La batalla de Apple contra el FBI

La demanda de los policías federales norteamericanos a la compañía de la manzana porque los permita el acceso a sus teléfonos se decidirá a los juzgados

Las últimas semanas se ha hablado mucho sobre el caso de Apple contra el FBI. Después de una infinidad de artículos e informaciones variadas sobre el tema, desde VÍA Emprendida hemos querido poner orden a los hechos –y los antecedentes– para mirar de recapitular sobre el asunto de una manera entendedora para el lector.

Todo va empezar cuando el 2 de diciembre del 2015, a las 10:59 horas de la mañana, se produjo un tiroteo al Inland Regional Center de San Bernardino –California–, que provocó 14 muertos y 17 heridos de diversa consideración.

En el marco de esta investigación, el día 9 de febrero del 2016, el FBI anunció que era incapaz de acceder a la información del teléfono usado por uno de los tiradores –un iPhone 5C–, debido a sus sofisticadas medidas de seguridad.

Por este motivo, las autoridades se pusieron en contacto con Apple –el fabricante del teléfono–, para que los ayudara a acceder a su contenido. Concretamente, el FBI solicitó a la empresa que desarrollara una versión modificada de su sistema operativo iOS –que hace funcionar iPhones e iPads– capaz de instalarse en cualquier dispositivo bloqueado y desactivar las medidas de seguridad.

La compañía de Cupertino respondió a las autoridades con una tajante negación, alegando que esta petición abría una peligrosa rendija en la seguridad de sus usuarios. Este hecho provocó que el FBI lo volviera a solicitar mediante una orden dictada por un juez federal.

Actuación judicial
Actualmente la situación ha llegado hasta el Congreso, donde Bruce Sewell, el máximo responsable legal de Apple, defenderá la postura de la compañía planteando algunas de las cuestiones sobre las cuales el mismo Tim Cook –CEO de Apple– ha sido bastante crítico en una carta abierta y un comunicado interno a los trabajadores de la empresa.

Cook cuestiona si se tiene que limitar la tecnología que protege nuestros datos –y por lo tanto nuestra privacitat y seguridad– ante unos ciberatacs cada vez más sofisticados, si tenemos que permitir que el FBI impida que Apple –o cualquier otra empresa– proporcione en el pueblo norteamericano los productos más seguros que puedan construirse o si las autoridades tienen el derecho de obligar una empresa a desarrollar un producto que no existe.

Algunas voces han criticado que la postura de Apple parece más enfocada a contentar la opinión pública –diseñada casi como una campaña de marketing– que a defender los pilares básicos de la seguridad de sus usuarios.

Apoyo otros gigantes tecnológicos
Sin embargo, otros gigantes tecnológicos como Amazon, Facebook, Google o Microsoft ya han anunciado públicamente su apoyo a la compañía de la manzana en la protección de la privacitat.

Habrá que estar atentos las próximas semanas para determinar quién tiene más fuerza en este polos entre la administración norteamericana y Apple, un gigante tecnológico con una capacidad económica y legal fuera del común.

El que sí que parece claro es que la resolución de este conflicto –hacia un lado o hacia el otro– acabará creando un precedente sobre el futuro de los derechos de los usuarios.
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