
Si una persona admite no tener perfil de Facebook, el resto se escandaliza. Si rechaza totalmente usar WhatsApp, se lo considera un desconectado del mundo. Y no hay que hablar de Twitter, LinkedIn, Instagram... Decir no a alguna de estas redes es ser visto como un tipo de 'bitxo extraño'. Y es que de todo el tiempo que estamos conectados en el web, un 28% lo pasamos en alguna plataforma de este tipo, el que se traduce en dos horas por los jóvenes de menos de 20 años y en tres horas por los mayores, según una infografía de Go-globe.com.
Pero el quid de la cuestión no está en el tiempo que perdemos o dedicamos –según la percepción de cada usuario- a navegar por las redes sociales, está en no cruzar la peligrosa línea de la adicción. Entre los datos que revela la consultoría, hay algunas que dejan claro que esto ya es un problema: 1,23 billones de personas se conectan en alguna red cada 17 minutos y un 18% de los usuarios no puede estar más de dos horas sin mirar Facebook.
Los hábitos que la sociedad está adquiriendo ya preocupan los especialistas. Entre ellos, al psicólogo Marc Masip, quien asegura que a pesar de no estar todavía tipificada como patología, "se detecta y se trata como el alcohol, el tabaco y las drogas". Los likes, los seguidores y los comentarios son las nuevas adicciones.
Como saber si somos adictos?
Antes de analizarse un mismo los hábitos, Masip insiste a diferenciar entre "variación de conducta" y "adicción". La primera muestra un cambio en las rutinas, como el hecho de levantarse abans para consultar las noticias vía Twitter y retomar las obligaciones después; mientras que la segunda se detecta si un usuario se quita con una hora de margen para abrir las redes y, aún así, acaba haciendo tarde al trabajo y elude sus responsabilidades.
Para poner solución, no hay más remedio que instaurar límites. Tanto con el ordenador como con el teléfono móvil, el cual es más difícil de controlar dado el hecho que lo traemos cada día encima.
Miedo a la desconexión
Los usuarios no quieren perder el hilo de que pasa en el mundo. Es más, pueden llegar a sufrir ansiedad si no saben qué secuece en el web cuando no están conectados. Según el socio de Zinkdo Pepe Tomé, es una reacción debida a "la sensación de pertenencia con la comunidad y de seguridad en un mismo" que generan las redes, y que a menudo cuesta de encontrar en la realidad. Por lo tanto, además participación en una plataforma, más interacción se tiene con el resto, más comentarios se dejan y más se alimenta la reafirmación en el entorno.
Más allá de la reafirmación inmediata, el especialista en marketing digital señala un segundo atributo que diferencia la red de la vida real: "Casi todo se positivo". Es obvio que los comentarios negativosestán presentes, pero a escala personal, y no de usuario con notoriedad mediática, abundan las interacciones positivas.
De esto también en habla Masip. Él, pero, introduce el término 'codicia': "En el momento en que vemos que nuestros tuits o fotos tienen una aceptación, todavíaqueremos más y más. Seria como tener mucho dinero y todavía querer más".
El 'social media' en horas de trabajo
El trabajo es el ámbito más afectado, más que no las relaciones familiares e interpersonales. "Ahora hay muchísima gente que al trabajo tiene el Facebook abierto, y esto distrae, como también se está demasiado pendiente del WhatsApp", critica Masip, quien dirige el programa Desconecta, centrado a educar los usuarios en el uso de la tecnología. Este hecho tampoco pasa desapercibido por Go-Globe. En su infografía revela que los trabajadores pasan en las redes entre un 60% y un 80% del tiempo que están en Internet. Y no se refiere a las horas totales del día, no, sino al rato que pasamos conectados al trabajo.
Para el psicólogo, el culpable del abuso de las redes al entorno laboral es el mismo usuario. "La tecnología es una oferta, no una imposición", afirma, pero sin excusar totalmente a las empresas, las cuales cree que "tendrían que aportar un plus –herramientas o programas- porque nada de esto pase". Al lado contrario sesitúa Tomé, quien aligera la visión de Masip: "No es negativo que una persona destine tiempo en las redes mientras está al trabajo. Es un momento de desconexión como lo es ir a fumar o hablar con el compañero del lado".
A pesar de las dos percepciones opuestas, parece claro que no se puede etiquetar el dato del 60%-80% de tiempo que dedicamos en las redes en horario de trabajo. Ni es bueno ni es malo, todo depende de los hábitos de la persona y del motivo por el cual seva.
Adopción inmediata de las redes
"Las redes sociales son el fenómeno de más rápida adopción de la humanidad", opina Tomé, "cualquier otra cosa de las que conocemos ha necesitado un periodo más largo de tiempo para nacer, crecer, consolidarse y morir". Pero morir, por mucho que algunos lo digan, no mueren. Esta es la única etapa que encara no hemos visto. Y quehaya gente que sea capaz de generar adicción hacia las redes es una muestra de que tardaremos a verlo.
El reto de ahora está a saber quéhace la población en cada red, porque cada edad y sector escoge un canal y un uso diferente. En este sentido, el socio de Zinkdo intenta matizar los estudios publicados: "Hay un uso masivo de las redes, pero estoy seguro de qué es compartido. Yo miro mi Facebook mientras tengo una serie puesta, o consulto Twitter a la vez que veo la TV. Son pestañas que están abiertas a la vez".
Por lo tanto, es innegable que las redes son un parto inherente de nosotros y que pueden generar adicción, pero hace falta precaución. "Pasamos muchas horas al ordenador, por el que tenemos que darle un tono de naturalidad a las redes sociales y no excluir todo aquello que hacemos en el mismo momento", reflexiona Tomé.