
06
de Septiembre
de
2016
Ahora hace aproximadamente un año explicábamos en esta misma sección que Mastercard estaba probando un sistema que permitiera a sus usuarios usar su cara como método de autenticación al pagar con tarjeta de crédito. Y el cierto es que un año después, seguimos yendo a pagar en cualquier tienda e introduciendo el clásico pin numérico de 4 cifras para verificar nuestra identidad.
En el caso de las aplicaciones móviles bancarias, muchas entidades ya usan otros sistemas de identificación, algunos incluso biométricos, que permiten acceder a nuestro saldo, por ejemplo, con la huella dactilar.
Ahora, el banco británico HSBC quiere usar los selfies como método de verificación para nuevos contratos.
Hasta ahora, cuando un usuario abre una cuenta corriente en un banco, por muy digital que sea, hay un momento en el cual tiene que firmar un contrato y entregar una copia de su documento de identidad. Normalmente este proceso se lleva a cabo físicamente en la oficina bancaria, de forma que un empleado puede verificar que la persona que abre la cuenta es realmente la misma que aparece a la documentación.
La idea del HSBC es precisamente saltar este paso usando un selfie. Bien pronto, cuando un usuario se dé de alta mediante su aplicación, podrá enviar una fotografía de su documento de identidad y, para verificarla, hacerse una fotografía.
A partir de aquí, un sistema de reconocimiento facial se encargará de identificar partes concretas de la cara del usuario para compararla entre las dos imágenes y, si coinciden, verificar el documento.
En el caso de las aplicaciones móviles bancarias, muchas entidades ya usan otros sistemas de identificación, algunos incluso biométricos, que permiten acceder a nuestro saldo, por ejemplo, con la huella dactilar.
Ahora, el banco británico HSBC quiere usar los selfies como método de verificación para nuevos contratos.
Hasta ahora, cuando un usuario abre una cuenta corriente en un banco, por muy digital que sea, hay un momento en el cual tiene que firmar un contrato y entregar una copia de su documento de identidad. Normalmente este proceso se lleva a cabo físicamente en la oficina bancaria, de forma que un empleado puede verificar que la persona que abre la cuenta es realmente la misma que aparece a la documentación.
La idea del HSBC es precisamente saltar este paso usando un selfie. Bien pronto, cuando un usuario se dé de alta mediante su aplicación, podrá enviar una fotografía de su documento de identidad y, para verificarla, hacerse una fotografía.
A partir de aquí, un sistema de reconocimiento facial se encargará de identificar partes concretas de la cara del usuario para compararla entre las dos imágenes y, si coinciden, verificar el documento.