El punto más fuerte del cava es, sin duda, su relación buena calidad-precio. Es muy difícil encontrar vinos de otro tipo que por debajo de los 15 euros la botella ofrezcan crianzas superiores a los tres años, con la complejidad aromática y a la boca que esto compuerta. Y de cavas de estas características y rango de precio hay un montón.
Ahora bien, quizás este hecho es también la debilidad del cava: muchos productos de alta calidad, a precios razonables, pero con pocas diferencias organolèptiques que los singularicen. Y es que dentro la DON Cava hay poco margen para hacer cosas diferentes, el método de elaboración está totalmente regulado: vinos base que hacen una segunda fermentación a la botella, con sólo la posibilidad de hacer una fermentación o crianza del vino base en bóta para darle un carácter diferente. Pero aún así, la posterior crianza a la botella con las levaduras, uniforma el resultado final.
Tampoco hay muchas variedades de uva que permitan hacer cosas diferentes: el macabeu, el xarel·lo y la parellada continúan -afortunadamente- siendo la trilogía de variedades con la que se elabora la inmensa mayoría de cupatges. Quizás es por este motivo que últimamente están proliferando los cavas etiquetados con la técnica de la sleeve, una lámina de plástico retráctil que recubre la botella y permite decoraciones y coloraines que singularizan la botella a las estanterías de los comercios, cargadas de botellas de marcas diversas.
Otro método para diferenciarse es el empleado por Muscàndia, una bodega que inició la actividad el 2009 en el centro de Sant Sadurní d'Anoia, que ha presentado este màgnum (botella de 1,5 litros) que destaca inmediatamente por la medida y el estuche de madera en qué va presentado. Pero la medida del envase no es sólo un factor estético, especialmente en el caso de los cavas, que hacen la segunda fermentación y toda la crianza a la botella.
La proporción aire/vino en las botellas màgnum es la mitad que en las normales (el cuello es igual que el de las botellas de 3/4 de litro), así que la oxidación es más baja y permite crianzas largas manteniendo la frescura.
Este Muscàndia Màgnum de la añada 2010, con un cupatge de 70% xarel·lo y 30% de macabeu, ya tiene más de 36 meses de botella, que han dado tiempo a las levaduras a descomposar-se (autòlisi) y por lo tanto, de aportar densidad y aromas al cava, y que el carbónico se integre y haga una burbuja fina y persistente, y aún así, manteniendo la frescura de la fruta.
Los aromas son de limón confitado, de pan caliente y con una leve tostación final, y el tacto es denso y cremós. Y si hay cuatro personas a mesa, garantizo que la botella se vacía, así que, porque no optar por la más gorda?
Semanalmente, VIAempresa presentará un vino catalán, dentro del ciclo Catas, con la colaboración del diario de los vinos catalanes Vadevi