
Pocas empresas pueden presumir de hacer 100 años en activo, y más si hablamos de negocios familiares. Este es el caso de Isidro Torras S.L. Cepillos Técnicos, empresa situada en Sant Quirze del Vallès que ya ha visto pasar tres generaciones de la misma familia al frente del proyecto. Este año celebra su centenario con la certeza de tener el negocio consolidado para encarar el futuro después de haber superado muchas etapas a lo largo del último siglo. Una trayectoria reconocida públicamente el pasado 4 de mayo, con el premio de reconocimiento a la IV Noche de la Empresa de Santo Quirze por sus 100 años de tradición y constancia.
La fábrica vallesana, que cuenta con nuevo trabajadores a la plantilla, empezó a rodar en 1915 produciendo cepillos con la idea de cubrir las necesidades de la industria textil que entonces era el eje económico de la zona y del país. Pero los tiempos y las peticiones del consumidor fueron cambiante y el negocio ha tenido que adaptarse a la demanda de cada época para seguir saliendo adelante a fuerza de reinventarse. Actualmente, Isidro Torras fabrica cepillos técnicos para usos industriales y profesionales como por ejemplo la limpieza viaria, sea manual o para completar máquinas escombradores de muchas ciudades de Cataluña, España y otros países, pero también a la automoción, la industria siderúrgica o el envasado, entre otros.
Del cepillo textil al cepillo técnico
"Una empresa no puede fabricar el mismo producto durante 100 años seguidos porque en el ámbito industrial las cosas van cambiante, es una cuestión de competencia y de consumo", explica el actual gerente de la empresa, Xavi Torras, de 43 años y que en puerta más de 20 trabajando en la fábrica que fundó su abuelo. Por esta razón, el que un día fue el negocio de los cepillos para la industria textil, pasó a crear pinceles o brochas de cosmética, unos productos que quedaron obsoletos con la llegada del mercado chino mucho más barato. Fue hacia los años 60 cuando la empresa empezó a fabricar los cepillos industriales, y ya hacia finales de los 70 se adentró en la producción de cepillos para máquinas escombradores, sector innovador en aquella época y que continúa siendo muy rentable.
"La empresa siempre ha tenido que reinventarse para buscar nuevos caminos en el ramo de la fabricación de cepillos centrados sobre todo a satisfacer las necesidades especiales del cliente", asegura Torras. La fábrica vallesana decidió hace diez años buscar salida en el mercado extranjero y asistió a ferias de Francia donde hizo buenos contactos. Hoy en día tiene clientes en Portugal, Marruecos, Andorra y sur de Francia.
Actualmente, Isidro Torras divide su producción en dos departamentos muy diferenciados: uno para la fabricación de cepillos técnicos a medida para el sector industrial y el otro se ha centrado a hacer los pedidos diarios para la limpieza viaria, sector en el cual es uno de los principales proveedores del país. En este sentido, la fábrica hace envíos en muchos pueblos y ciudades de Cataluña y España a través de empresas subcontratadas por ayuntamientos, por ejemplo, de Sabadell, Barcelona, Tarragona, Valencia, Alicante, Zaragoza o Albacete, entre otros muchos. De hecho, la firma vallesana tiene una fuerte presencia en todo el territorio catalán y a gran parte del levante peninsular.
Internet y nuevas tecnologías para hacer crecer el negocio
La marca catalana de cepillos ha incorporado recientemente una aplicación a través de su web de Internet donde los clientes pueden pedir la fabricación a medida del producto que necesiten, y está siendo todo un éxito. Un proceso que agiliza mucho el trabajo, puesto que a través del pedido hecho a la red, la empresa puede empezar a fabricar el producto y dar inclús un presupuesto cerrado. "El mundo industrial tiene unas necesidades infinitas y aquí es donde nosotros intentamos dar este plus que no encontrarán en una estantería de una ferretería", explica Torras.
Isidro Torras ha encontrado en Internet la manera de modernizar su sistema de atención a los clientes y apostar por la innovación de sus productos. En este sentido, la empresa está impulsando apenas ahora la fabricación de una parte del aparato tecnológico que requiere un cepillo porque funcione con el objetivo de dar más oferta a los clientes, una medida que ya se utiliza habitualmente en países como los Estados Unidos o Alemania. "Se trata de aplicar una pequeña ingeniería para ofrecer un plus al producto. Algunos clientes ya nos habían pedido si se los podíamos ofrecer todo el aparato", asegura Torras, que añade que la fábrica facturó 1,2 millones de euros el 2014.
Un futuro con la experiencia como factor de garantía
La crisis no ha pasado mucha factura en la fábrica de cepillos vallesana, pero la empresa familiar ha tenido que bajar los precios de sus productos y aumentar las horas de trabajo para mantener la facturación. Xavi Torras espera que los nuevos proyectos se reflejen en un crecimiento de los beneficios, a pesar de que por ahora no lo contempla . "Estos últimos años no hemos crecido más y no es una mala noticia porque hemos tenido que contrarrestar la parada de un cliente que nos ingresaba mucho dinero. Por suerte, nuestro sector es muy planer, si el negocio sube, lo hace despacio, pero si baja, la facturación también lo hace de manera progresiva", explica Torras.
La empresa vallesana realiza entre 10 y 15 pedidos diarios y cuenta con cerca de 3.000 clientes nacionales e internacionales, 300 de los cuales son habituales en el sector de la limpieza viaria y cerca de 600 forman parte del departamento de cepillos técnicos. Isidro Torras S. L. mira hacia el futuro con 100 años de experiencia y reconocimientos que son la carta de presentación de cara a los nuevos retos que puedan venir. "Costa mucho salir adelante una empresa pero hemos aguantado, un negocio tiene que buscar siempre aquello que no hace nadie para dar en el cliente una oferta diferente. Se tiene que trabajar siempre con ilusión, seguridad y mirando adelante", concluye Torras.