TGO, de conectar Olesa a extenderse a más de una veintena de pueblos catalanes

Transportas Generales de Olesa nació hace cien años y actualmente dispone de más de 70 buses y llega a más de 20 municipios

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Joaquim Villà y Bruno Blanes fundaron Transportes Generales de Olesa el 1922. Un servicio de transporte de pasajeros que empezó conectando Olesa, la Estació del Nordi y el Balneario La Puda en Montserrat. "Hasta entonces se iba con caballo", recuerda la actual directora general de TGO, Carme Pros. Cien años después, la compañía se encuentra en más de una veintena de municipios catalanes y superó los 10 millones de facturación el 2019.

"Era una oportunidad para ofrecer un servicio que no existía, más allá de las tartanas, que eran muy lentas. Antes estaba muy de moda ir al balneario, venía mucha gente de Barcelona", detalla Carme Pros. Aún así, la historia de Transportes Generales de Olesa se remonta al siglo XIX.

El Hotel Gori, en los orígenes

Fue al 1899 cuando la familia Casals, una de las más poderosas de Olesa, decidió inaugurar un establecimiento hotelero, el Hotel Gori. Una vez inaugurado, pidieron permiso para destinar tres vehículos al servicio de transporte de viajes, conectando así el hotel con la Estació del Nordi y el Balneario de la Puda.

Años más tarde, el hotel fue arrendado a la familia Villà, que querían utilizar el edificio cómo alojamiento para los trabajadores de su empresa textil Industria Olesana. Así fue cómo los fundadores de Transportes Generales de Olesa empezaron a crear lo que más tarde sería el traslado de pasajeros

Hasta el año 1927, se adquirieron seis vehículos nuevos. Entre ellos, un ómnibus para llegar del Hotel Gori al Balneario de la Pudo. El 1929, la compañía adquirió un ómnibus de la marca Hispano Suiza y otro de la marca Rochet-Schneider. El primero tenía 20 asientos y el segundo 22. Hasta que en el 1933 la empresa cambió de manos y fue adquirida por Fèlix Figueras, que fue alcalde del pueblo el 1931.

El estallido de la Guerra Civil

En marzo del año 1936, Figueras y Aragay consiguió la concesión de la línea de transporte para cubrir el trayecto entre Olesa y Barcelona. Se iba a inaugurar en junio, pero el estallido de la Guerra Civil interrumpió los planes. Y al acabar la Guerra, otro cambio de propiedad: Amèlia Camats cogió las riendas. "En aquella época y en un sector cómo el transporte era extraño que hubiera una mujer al frente", destaca Carme Pros.

La actual directora general señala que aquellos años de posguerra fueron complicados y no fue hasta los 50 y 60 cuando el negocio volvió a coger un poco de impulso. Pero siempre a escala pequeña y manteniéndose principalmente en Olesa.

El salto de la empresa

El 1984 compra la empresa Salvador Alapont, que venía de una familia también dedicada al sector con la histórica Masats. Las dos compañías unen fuerzas. En aquellos años, la mayoría de servicios se hacían con Terrassa, cómo recuerda Carme Pros: "Olesa y Terrassa estaban muy conectados, a nivel de salud y estudios. Recuerdo en los años 80, los buses iban absolutamente llenos, la gente de pie y un poco desbordados".

 A pesar del movimiento, la empresa tenía solo unos diez vehículos. Alapont la fue impulsando: "Era una empresa con pocos vehículos y pocos conductores y la hizo crecer despacio. Fue una época complicada hasta que se consiguieron acuerdos y contratos con las administraciones. Un crecimiento lento pero sin cesar".

El riesgo del empresario

Aquellas concesiones para cubrir líneas regulares no eran un negocio seguro. Carme Pros explica cómo las administraciones solo cubrían los gastos si se llenaba el autobús, sino, el empresario perdía dinero: "Podía ser totalmente deficitario". Y muchas líneas regulares lo eran.

Por eso, TGO decidió abrir una línea de negocio de servicios particulares, ofreciendo transporte para viajes al extranjero, en casamientos o escuelas. "Era una balanza, ganabas por un lado y perdías por el otro. Por eso el crecimiento tenía que ser despacio", detalla Carme Pros. Pero apostaron y salió ganando. El 2019, TGO cerró un año de récord con 10,5 millones de euros y con servicio regular a 25 municipios. Y cuentan con 75 autobuses y más de 130 trabajadores.

El gran reto de 2028

A medio plazo, TGO tiene el 2028 grabado a fuego. Acaban todas las concesiones de servicio de transporte en Catalunya: "Esperamos ser competitivos para seguir con las que tenemos y, si puede ser, ampliarlas". Pero no será fácil, puesto que hay grandes empresas que pueden ofrecer unos precios mucho más competitivos.

"Nosotros técnicamente lo cumplimos todo, estamos al día. Pero las licitaciones están muy marcadas por el precio, es cómo una subasta", lamenta. A pesar de ser una empresa pequeña, el 2015 entró a formar parte de Direxis y el grupo pasó a ser TGO DX. Fue cuando murió Salvador Alapont.

Tecnología e innovación

TGO ha tenido clara siempre la necesidad de apostar por la tecnología. De hecho, han desarrollado un software vinculado al transporte a demanda que ofrecen también a otras operadoras.

"Siempre nos hemos anticipado a las necesidades de los clientes. Tenemos un contacto muy fuerte cada día con el territorio y los usuarios y detectamos rápidamente el que necesita", resume Carme Pros.

Con esta vocación de servicio al cliente y en el territorio se ha consagrado un grupo que empezó a andar hace más de ciento años. A pesar de que durante décadas se mantuvo cómo una pequeña empresa, el empujón de Salvador Alapont desde los 80 la hizo crecer e impulsarla. De los 10 buses de fecha reciente más de 30 años, a casi 80. Un ejemplo que nunca es demasiado tarde para intentarlo.

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