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Verdcamp Fruits, la agricultura que apostó por Catalunya y rompió las reglas

Verdcamp Fruits llegó a exportar más del 70% de su producción de hortalizas y verduras, pero decidió volver a Catalunya para potenciar el consumo de proximidad

     La quinta generación de campesinos de la familia Barrabeig-Tost, al frente de Verdcamp Fruits | Cedida
    La quinta generación de campesinos de la familia Barrabeig-Tost, al frente de Verdcamp Fruits | Cedida
    Bernat Bella
    Periodista
    28 de Julio de 2025 - 05:30

    “A la sociedad no le interesa la agricultura ni el trabajo en el campo. Ser campesino no mola”. Es la contundente reflexión de Ernest Mas, quinta generación de campesinos en Cambrils y que ahora está al frente de una empresa referente en agricultura ecológica y regenerativa. Verdcamp Fruits, que gestiona con cuatro primos más, es el paradigma de la apuesta por el territorio, el entorno natural y la proximidad como filosofía de vida y de empresa.

     

    Mientras la economía cada vez es más global, ellos han hecho el camino opuesto: han pasado de exportar el 70% de sus frutas y verduras a vender el 80% en Catalunya. “Muchas veces se valora más una empresa si vende muy lejos. Nosotros no lo pensamos. El gran valor de una empresa es tener un impacto positivo lo más cerca posible”, piensa Mas, que añade: “Estamos muy orgullosos de este cambio”. Y no sólo eso: han decidido dejar atrás los químicos para apostar por un cultivo natural que se autorregula.

    El amor por el campo

    Verdcamp Fruits es la historia de una saga familiar de cinco generaciones dedicadas al campo. De campesinos que han pasado su vida entre cultivos. "Fue mi abuelo quien se estableció en Cambrils y apostó por una agricultura profesional. Es la generación que más nos marca", explica Ernest Mas, uno de los responsables actuales del proyecto. Hasta entonces, era cultivo de subsistencia.

     

    Después de su abuelo, que adquirió tierras en propiedad, la generación de su madre continuó un negocio vinculado a las tradicionales cooperativas agrícolas. Fue a finales de los años 80 cuando se vive el momento crucial: la quinta generación decide abandonar el modelo de la cooperativa para la distribución: "En 1989 se crea Verdcamp Fruits y empezamos a comercializar nosotros mismos lo que producimos". 

    Era la generación de Ernest Mas y cuatro primos más. La apuesta fue ambiciosa: especializarse en tres cultivos: escarolas, patatas o alcachofas, y darles el máximo valor posible con una apuesta clara por la mecanización y la tecnología. Con este modelo, llegan a exportar más del 70% de la producción y las grandes superficies se convierten en los principales clientes. Pero entonces, todo cambió.

    Mas: "Entendimos que no seríamos los más grandes ni los mejores a nivel de producción"

    Ernest Mas y sus compañeros experimentan un cambio de filosofía y proyecto pocas veces visto. Deciden abandonar la exportación y la especialización para iniciar un camino basado en la naturaleza, la sostenibilidad, la proximidad y la revolución de la agricultura regenerativa. "Entendimos que no seríamos los más grandes ni los mejores a nivel de producción", enfatiza Mas.

    A este pensamiento se le sumó una conciencia natural. Veían en primera persona cómo la dependencia de los químicos para sacar adelante sus cultivos iba en aumento, pero los problemas no desaparecían: "Nos volvíamos más dependientes de un sistema y creaba ciertas inercias que no nos gustaban". De aquí nació la inquietud de apostar por lo natural.

    Ernest Mas: "Cambiaron el enfoque, dejamos de luchar contra la naturaleza para producir con un equilibrio del ecosistema"

    Y cambiaron los químicos por cultivos con mucha diversidad, donde las mismas plantas y hierbas silvestres regulan y controlan la biodiversidad. Hoy, las 300 hectáreas de Verdcamp Fruits son un espectáculo de flora, donde cada planta, sea comestible o no, juega un papel esencial para el mantenimiento del ecosistema. "Nos convencemos de la importancia de cómo producimos y dedicamos muchos esfuerzos de investigación e innovación", apunta Mas. Una agricultura mucho más conectada con el medio natural.

    Así pasaron de tres o cuatro cultivos a producir una veintena de frutas y hortalizas. "Cambiaron el enfoque, dejamos de luchar contra la naturaleza para producir con un equilibrio del ecosistema", enfatiza Mas. 

    Volvemos a Catalunya

    Pero esta no fue la única apuesta de Verdcamp Fruits. En un momento en el que exportaban el 70% de su producción, decidieron volver a apostar por Catalunya. Mientras el éxito de las empresas se valora por la internacionalización, Verdcamp Fruits hizo un grito de amor al territorio y a la proximidad. "Es un sinsentido que nos alimentemos de productos que han viajado 4.000 kilómetros", reflexiona Mas.

    Con este convencimiento, vieron claro que Verdfruit tenía que volver a vender en Catalunya. Y en pocos años, han pasado de exportar el 70% a vender el 80% de sus alimentos en el país. Una apuesta casi única, sostenida por la creencia en la sostenibilidad, la proximidad, la temporalidad y la estacionalidad de los alimentos. 

    Mas: "Rompemos los esquemas, demostramos que, a pesar de ser grandes, podemos hacer cosas que ni los pequeños hacen"

    Con esta filosofía cultivan ahora 300 hectáreas de hortalizas, con una facturación de 12 millones de euros. Supermercados de ámbito catalán y español, mercados y tiendas especializadas son sus clientes y se han convertido en referente indiscutible de la agricultura ecológica y regenerativa. "Rompemos los esquemas, demostramos que, a pesar de ser grandes, podemos hacer cosas que ni los pequeños hacen", destaca Mas, haciendo referencia al abandono de los químicos y la apuesta por la biodiversidad. Sin ir más lejos, han sido reconocidos por el Celler de Can Roca y el BBVA como los mejores productores sostenibles. 

    Un camino que han recorrido en medio de una tendencia de desmantelamiento del sector primario. Una realidad que Mas vincula a la desconexión del mundo urbano del rural. "Ser campesino no mola", resume. Lo define a la perfección: "La primera preocupación de nuestros abuelos que se despertaban, era qué comerían. Dos generaciones después, esta preocupación ha desaparecido y nos da igual de dónde provienen los alimentos".

    Una reflexión que se suma a la filosofía de Verdcamp Fruits y sus responsables: "Decidimos que no queríamos crecer más, sino que queríamos hacerlo mejor, cuidando a nuestros clientes y nuestro entorno. Cuando estás en una inercia de crecimiento, cuesta mucho detenerse, pero decidimos que no queríamos ser los más grandes ni los mejores". Una demostración de que mirar a Catalunya y a nuestra tierra a menudo es la mejor apuesta.