Laby, el laboratorio de recuperación de datos de Catalunya (y del Estado)

La empresa se consolida como una consultoría informática, un laboratorio de recuperación de datos y un espacio de formación que da servicio a pymes y a particulares

El fundador y CEO de Laby, Víctor Casas | Cedida El fundador y CEO de Laby, Víctor Casas | Cedida

Seguro que alguna vez en la vida habéis perdido un documento o unas cuantas fotos, se os ha borrado todo lo que teníais guardado en el pendrive o se os ha estropeado el disco duro y no habéis podido recuperar vuestros datos. Además, ¿quién no ha pensado alguna vez en seguir la pista que dejan las huellas digitales sobre una persona o empresa? Laby tiene la solución para (casi) todos los casos. La empresa nacida en 2012 surgió como un laboratorio de recuperación de datos y, poco a poco, se ha ido haciendo un agujero en el mercado nacional e, incluso, internacional, y se ha consolidado también como una consultoría informática que da servicio a pequeñas y medianas empresas y a particulares.

Laboratorios de recuperación de datos hay unos cuántos repartidos en todo el mundo, pero, ¿qué es lo que diferencia a Laby y hace que clientes no sólo de toda España, sino también de Suiza, Polonia, Nueva Zelanda, Francia o Italia busquen sus servicios? Según explica el fundador y CEO de la empresa, Víctor Casas, en una conversación con VIA Empresa, no todo se basa en el trabajo que hacen -que también-, sino en dar un buen trato personal que es lo más importante para ellos. Pero, ¿cómo empezó todo y cómo se dieron cuenta de que el mundo de la recuperación de datos necesitaba un buen lavado de cara? Antes de gestar Laby, Casas trabajaba en un laboratorio de recuperación de datos y, a pesar de que veía que "se podían mejorar muchas cosas", al ser un empleado más, no le hacían mucho caso.

"Cuando ves que no te hacen caso, puede o resignarte y seguir o decir 'me voy por mi cuenta' y que el tiempo te dé la razón o no, y me la dio". Convencido de que tenía margen para cambiar este mundo, y a raíz de un accidente de moto que le permitió reunir algún dinero, el fundador de Laby se puso manos a la obra para "dar un paso arriesgado", alquiló un local pequeño en Barcelona, lo reformó y compró toda la maquinaria que necesitaba. Todo esto teniendo presente que recuperar datos es un trabajo caro por la tecnología que implica, pero también que, si bien hacía 2006 podía tener un coste en torno a los 3.000 euros, en 2011 ya había bajado hasta los 300 o 400 euros. En aquel momento, sólo él llevaba la empresa, pero, como una hormiga, fue recorriendo su camino gracias a su constancia, y acabó creando un nido mucho más grande con una cuota importante de mercado y dónde ahora ya trabajan nueve personas.

Casas: "Los resultados importan y el dinero también, pero sobre todo importa lo que dirá la gente de ti"

A pesar de algunas presiones recibidas porque dejaba un trabajo con un salario fijo y salía de su zona de confort, Casas empezó a construir su propio laboratorio de recuperación de datos y lo bautizó como Laby, "un nombre corto y fácil de recordar que no significa nada y lo puede significar todo". Pero lo que es cierto es que cuando se decide emprender "no tienes un nombre y desconfías" y, además, que, como relata, "al principio, yo era la persona multiusos, la que cogía el teléfono, la que recuperaba el disco, la que hacía la factura y la que entregaba el disco".

Un punto de inflexión

Gracias a internet, las redes sociales y el boca-boca, Laby empezó a crecer y su fundador ya no podía asumir todo el trabajo él solo. Y todavía menos teniendo sede en Barcelona y Madrid. Una crisis de angustia motivada por el volumen de trabajo fue el toque definitivo para que decidiera dar un paso de gigante. Fue en 2015, tres años más tarde de la fundación y puesta en marcha de la empresa, cuando Laby hizo "un salto cualitativo", cambió de local a un más grande -de 150 metros cuadrados- y empezó a incorporar a más trabajadores. Y es que tenía muy claro que, para salir adelante, lo tenía que hacer contando con más gente a su lado y así lo ha corroborado el tiempo. "Si Laby ha crecido como ha crecido es gracias a toda la gente que ha pasado por aquí", asegura.

Un dels cursos de formació de laby | Cedida

Uno de los cursos de formación de laby | Cedida

Después de tres años en el nuevo local, Casas volvió a apostar por un cambio que lo llevará más allá. Se volvieron a mudar de local a uno de 450 metros cuadrados, un espacio que les ha permitido pasar de ser sólo un laboratorio de recuperación de datos a una consultoría informática de 360 grados. En el nuevo local, muy cerca de la Sagrada Familia, ofrecen desde ya hace un tiempo cursos de formación forénsica, pruebas forenses y, como no, recuperación de datos. Este fue el punto de inflexión total que dispararía a Laby hacia el cielo y lo haría ser conocido y referenciado en Catalunya, España y también en Europa. "Desde 2018 hasta ahora nos hemos establecido, pienso que Laby tiene un nombre dentro del mercado, que intenté que mostrara confianza" porque, relata su CEO, "para mí el trato personal y, sobre todo la relación con la persona final es muy importante" y, por lo tanto, continúa, "los resultados importan y el dinero también, pero sobre todo importa lo qué dirá la gente de ti".

Todo esto no sólo implica saber de recuperación de datos e informática, sino que garantizar confianza al cliente quiere decir "dar respuesta sin cobrar nada a veces o hacer consultoría gratuita en muchos casos". Y es que, argumenta, "hay mucha gente que sale por la puerta y se olvida de ti, pero es bueno porque como consumidor, si te sientes estafado o despreciado tardas poco en poner una reseña en Google, pero si es buena no la pones". Pero esto no era suficiente y Laby todavía quería ir más allá y decidió apostar para que su cliente "se llevara un buen recuerdo".

Casas: "Ninguna empresa pequeña puede competir con los precios de Google, pero sí con la personalización que Google no te da"

Precisamente por eso, al trato personal, siempre suman un detalle de la empresa y su predisposición para atenderlos cuando lo necesiten. "No hemos inventado nada porque las copias de seguridad las hacemos nosotros y las puede hacer cualquier, pero con la diferencia de que tenemos a un equipo de personas, que responde por detrás", pone encima de la mesa Casas. Y esto es lo que les diferencia de Google porque, a pesar de que admite que "ninguna empresa pequeña puede competir con los precios" del gigante tecnológico, la verdad es que "sí que puedes dar esta personalización que Google no te da".

Y elevados hacia el futuro

A raíz de esta idea, nació Laby Consulting y la Academia Laby, que cuenta con acuerdos con centros docentes y universidades para enseñar a empresas y alumnos las constantes actualizaciones que va viviendo el mercado. Conceptos como la forénsica digital o la recuperación de datos han evolucionado mucho desde el principio de los tiempos y ahora es posible "determinar las pruebas que han hecho que algo pase". Y, ¿cómo funciona esto exactamente? Casas explica que "tú, como usuario, puedes haber borrado la información, haberla copiado en un pendrive, puedes haberte enviado alguna información por WeTransfer... siempre dejas huellas digitales. Determinar cuando, como, quien, por qué, qué... poder recuperar conversaciones de WhatsApp, que es 100% legítimo, o ver trabajadores que han borrado información de la empresa, que han copiado información de la empresa" es sólo algunas de las cosas que pueden conseguir con la forénsica. "Todo queda registrado, sólo se tiene que saber buscar la forma de encontrar nuestra huella digital", apunta.

Ahora, con la covid-19 se suma un punto más al negocio: muchas empresas han optado por el teletrabajo y, por ejemplo, durante el confinamiento "mucha gente sufría la pérdida de datos desde casa". Pero también es cierto que la crisis que esto ha comportado ha venido con mucho miedo debajo el brazo: "Hay demanda, pero la gente no se atreve a dar el paso por la incertidumbre económica que hay", advierte Casas, que lamenta que justamente cuando el Gobierno español decretó el estado de alarma "las cosas iban muy bien y fue una bofetada en toda regla".

Tres treballadors de Laby a la recepció del local | Cedida

Tres trabajadores de Laby en la recepción del local | Cedida

Laby también se ha tenido que adaptar a los cambios que han venido con el coronavirus, sobre todo cuando todo empezó. "Decidí que la gente no viniera a trabajar, por el miedo y el desconocimiento, que se quedaran en casa. Fueron unos momentos fastidiados porque bajó el trabajo drásticamente", explica Casas. Pero lejos de pararse, vio que más podía hacer y creó "un protocolo seguro porque vimos que Zoom no lo era del todo". Además, han gestado "un servicio de cara a las empresas y trabajadores para poder trabajar desde casa y otros tipos de servicios como copias de seguridad", cosa que ha podido "suplir", en parte, esta falta de demanda.

Sea como sea, con sólo ocho años de vida, Laby ha sabido llegar a toda España y Europa, y año tras año continúa creciendo. Y es que el futuro será tecnológico o no será y, si tanto se habla de un cambio de modelo económico para huir del peso que impone el sector servicios como el turismo y la restauración para equipararlo a otros, serán las empresas tecnológicas las que pueden llegar a liderar el PIB de Catalunya, pero también de todo el Estado. Y el futuro, como dicen políticos y agentes sociales -y como reclaman el fondos europeos-, va por este camino.

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