La tecnología no sirve para nada (si no tiene un objetivo)

Gina Tost explica los casos de Misty II, MJN y RheoDX como ejemplos de proyectos de emprendeduría con valor social

El robot Misty El robot Misty

La nueva edición del Mobile World Congress de Barcelona con más novedades de los últimos años ya se acerca. Para empezar, arranca la primera edición del xside, un acontecimiento creado entre la GSMA y el Festival Sònar que pretende acercar la tecnología a la creatividad y al contenido -ya tenemos bastante de antenas e inteligencia artificial, ahora vamos a hacer cosas con todo esto-.

Por otro lado, el CEO de la GSMA ha anunciado que el Congreso no se moverá de Barcelona, pero quizás los asiáticos este año lo tienen un poco jodido para volar hacia aquí. Tendremos que ver como afecta "la crisis del coronavirus" a la asistencia en el congreso, y a las reservas de hoteles y restaurantes.

Todas estas novedades harán de esta edición un congreso especial, pero la Mobile World Capital hace un año que va tirando propuestas para la ciudad. De vez en cuando salen en los medios de comunicación temas con drones o con el 5G, pero hay unos proyectos de los cuales nadie en habla: los sociales y que se comprometen que la tecnología sea realmente una herramienta para que todos los habitantes del mundo puedan acceder de una manera más natural. Os hablo de tres casos muy particulares.

Misty II

Un proyecto que me tiene despierta la curiosidad es el del Misty II, puesto que ofrece una versión de HAL9000 amigable. En Barcelona hay 350.000 personas de más de 65 años, 90.000 de las cuales viven solas. Una empresa de Lleida, Grup Saltó, se propuso mejorar la vida de la gente mayor ofreciendo un robot de casa que pudiera hacer compañía y ayudar con la medicación sus hábitos diarios a la gente mayor que vive suela. El objetivo principal es estudiar hasta qué punto se puede mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas mayores con algún tipo de dependencia y también de las persones cuidadoras mediante la asistencia de un robot social.

La prueba piloto de este robot empezará en Barcelona este Febrero con 100 usuarios. En caso de que los resultados sean positivos, se estudiará la posibilidad de extender la prueba a más hogares de la ciudad. El proyecto ya ha ganado el premio 5G, convocado por el Ayuntamiento y la Mobile World Capital Barcelona.

RheoDx

Todos recordamos como Theranos, una empresa liderada por Elizabeth Holmes, tenía que revolucionar el análisis clínico. Estaba situada en San Francisco y resultó ser una estafa que no hacía ni un 1% de lo que prometía. Hablaron de ella en todo el mundo e incluso hicieron el documental The Inventor que podéis encontrar en las principales plataformas de vídeo en la red.

En Catalunya tenemos nuestro propio Theranos, pero no porque sea una estafa, pero si porque parten de la misma premisa: RheoDx, un proyecto nacido fruto de la investigación del Centro de Investigación Matemática (CRM), permite diagnosticar enfermedades hematológicas con una sola gota de sangre.

Més info: RheoDx, análisis de sangre portátiles

Liderada por la bióloga Samantha López, junto al ingeniero de telecomunicaciones Joan Grasas, actualmente trabajan con varios hospitales importantes como el Hospital Clínico, el Vall d'Hebrón o el mismo Banco de Sangre y Tejidos.

MJN-Seres

El auricular MJN-Seres no parece nada del otro mundo, pero da un margen de hasta siete minutos de tiempos a los pacientes con epilepsia para ponerse en posición de seguridad y prever accidentes y lesiones.

El dispositivo registra la actividad cerebral de los pacientes que sufren epilepsia, y a través de Inteligencia Artificial, la digitaliza, la filtra y puede detectar con una media de siete minutos de antelación la manifestación clínica de una crisis epiléptica. La prueba piloto se hizo con la participación de 22 personas que sufren epilepsia con edades comprendidas entre 15 y 46 años, y se pudieron detectar 85 crisis epilépticas.

El proyecto fue la palanca para la creación de la Unidad de Epilepsia de la Clínica Corachan, una unidad pionera en el sector privado de la salud.

Todos estos proyectos refuerzan una misma idea: la tecnología, por sí misma, tiene poco valor si no se aplica con el objetivo de mejorar la salud y la calidad de vida de las personas. A mí me es igual tener el Mobile en Barcelona o en Madrid, si al final sólo vemos cuatro asiáticos muy vestidos paseando en furgonetas negras por la ciudad. En cambio, tener la Capital en Barcelona nos permite tener los recursos para testear todos estos proyectos en el territorio, que de otro modo quizás no hubieran tenido apoyo. Ahora falta que la prensa les dé el espacio y la relevancia que hace falta para que llegue a los oídos de quienes tienen que escuchar.

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