
Los licuados para depurar el organismo de Dietox se venden desde el 2012 con un éxito imparable. En sólo cinco años, ha conquistado los mercados francés e italiano, ha cerrado dos rondas de financiación por valor de cerca de 1,2 millones de euros en conjunto y ha ampliado la gama de productos demostrando que es un actor potente dentro del wellness. Esta historia que parece tan guapa, pero, no ha sido nada fácil para su fundadora, Virginie Rogé, la cual asegura que ninguna CEO está exento de dudas y dilemas.
Y mucho menos cuando el que quieres es hacer un producto que, hasta ahora, era sólo para el consumo propio. "Yo me hacía los licuados para mí en casa con la Thermomix, pero un día pregunté a los compañeros del MBA si los interesaría y vi que sí", explica la CEO en una sesión organizada por Acción. De aquí que pasara de hacerse zumos para ella, a envasar para vender entre las personas más cercanas. "En dos días vendí la primera producción", asegura, un éxito que la trajo a pensar que podría continuar haciéndotelo así: "En las escuelas de negocios no te enseñan a ser emprendedor. No piensas en toda la logística y no medi cuenta hasta que tuve que producir más volumen". Este fue su primer dilema y punto de inflexión.
Fábrica propia o subcontratación?
"Todo el mundo me decía que tenía que hacer yo los licuados, tener fábrica propia. Todo el mundo lo veía muy claro, menos yo", comenta Rogé sobre la primera duda que surgió la hora de construir las bases de la compañía. Pensar a ser un mismo el encargado de elaborar el producto quiere decir buscar un proveedor de materia primera, una planta disponible, la maquinaria, obtener las licencias y permisos sanitarios... Una larga lista de requisitos que, además, es cara. "Yo no tenía claro qué tenía que ser la tecnología, ni la capacidad ni nada. Así me di cuenta que el que yo hacía bien era vender y que tenía que subcontratar", recuerda.
Ir a Mercabarna fue el siguiente paso. Allá buscó las empresas que se dedicaban a hacer gazpacho fresco –el producto que más se asemeja en los licuados- y conoció su futuro colaborador: Guzman Gastronomía, con quién notó desde el primer momento el "feeling" necesario que corroboró que había tomado la decisión correcta.
"Cuando creas un negocio, no sabes si irá bien. Ahora creo que hice bien a subcontratar porque se minimiza el riesgo"
"Cuando creas un negocio, no sabes si irá bien. Ahora creo que hice bien a subcontratar porque se minimiza el riesgo, no tienes miedo de perder los miles de euros que habría tenido que invertir", defiende hoy viendo la situación con perspectiva.
Sólo licuados?
Basta con los licuados o se puede ir hacia la creación de alguno otro producto dentro del segmento del bienestar? Aquíhabía la duda y así lo resolvió: "Creamos chicles, tés, cosmética, una agua alcalina... Todo destinado a consolidarnos como una marca de belleza, no de alimentación".
Virginie Rogé durante su presentación
Actualmente las bebidas en base de verduras y frutas representan el 50% de la facturación de Dietox , pero el objetivo es reducir la cifra para hacer más sólida la compañía y menos dependiente de una sola pata.
Todo esto, desde su parecer, ratifica la decisión tomada sobre la externalització de procesos: "A medida que hemos ido lanzando novedades, he visto claro que no tenía sentido tener fábrica propia. Cada producto es diferente y necesita una maquinaria y permisos. Así podemos tener proveedores para cada tipo de producto". "No ser fabricante nos abre la mente a hacer productos diferentes, no estamos limitados en el formato", añade.
Cuando tengo que salir afuera?
Rogé apostó por la internacionalización "demasiado temprano". Ella misma reconoce que cuando el 2014 abordaron el mercado francés, tuvieron pérdidas y tuvieron que acudir a una nueva ronda de inversión para hacer sostenibles los números rojos. "Mis inversores no lo vieron bien, me dijeron que había perdido dinero y que por qué había decidido salir si el resultado tenía que ser este", se sincera ante los oyentes, "en vez de consolidar el mercado español, quise avanzar demasiado rápido y me equivoqué".
Su objetivo era convertirse en líder en un sector que estaba demostrando que crecería y que tenía potencial. Esto, pero, no era motivo suficiente para adentrarse en una aventura de esta magnitud, donde habría que hacer inversiones y ganarse una nueva clientela antes de tener ingresos. Una situación que, tal como explica ella misma, hizo que la segunda ronda fuera más difícil de cerrar: "Los inversores quieren quehaya una dirección marcada y que se siga, pero un golpe están dentro, te ayudarán".
"A veces no hacer nada es la mejor decisión"
Con este relato personal pone sobre la mesa el dilema que puede suponer para un negocio tomar la decisión de internacionalizarse. Cuando se tiene que hacer? No hay una respuesta única, asegura la cofundadora de Dietox, y mucho menos cuando "tienes la sensación que no hacer nada es una mala estrategia". Pero todo esto le ha servido para aprender que el primero es asegurarse el mercado donde ya se opera para avanzar más tarde y con más seguridad. "A veces no hacer nada es la mejor decisión", reitera.
Dilemas presentes
A cada duda que se supera,nacen de nuevos. La creadora de la marca catalana de licuados piensa ahora enl 'opción de vender en tiendas físicas. Hasta ahora el canal ha sido el online y ha funcionado. Ha sido una estrategia que los ha permitido saber que el producto se vende y que no se queda a los estantes de las superficies comerciales sin moverse y acercándose a la fecha de caducidad.
Su idea es abrir el primer establecimiento entre enero y marzo. Pero es sólo un pensamiento, porque, como explica, dentro del equipo hay voces que prefieren mantenerse en el mercado digital. "Para mí el online es sólo un canal de ventas y la tienda es un statu quo", comenta. El resultado final está para decidir.
Cómo también está para ver qué pasaría si recibe una oferta de compra, una noticia deseada para muchos y temida para otras. "A veces pienso que lo haría dependiendo de la cifra, pero después pienso en el equipo", señala a medida que reflexiona sobre la respuesta, "me lo paso bien y sé que me costaría, pero con una cifra grande, diría que sí".