
23
de Marzo
de
2015
Act.
30
de Marzo
de
2015
El lanzamiento del Apple Watch es un hecho realmente intrigante por aquellos a quien nos gusta hacer predicciones sobre éxitos o fracasos tecnológicos. Para empezar presenta una serie de incógnitas difíciles de responder antes de que el aparato haya salido a la luz, como por ejemplo el hecho de sí será realmente útil y cómodo o aportará soluciones reales a las problemáticas que plantean los actuales dispositivos móviles.
Hace poco han aparecido dos estudios realizados por Reuters y Survata que indican que el dispositivo será un auténtico fiasco aduciendo al hecho que, según indican sus encuestas, menos de un 5% de los usuarios estaría interesado a adquirir el reloj inteligente.
De entrada, hay que tomarse las encuestas con prudencia, básicamente porque la Apple Watch es un producto de un segmento nuevo que encara no es al mercado y que la gente no ha podido probar. El mismo SteveJobs afirmaba que los grupos de investigación y las encuestas no servían de nada -por el que hacía referencia a la auténtica innovación-, puesto que la gente no sabe el que quiere o necesita hasta que se lo enseñes. Estas palabras, a pesar de tener un punto de provocación, no dejan de tener parte de razón.
El principal argumento que apuntan los dos informes para vaticinar el fracaso es su precio: 399 dólares para el modelo básico. Otra afirmación atrevida teniendo en cuenta que Apple no posiciona sus productos basándose en el precio sino en la calidad, simplicidad e integración entre ellos. De hecho, el último modelo de iPhone –el 6 plus- puede llegar a costar unos 1.000 euros en su versión más completa y ha sido un auténtico fenómeno de ventas, desbancando Samsung como primer fabricante mundial de teléfonos móviles.
Si bien es cierto que Apple ha cometido muchos errores en su historia, también ha sido capaz de resurgir de la nada, cuando parecía abocada a la quiebra y acabar reinventando dos industrias, la de la música y la telefonía –en la que por cierto, los players tradicionales como Nokia le auguraron un futuro muy negro- y conseguir ser la compañía americana con más reservas de efectivo.
También hay que pensar que el hecho que los smartphones tiendan a crecer en medida de pantalla, hace bastante lógico entender la posible utilidad de un dispositivo a la muñeca que nos permita, sin sacar el móvil del bolsillo, acceder a algunas de sus funciones básicas, como por ejemplo ver las llamadas perdidas o leer y responder mensajes.
El éxito de Apple Watch será una incógnita hasta unos meses después de su lanzamiento. A priori, el bagaje de la compañía y sus productos más recientes hacen que, como mínimo, tengamos que poner los informes de Reuters y Survata en cuadragésima.
Hace poco han aparecido dos estudios realizados por Reuters y Survata que indican que el dispositivo será un auténtico fiasco aduciendo al hecho que, según indican sus encuestas, menos de un 5% de los usuarios estaría interesado a adquirir el reloj inteligente.
De entrada, hay que tomarse las encuestas con prudencia, básicamente porque la Apple Watch es un producto de un segmento nuevo que encara no es al mercado y que la gente no ha podido probar. El mismo SteveJobs afirmaba que los grupos de investigación y las encuestas no servían de nada -por el que hacía referencia a la auténtica innovación-, puesto que la gente no sabe el que quiere o necesita hasta que se lo enseñes. Estas palabras, a pesar de tener un punto de provocación, no dejan de tener parte de razón.
El principal argumento que apuntan los dos informes para vaticinar el fracaso es su precio: 399 dólares para el modelo básico. Otra afirmación atrevida teniendo en cuenta que Apple no posiciona sus productos basándose en el precio sino en la calidad, simplicidad e integración entre ellos. De hecho, el último modelo de iPhone –el 6 plus- puede llegar a costar unos 1.000 euros en su versión más completa y ha sido un auténtico fenómeno de ventas, desbancando Samsung como primer fabricante mundial de teléfonos móviles.
Si bien es cierto que Apple ha cometido muchos errores en su historia, también ha sido capaz de resurgir de la nada, cuando parecía abocada a la quiebra y acabar reinventando dos industrias, la de la música y la telefonía –en la que por cierto, los players tradicionales como Nokia le auguraron un futuro muy negro- y conseguir ser la compañía americana con más reservas de efectivo.
También hay que pensar que el hecho que los smartphones tiendan a crecer en medida de pantalla, hace bastante lógico entender la posible utilidad de un dispositivo a la muñeca que nos permita, sin sacar el móvil del bolsillo, acceder a algunas de sus funciones básicas, como por ejemplo ver las llamadas perdidas o leer y responder mensajes.
El éxito de Apple Watch será una incógnita hasta unos meses después de su lanzamiento. A priori, el bagaje de la compañía y sus productos más recientes hacen que, como mínimo, tengamos que poner los informes de Reuters y Survata en cuadragésima.