"Compartiría con nosotros el nombre de las personas con quienes ha chateado esta semana?", "Senador, preferiría no hacerlo aquí, públicamente". Con esta pregunta tan simple Richard Durbin puso entre la espada y la pared el fundador de Facebook durante su comparecencia en el Congreso norteamericano a raíz del escándalo de Cambridge Analytica. La imagen de esta aparición de Mark Zuckerberg es paradigmática de cómo ha avanzado el año por las grandes tecnológicas. El 2018 ha sido marcado por la regulación de su negocio en favor de la privacitat de los usuarios y la veracidad de los contenidos que consumimos en linea.
De hecho, los pasados 12 meses han sido definitivos porque los principales actores sociales y políticos apuesten de manera definitiva para reglar el sector. La gran bomba detonó en marzo, cuando trascendió que la consultora británica Cambridge Analytica (que cerró meses después a raíz de una crisis) había recopilado, sin su consentimiento, los datos de millones de usuraris para elaborar perfiles psicológicos e influir en sus posicionamientos políticos.
Debido a ello, las acciones de Facebook se desplomaron a la bolsa y el consejero delegado de la empresa, Mark Zuckerberg, tuvo que pedir disculpas públicamente y dar explicaciones a la cámara baja.
La guerra de las fake news
Realmente, la presión ha sido constando sobre la compañía de Facebook. La empresa, que también es propietaria de WhatsApp e Instagram, este año también ha tenido que afrontar la convocatoria de elecciones en el Brasil y la celebración de las midterms norteamericanas con el fantasma de las fake news encara sobrevolando. Para evitar los errores del pasado, concretamente los de las presidenciales de 2016, esta vez la compañía creó una war room a su sede de Menlo Park, California. Desde allá, una treintena de personas coordinaron trabajadores de todo el mundo con el objetivo de rastrear a tiempo reales los comentarios en linea sobre los comicios y retirar los contenidos "no honestos".
Europa se protege
En cuanto a Europa, el 25 de mayo entró en vigor el nuevo Reglamento General de Protección de Datos. La nueva legislación, de obligado cumplimiento por todos los países que forman parte de la Unión Europea y las empresas que trabajan en este territorio, tiene un doble objetivo: poner al día la legislación de los diferentes Estados y dar al usuario la potestad de decidir quién tiene y que se hace con sus datos.
En este sentido, se han introducido conceptos como el derecho al olvido, es decir, que una plataforma esté obligada a eliminar todos los datos que guarda de un usuario si este lo solicita.