas. La directora de innovación pone el ejemplo de los nuevos protocolos de seguimiento y acompañamiento a jóvenes migrados que, por edad, ya han salido del sistema de los servicios sociales del Estado. Así, los meses de digitalización forzada han generado nuevas rutinas que la cooperativa considera positivas, capaces de modular y mejorar su actividad en el futuro. "Todavía tenemos que descubrir como trasladar todos los aprendizajes que acumulamos durante la pandemia a la actividad de la plataforma" razona Cobo.

El futuro cooperativo digital

Si bien las estructuras de funcionamiento ya empiezan a estar adaptadas a las nuevas propuestas digitales, el de las personas es un proceso más complejo. Cuando se habla de la capacitación digital, tanto de muchas de las trabajadoras y trabajadores de la cooperativa como de las personas usuarias de sus servicios, Cobo explica que "se partía de muy lejos" y que, por lo tanto, se hace necesaria una tarea de aprendizaje y adquisición de costumbre con las herramientas tecnológicas. Suara ya ha tenido que hacer "un gran esfuerzo" en este sentido, con la creación de un equipo interno que ha aplicado el modelo europeo de competencias digitales específicas por cada perfil profesional que opera a la cooperativa. "La digitalización no va solo de tecnología; va de cambio cultural, va de formación y de personas", argumenta la socia de Suara.

Sobre este trabajo, una vez las persones socias han tomado la costumbre y las dinámicas de un formato de operación social plataformitzat, la cooperativa puede avanzar con propuestas que amplíen su alcance digital. Por ejemplo, Cobo proyecta la aplicación de estas herramientas al acompañamiento de personas sin hogar u otros colectivos vulnerables. También se exploran planes de formación para la adaptación de herramientas tecnológicas a la cura de las personas a su domicilio, con una estrategia de colaboración con la comunidad alrededor de la persona usuaria. La conexión con los entornos vecinales y sociales acontece la clave para "generar proyectos intergeneracionales" que lleven a la gente mayor con que trabaja Suara el conocimiento digital de jóvenes de su barrio. "Nos preguntamos, en cada ecosistema, qué puede hacer el barrio por la gente mayor?", plantea la directora de innovación, en un contexto fructífero para modelos de economía social. La digitalización, así, sirve como camino para el reencuentro comunitario en barrios y ciudades; entornos donde la pandemia no ha dejado solo el uso de zoom por habla con familiares, sino una sensación de retorno del conocimiento con el entorno.