La capacidad de diferenciación
La competitividad se basa en la capacidad de diferenciación de las empresas. Cuando trabajas en estrategia empresarial aprendes rápidamente que no hay dos proyectos empresariales idénticos. Cada empresa es única y cada proyecto tiene que buscar su espacio en un entorno muchos golpes llevar y hostil, y ahora especialmente caracterizado para vivir cambios en velocidad de vértigo. La estrategia es hoy en día construir caminos sobre la mejor manera de ocupar este espacio "reservado para nuestra organización".
Es cierto que la competitividad residirá tanto en las empresas como en los entornos innovadores donde esta viva. Hay que ser conscientes de la necesidad de tener un ecosistema innovador y trabajar para su desarrollo.
Simplificando mucho, tenemos dos grandes perspectivas: Por un lado, la proveniente del análisis y las estrategias del entorno competitivo con, por ejemplo, el modelo de las cinco fuerzas competitivas de Portero y en segundo lugar, la que corresponde al análisis de la organización misma y de sus recursos y capacidades como fuente de ventaja competitiva, sostenible en el largo plazo.
En este sentido se sostiene que las organizaciones que disponen de recursos y capacidades más adecuados para competir en un sector, acumulados a lo largo de su historia, escasos, difícilmente imitables o sustituibles, dispondrán de ventaja competitiva.
Las organizaciones tienen que identificar, desarrollar, proteger y desplegar aquellos recursos y capacidades que tienen este "valor de ventaja competitiva sostenible". Son específicos de cada empresa, y no hay mercado donde adquirirlos. Son su identidad.
Conforman la identidad de una organización los sucesos vividos por la organización en el pasado, su historia o código genético pero también las limitaciones y oportunidades derivadas de su presente. Pero sobre todo el sueño sobre el futuro de la organización, su visión del espacio que desea ocupar. De acuerdo con Gary Hamel, el objetivo no es "especular" sobre que podría suceder en el futuro, sino imaginar qué podemos hacer porque pase. a Las empresas fracasan al crear futuros no porque no consiguen predecir, sino porque no consiguen imaginar.
Educar por competencias: un nuevo reto
Los elementos que intervienen en una estrategia de éxito son la definición del propósito y de los objetivos empresariales, el coneixement profundo del entorno competitivo, pero de manera capital la valoración objetiva de las propias suyas capacidades, competencias y recursos, proceso que creo también tiene que ser implementado en el ámbito personal.
Las competencias son un conjunto de capacidades que incluyen conocimientos, actitudes, habilidades y destrezas que una persona se consigue mediante procesos de aprendizaje.
Hoy vivimos inmersos en entornos de incertidumbre, de cambio constante, de complejidad creciente, y hace falta que todos seamos capaces de adaptarnos. Igual que pedimos a los otros agentes, necesitamos que el sistema educativo se adapte para ser capaz de ayudarnos a desarrollar nuevas competencias; habilidades relacionales, de trabajo en equipo, de comunicación , de liderazgo , de empatía, de saber gestionar la incertidumbre...
Ser capaz de diferenciarse, de entender y reforzar las mismas fortalezas es un reto que el mercado reclama constantemente a las empresas. Creo, pero, que lo tenemos que pedir también a las personas, a las organizaciones y quizás, más que nunca, en nuestro país.