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Un millón de euros de multa

Las inspecciones del Ministerio de Trabajo sobre los profesionales médicos liberales y los centros privados se han multiplicado, comportando sanciones millonarias

Barcelona
26 de Septiembre de 2017

El Centro Sanitario Can Mora de Sant Cugat ha sido el primero a levantar la voz. A inicios de septiembre, el recinto médico publicaba un comunicado en que denunciaba las cada vez más frecuentes inspecciones que el Ministerio de Trabajo está realizando a las clínicas, hospitales y consultorios privados con el finde que "los médicos y profesionales sanitarios queprestamos servicio seamos afiliados al Régimen General de la Seguridad Social como trabajadores por cuenta ajena, privándonos el derecho de elección de nuestra relación contractual". Es decir, para controlar el número de trabajadores autónomos que hay en estos centros.

 

La presencia de médicos autónomos en los centros médicos privados es habitual. A Can Mora mismo cuentan con una octogésima de colaboradores, a quienes ceden un espacio porque puedan realizar las visitas a sus pacientes. "Son trabajadores que están a varias clínicas y que trabajan con su propio material. Pactamos con ellos las horas que vendrán y cobran una comisión por la media de visitas que hacen a la hora; es una situación adecuada para ellos, puesto que tienen una gran flexibilidad y condiciones económicas muy mejores que las que tendrían con una relación laboral bajo convenio", explica la gerente del recinto de Sant Cugat, Consolación Sánchez.

Sánchez: "Cuando llegan las sanciones los colegios profesionales se lavan las manos, porque la ley no indica como tienen que trabajar estos profesionales sanitarios"

 

Para la responsable del centro privado, el origen del problema es la carencia de normativa para regular los trabajadores freelance. "Los colegios profesionales médicos nos recomiendan llegar a estos acuerdos con los autónomos, pactando horarios, vacaciones, tiempos de visitas, comisión para establecer el salario y la cesión de un espacio de trabajo, pero cuando llegan las sanciones se lavan las manos, porque la ley no indica como tienen que trabajar estos profesionales sanitarios", denuncia Sánchez.

 

Los colegios profesionales y la abogacía de sanidad tienen previsto abordar un proyecto de ley para fijar las condiciones de trabajo de los liberales del sector, pero, hasta que se concrete, la amenaza de sanciones continúa. El resultado de la ambigüedad de la normativa es que los inspectores consideren a estos trabajadores como falsos autónomos. En el Centro Sanitario de Can Mora, las inspecciones le han supuesto una sanción de un millón de euros. "Hemos recorrido la multa, en un caso que los abogados veían claramente a favor nuestro, pero el Supremo ha acabado rechazando nuestras alegaciones", explica Sánchez, que ve en la actuación de la Administración "un afán puramente recaudatorio".

La frontera de los falsos autónomos

La cuestión de los falsos autónomos no es exclusiva de los centros médicos privados, a pesar de queafecta especialmente por la gran cantidad de recintos de este tipo en Cataluña y por el alto porcentaje de profesionales liberales que presenta el sector.

Fernández: "Si el investigado está ligado a un horario y a un salario fijo, y está sujeto a una jerarquía"

 

Así pues, qué parámetros tiene en cuenta la Seguridad Social para dictaminar si está ante un caso de falsos autónomos? La abogada del despacho de Sant Cugat AF Abogados, Selene Fernández, señala tres factores: "Si el investigado está ligado a un horario y a un salario fijo, y está sujeto a una jerarquía".

Sobre los horarios, la abogada señala como factor determinante qué de las dos partes fija los días de consulta. "Se podría justificar un autónomo si, por ejemplo, existen correos en los cuales el profesional indica en el centro los días y horas que hará las visitas. Si, al contrario, es la clínica la que determina las jornadas se puede dar una situación que la Seguridad Social puede interpretar como similar a la de un asalariado, donde el trabajador responde a una jerarquía".

Fernández, pero, señala el salario como el hecho más determinante. "El autónomo solo tener unos ingresos variables. Si la factura mensual es siempre la misma, podría asimilarse a una situación de asalariado. Una solución podría ser cobrar una cantidad en función de los pacientes realmente atendidos, no haciendo el cálculo de media por hora al centro". La abogada indica que también podrían justificar su trabajo como autónomos los profesionales "que no reciban la mayor parte de sus ingresos de un solo centro, sino que su salario llegue de dos o más. En estos casos no se puede decir que el trabajador sea asalariado de ningún lugar en concreto".

Esta es la situación de buena parte de los profesionales liberales de la sanidad, pero no de todos, puesto que algunos sí que facturan todo su trabajo de un único centro. Incluso en estos casos, la abogada ve una salida para justificar el trabajo como autónomo en la inclusión de gastos por uso de los servicios de los recintos médicos. "El centro está facilitando una consulta, una secretaría, atención telefónica y, en algunos casos, incluso, una cartera de clientes. Un autónomo convencional suele pagar por estos bienes o servicios, e incluir estos gastos es un argumento ante la Seguridad Social para demostrar que no se es trabajador del centro, sino un usuario de los servicios a escala profesional", argumenta. En este sentido, Fernández considera que el hecho de trabajar con material propio "es un factor a tener en cuenta, pero no decisivo".

Situación límite

Más allá de los detalles legales, la gerente de Can Mora denuncia la aleatorietat de las inspecciones, que considera injustificables. "Tenemos colaboradores que dedican el 100% de su jornada al centro sin sanción y otros que trabajan sólo tres días que ha supuesto una multa".

Después del rechazo a las alegaciones por parte del Supremo, el centro de Can Mora está a la espera de recibir una sanción a la cual, según Sánchez, "no tenemos manera d hacer frente". El recinto privado de Sant Cugat ha sido lo más castigado, pero las inspecciones y multas se han multiplicado en los últimos meses, dejando en el aire tanto la situación de los profesionales médicos autónomos como de los centros privados.