
26
de Agosto
de
2015 - 05:30
La crisis económica que empezó con la caída de Lehman Brothers el septiembre de 2008 interrumpió para muchas empresas e individuos el acceso al crédito bancario, agravando todavía más sus efectos por el tejido empresarial de nuestro país. La carencia de liquidez del sector financiero y un escenario de gran exigencia en términos de provisiones para los bancos, pero, abrió a la vegada una ventana de oportunidad para la llegada y consolidación a nuestro país de nuevas vías de financiación, que empiezan a erigirse en un sólido complemento al canal bancario.
Entre estos nuevos modelos se encuentra el crowdlending, una modalidad del llamado micromecenatge donde un grupo de inversores –que pueden integrar desde pequeños ahorrativos hasta inversores de banca privada, institucionales o family offices– realizan un préstamo colectivo a una empresa, individuo o proyecto a cambio de un determinado tipo de interés.
El contexto temporal de contracción del crédito bancario y la reciente regulación de su actividad a nuestro país –bajo el paraguas de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España– han convertido al crowdlending en una alternativa o complemento a los bancos para muchas empresas. Su propuesta de valor mantiene además vigencia e interés incluso ahora que el préstamo bancario se recupera, puesto que permite a las empresas un acceso más rápido al crédito, reducir su dependencia hacia los bancos, e incluso lograr una mejor experiencia de usuario enfrente las no siempre sencillas relaciones entre pequeñas y medianas empresas y bancos.
Por su parte, los inversores que destinan una parte de sus ahorros o patrimonio al crowdlending acceden a un nuevo activo rentable, con un perfil de riesgo atractivo, accesible para todo tipo de inversores y, muy importante en el contexto actual de notables riesgos sistèmics globales, con una descorrelació respecto a los mercados de capital.
A unos y otras –pymes e inversores–, el crowdlending plantea también una nueva manera de concebir las finanzas, alineada con la creciente demanda de transparencia por parte del grueso de la sociedad. Y es que el tipo de interés de un préstamo solicitado a través de una plataforma de crowdlending no lo determina la fluctuante política comercial y de riesgos de una entidad de crédito, sino la simple oferta y demanda generada por cada operación.
En total, el crowdlending para empresas concedió el año pasado 13,7 millones de euros de crédito al estado español, consolidando un crecimiento interanual en los últimos ejercicios de la orden del 350%. En cuanto al Europa continental, en 2014 esta modalidad de financiación habilitó préstamos a empresas por valor de 93,1 millones de euros.
Las claves del crecimiento del crowdlending al Estado
A pesar de que el crowdlending ya cuenta con un largo recorrido en otros países como el Reino Unido o los Estados Unidos, se trata de una modalidad de acceso al crédito relativamente nueva en el estado, donde está haciéndose un agujero y ganando credibilidad a un ritmo considerable.
Por un lado, esta evolución responde a una presa de conciencia colectiva sobre la insostenible dependencia del crédito bancario de nuestro tejido de pequeñas y medianas empresas. Esta modalidad de crédito representa el 80% del total al que acceden las empresas españolas, una cifra inédita tanto a países anglosajones –donde el crédito no bancario predomina y representa entre un 70 y un 80% del total–, como países como Alemania o Francia, donde bordea el 50%.
De otra, la regulación del crowdlending por parte del gobierno español el pasado mes de abril –que entre otras medidas convierte la CNMV en supervisora de la actividad de las plataformas–, ha dado un gran impulso a esta actividad, percibida como más segura tanto para las empresas como por los inversores. Y, por último, este acceso alternativo al crédito ha recibido el apoyo de entidades públicas como por ejemplo ACCIÓN, la agencia para la competitividad de la empresa de la Generalitat, muy instrumental en la difusión y progresiva popularización del servicio de plataformas.
Las plataformas de crowdlending.
El funcionamiento de las plataformas de crowdlending es muy sencillo tanto para la empresa que quiere solicitar un crédito como para el inversor que quiere destinar una parte del suyos ahorros. Unos y otrosacceden vía web y reciben información en tiempo real sobre el decurso de todas las operaciones donde participan.
Entre estos nuevos modelos se encuentra el crowdlending, una modalidad del llamado micromecenatge donde un grupo de inversores –que pueden integrar desde pequeños ahorrativos hasta inversores de banca privada, institucionales o family offices– realizan un préstamo colectivo a una empresa, individuo o proyecto a cambio de un determinado tipo de interés.
El contexto temporal de contracción del crédito bancario y la reciente regulación de su actividad a nuestro país –bajo el paraguas de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España– han convertido al crowdlending en una alternativa o complemento a los bancos para muchas empresas. Su propuesta de valor mantiene además vigencia e interés incluso ahora que el préstamo bancario se recupera, puesto que permite a las empresas un acceso más rápido al crédito, reducir su dependencia hacia los bancos, e incluso lograr una mejor experiencia de usuario enfrente las no siempre sencillas relaciones entre pequeñas y medianas empresas y bancos.
Por su parte, los inversores que destinan una parte de sus ahorros o patrimonio al crowdlending acceden a un nuevo activo rentable, con un perfil de riesgo atractivo, accesible para todo tipo de inversores y, muy importante en el contexto actual de notables riesgos sistèmics globales, con una descorrelació respecto a los mercados de capital.
A unos y otras –pymes e inversores–, el crowdlending plantea también una nueva manera de concebir las finanzas, alineada con la creciente demanda de transparencia por parte del grueso de la sociedad. Y es que el tipo de interés de un préstamo solicitado a través de una plataforma de crowdlending no lo determina la fluctuante política comercial y de riesgos de una entidad de crédito, sino la simple oferta y demanda generada por cada operación.
En total, el crowdlending para empresas concedió el año pasado 13,7 millones de euros de crédito al estado español, consolidando un crecimiento interanual en los últimos ejercicios de la orden del 350%. En cuanto al Europa continental, en 2014 esta modalidad de financiación habilitó préstamos a empresas por valor de 93,1 millones de euros.
Las claves del crecimiento del crowdlending al Estado
A pesar de que el crowdlending ya cuenta con un largo recorrido en otros países como el Reino Unido o los Estados Unidos, se trata de una modalidad de acceso al crédito relativamente nueva en el estado, donde está haciéndose un agujero y ganando credibilidad a un ritmo considerable.
Por un lado, esta evolución responde a una presa de conciencia colectiva sobre la insostenible dependencia del crédito bancario de nuestro tejido de pequeñas y medianas empresas. Esta modalidad de crédito representa el 80% del total al que acceden las empresas españolas, una cifra inédita tanto a países anglosajones –donde el crédito no bancario predomina y representa entre un 70 y un 80% del total–, como países como Alemania o Francia, donde bordea el 50%.
De otra, la regulación del crowdlending por parte del gobierno español el pasado mes de abril –que entre otras medidas convierte la CNMV en supervisora de la actividad de las plataformas–, ha dado un gran impulso a esta actividad, percibida como más segura tanto para las empresas como por los inversores. Y, por último, este acceso alternativo al crédito ha recibido el apoyo de entidades públicas como por ejemplo ACCIÓN, la agencia para la competitividad de la empresa de la Generalitat, muy instrumental en la difusión y progresiva popularización del servicio de plataformas.
Las plataformas de crowdlending.
El funcionamiento de las plataformas de crowdlending es muy sencillo tanto para la empresa que quiere solicitar un crédito como para el inversor que quiere destinar una parte del suyos ahorros. Unos y otrosacceden vía web y reciben información en tiempo real sobre el decurso de todas las operaciones donde participan.