Los datos abiertos durante la crisis del coronavirus

Expertos de la Iniciativa Barcelona Open Data aportan propuestas para releer la crisis sanitaria, puesto que la del coronavirus es "la primera gran crisis mundial de la era del Big Data"

Los expertos recomiendan publicar visualizaciones de conjuntos de datos agrupar por temáticas con el impacto de la COVID19 | iStock Los expertos recomiendan publicar visualizaciones de conjuntos de datos agrupar por temáticas con el impacto de la COVID19 | iStock

El año 2008 el presidente Barack Obama promovió la llamada Open Government Initiative que instauraba de manera oficial y obligatoria el Gobierno Abierto a la administración norteamericana. Entendemos Gobierno Abierto como aquella política que unifica en una sola estrategia transversal las políticas de participación ciudadana, transparencia y datos abiertos, que, inspirados por el principio de colaboración, provocan un cambio cultural y de paradigma en las relaciones entre la Administración y los ciudadanos, que pasan a tener un papel más activo a integrarse en la governanza de la institución.

La crisis del coronavirus ha sido un test y una prueba de fuerza por estas políticas ligadas al Gobierno Abierto, especialmente los datos abiertos, en un contexto donde la governanza de datos se convierte en imprescindible para cualquier modelo de gestión, sea público o privado.

La transparencia está ya integrada legalmente entre los preceptos imprescindibles de todo gobierno, seguramente queda recorrido en cuanto a creer, pero la obligación legal está. Podríamos decir que los gobiernos han hecho un esfuerzo de transparencia y comunicación durante esta crisis del Covid-19, con ruedas de prensa diarias, diferentes formatos, y mucha información suministrada. Podríamos valorar si la información ha sido toda, insuficiente, o desordenada, pero podemos concluir que el esfuerzo por la transparencia se ha producido.

"Podríamos decir que los gobiernos han hecho un esfuerzo de transparencia y comunicación durante esta crisis del Covid-19, también podríamos valorar si la información ha sido toda, insuficiente, o desordenada"

La participación ciudadana, entendida como el papel activo de la ciudadanía en la crisis, sin duda ha sido un punto importante, ha habido canales de recogida de información, atención y por donde las personas podían no ya sólo informarse sino también informar. Quizás la parte donde podía haber un terreno de mejora es la de dar valor, no sólo a la información, sino al conocimiento que el conjunto de la ciudadanía tiene en cualquier materia, y haber creado los canales necesarios para capturar este conocimiento y usarlo como valor para la lucha contra el virus.

Y sobre todo ha sido una crisis de datos, una crisis donde los datos han tenido un valor fundamental. No podía ser de otro modo en la era de los datos, abiertos o no, una era donde no se puede gestionar sin tener en cuenta el valor del dato, considerada el nuevo petróleo del siglo XXI. Cada día podíamos recibir un alud de datos actualizados sobre situación de la pandemia.

Pero, ¿se ha hecho todo bien? Aquí ya entramos en un terreno más crítico y dónde seguro que en el futuro puede haber mejoras. De entrada ha fallado el principio de colaboración, en este caso entre administraciones. El hecho que cada Administración, incluso diferentes departamentos de la misma Administración, presentaran datos diferentes, con criterios diferentes, e incluso cambiando los criterios a media crisis sin seguir el histórico ni poder hacer comparaciones fidedignas, no ayudaba ni a un correcto seguimiento y lectura de la crisis, ni a su gestión.

"Ha fallado el principio de colaboración, en este caso entre administraciones"

Es por eso que ponemos sobre la mesa una serie de propuestas, de posibles soluciones a implementar todavía en la crisis del coronavirus, y aprovechar al máximo todo el poder de los datos:

  1. El mismo concepto de datos abiertos implica que es normal y lícito que cada Administración vaya tirando públicamente los datos de que dispone, y que afectan su territorio de acción, sobre la evolución de la pandemia. Es necesaria una publicación periódica de datos sin cambiar los criterios, para poder hacer un seguimiento de la evolución, y si estos cambian, porque algunos evolucionan o se incorporan nuevos, no se pueden perder las series históricas claves para la interpretación, predicción e investigación de la pandemia.
  2. Los datos públicos son abiertos, por defecto, porque pertenecen a la gente y porque cuanto más datos más podemos analizar, predecir y dar respuestas a la crisis. Los diferentes gobiernos no sólo tienen que publicar datos abiertos, sino que tienen que publicitar su publicación, para que otras instituciones, organismos de investigación, empresas o cualquier agente, pueda interpretarlas y generar conocimiento.
  3. Reutilización de los datos para tomar decisiones públicas. Los datos son información, más allá de abrir, publicitar y hacer un seguimiento a los datos publicados por parte de los gobiernos, hace falta que estos también los reutilicen y los usen para tomar decisiones.
  4. Publicar visualizaciones de conjuntos de datos agrupar por temáticas con el impacto del COVID19 ( actividad económica, ocupación, movilidad, salud ...) con la máxima desagregación posible. Resulta evidente, a medida que avanza la pandemia, que hacen falta datos multidisciplinarios y no sólo datos específicamente sobre el impacto en la salud de las personas, sino también en otros aspectos como situación socioeconómica, estructura del barrio o sector económico que influyen en el impacto de la covid a las personas o territorios.
    Las administraciones más pequeñas o las pequeñas empresas no disponen de infraestructuras para generar o acceder a los datos necesarias. En cambio hay que asegurar cierta equidad en el acceso a los datos para poder tomar decisiones muy informadas. En este sentido hay que disponer de repositorios de datos abiertos públicos relacionados con el COVID, orientadas tanto a la toma de decisiones públicas como privadas. Resulta necesario para la reconstrucción económica y social de la covid, para no generar nuevas brechas.
    Hay que publicar estos datos de forma que sean fácilmente interpretables, transformadas en información y conocimiento. Por ejemplo, la creación de visualizaciones de datos conceptualizados por equipos mixtos de periodismo de datos y personas expertas en la materia facilitan las interpretaciones y por lo tanto la utilidad de los datos, independientemente de los conocimientos de las tecnologías data.
  5. Usar de forma intensiva las apps basadas en datos para hacer pedagogía sobre la utilidad de la tecnología. Hace falta un uso ético y de derechos de la ciudadanía respecto a los datos que aplique: la transparencia de los algoritmos, poder de decisión sobre los datos personales y propiciando un debate honesto entre los bienes a proteger: vida, salud, privacidad ... Optar desde la perspectiva de derechos de Europa de uso de las apps para abordar la pandemia tendrá como resultado soluciones tecnológicas realizadas desde un paradigma ético europeo. No podemos depender de la producción ni industrial, ni digital ni de otras partes del mundo.
  6. La cooperación intra instituciones en la generación de datos, es la única forma de poder disponer del conjunto de datos necesarios. Las administraciones públicas de varios niveles y territorios tienen que colaborar para la "federación de datos". Hay que pactar modelos estándar para que los datos generados en origen sean compatibles con datos otras instituciones durante varios periodos de tiempos. Estandarizar datos sobre indicadores básicos respecto el covid, tanto sanitarios como económicos, que permitan disponer de datos comunes y comparables.
    La reciente creación de la oficina de datos del Gobierno del Estado y la creada por la Generalitat hace un año tienen que servir para que generemos de forma automática datos comparables. Los datos de varios departamentos tienen que tener idénticas desagregaciones territoriales y temporales. Orientar las instituciones hacia organizaciones "Data driven", implica que hay que ajustar las divisiones de gestión para poder producir datos útiles que permitan una gestión más eficiente.
  7. Liderar proyectos de datos con participación ciudadana como elemento de cohesión. Fomentar la colaboración ciudadanía en el encuentro de soluciones digitales basadas en datos abiertos para innovar en la forma de construir soluciones y hacerlo de forma abierta implicando a personas expertas de varias áreas. Generar espacios de colaboración y construcción colectiva fortalece el sentimiento de pertenencia, en este sentido, para la cohesión social necesaria un momento de una grave crisis económica y social, y cuando los espacios tradicionales de participación colectiva no podrán ser tan activos por la necesaria distancia social y dificultades del contexto.

La crisis del coronavirus es la primera gran crisis mundial de la era del Big Data, de los datos, es una crisis marcada básicamente por los datos, donde estos juegan un papel fundamental. Es pues, una gran oportunidad para integrarlos en el modelo de gestión de crisis, donde modestamente queremos aportar ejemplos y soluciones.

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