El sindicato USO ha convocado nueve jornadas de huelga entre los tripulantes de cabina de la aerolínea easyJet. Las jornadas de protesta, que se alargarán durante fines de semana de todo el mes de julio, responden a la "situación de bloqueo " que denuncian los representantes de los trabajadores en la negociación del nuevo convenio colectivo. Desde el sindicato, de hecho, lamentan que "la empresa no tiene interés en negociar la mejora de las condiciones laborales de los tripulantes de España".
Los trabajadores reclaman una equiparación con las condiciones laborales de sus homólogos otras bases europeas de la compañía, como Francia o Alemania. Las principales reclamaciones de USO, unas condiciones que generan un agravio comparativo entre los empleados del Estado y los del resto de Europa, son la subida del salario base, el pago por antigüedad, el ajustamiento a los precios de consumo de los sueldos, la retribución de las horas formativas o la limitación del tiempo de vuelo para favorecer los descansos, entre otras exigencias.
En concreto, la Unión Sindical Obrera asegura que los tripulantes de cabina a los aeropuertos de loEstado cobran de base unos 850 euros menos que sus compañeros al resto de Europa, el "salario más bajo de todas las tripulaciones de las bases de easyJet en Europa". Así, el sindicato reclama trasladar parte de la parte variable de horas de vuelo a la base porque los tripulantes puedan descansar, para atacar un modelo cómo el actual por el cual "si vuelas muchas horas pagas las facturas, pero a expensas de reducir el tiempo de descanso".
Las afectaciones que provocará la huelga sobre los vuelos de los usuarios de easyJet a los aeropuertos españoles serán significativas, y más en el que los sindicatos denuncian cómo un "verano complicado" con una carencia de personal generalizada a todas las infraestructuras. Así, la asociación de consumidores Facua ha avisado que todos los clientes que sufran los efectos de la huelga podrán reclamar tanto la devolución del importe del billete cómo compensaciones adicionales –unas penalizaciones que la aerolínea podría evadir si avisa de la cancelación de un vuelo con más de dos semanas de antelación o si ofrece a los usuarios un transporte alternativo a su destino–.