El Corredor 5G del Mediterráneo es el futuro

Hace muchos años, antes de los móviles si nos hubieran hablado del corredor del Mediterráneo todos habríamos pensado en Kilian Jornet. Unos años más tarde el concepto nos remitía inevitablemente al corredor ferroviario que tiene que conectar los puertos de la Mediterránea con los norteños de Europa con más de 1300 kilómetros de vía para el transporte de mercancías y personas. Pues ni uno ni otro.

El corredor del Mediterráneo que llegará primero no transportará átomos sino bits y se mide en gigabits y no en kilómetros. La Comisión Europea ha aprobado el proyecto 5GMED de corredor 5G entre Figueres y Perpiñán a ejecutar hasta noviembre del 2023. El conseller de Políticas Digitales y Obras Públicas destacaba ayer al Món a RAC1 la gran importancia para el país de este proyecto transfronterizo de futuro, estratégico por Catalunya y a la vez por Europa. De los 10 proyectos de corredores propuestos, la Comisión ha escogido 3: el Báltico, el del Benelux y el Mediterráneo.

"El corredor del Mediterráneo que llegará primero no transportará átomos sino bits y se mide en gigabits y no en kilómetros"

El 5GMED tiene como objetivo el estudio de la movilidad sostenible y el despliegue de tecnologías 5G en el ámbito de la movilidad, medir su impacto y descubrir sus oportunidades. Un pequeño apunte: un vehículo —moto, coche, camión o ferrocarril— no es más que un sofisticado ordenador multiprocesador con ruedas, con más sensores de los que nos podemos imaginar. Si conectamos todos estos ordenadores entre ellos pueden desarrollar una inteligencia colectiva muy superior a la suma de las inteligencias individuales, las artificiales de sus procesadores y las naturales de sus conductores.

Si sois usuarios de Waze, el popular navegador ahora propiedad de Google, sabréis que os avisa cuando hay un accidente o un vehículo parado en el arcén sólo unos metros más adelante. Imaginar el impacto en la seguridad en la conducción de una flota de vehículos conectados intercambiando en directo toda la información que reciben de sus sensores: sensores de lluvia, de temperatura, de terreno y de viento para poner algunos ejemplos. Kilómetros antes nuestro vehículo podría adaptar la suspensión al estado de la vía o bien podría sugerirnos desvíos de acuerdo con las condiciones atmosféricas.

El proyecto es de futuro por muchos aspectos. Primero por lo que representa de esfuerzo público privado entre las 21 organizaciones entre empresas, centros de investigación y administraciones. Segundo porque es un proyecto transfronterizo que pone la vida de las personas en el centro mientras deja las fonteres y los colores de los territorios por los mapas de historia. Ramon Tremosa nos explicaba el otro día que al pasar el puente que separa la frontera de Alemania y Francia a Estrasburgo, la cobertura se pierde, y conversaciones telefónicas y conexiones se cortan. En los EE.UU. cuando cambias de estado esto no pasa. Si nos creemos la Europa física necesitamos la digital. Y tercero porque todos hemos aprendido en base a pandemias que el futuro es digital y humano. El corredor viario y ferroviario servirá como banco de pruebas para la conducción guiada —salvará vidas—, como banco de pruebas para los vehículos de conducción autónoma —empezarán por los de transporte— y para probar nuevos sistemas de entretenimiento a bordo y de realidad aumentada. Estos sistemas van desde la ayuda a la conducción, o a la sobreimpresión a las ventanas de información que aumenten la experiencia del viaje. Se me ocurren como ejemplos la sobreposición de información histórica, arquitectónica o la mezcla de imagen generada con paisaje en uno en torno a videojuego inmersivo. Ya espero el corredor 6G y el monopatín de McFly.

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