Economista

Compartir es verde

20 de Junio de 2014
Enric Llarch | VIA Empresa
La huelga de los taxistas a varias ciudades europeas por la irrupción de la plataforma Uber como mecanismo para compartir viajes pone en evidencia una parte significativa de las dificultades con que se encuentra la implementación de prácticas de economía verde. Porque, y esto no ha sido basta remarcado, no se trata sólo de consumo colaborativo, de eventual competencia desleal o de economía informal.

Compartir viajes, como compartir alojamiento cuando haces turismo, compartir coche sin conductor o compartirlo casi todo son soluciones que generan menos impacto ambiental que no tener o utilizar cualquier producto o servicio  en exclusiva.

Para poner otro ejemplo más allá de Uber, podemos hablar de Social-Caro . Una plataforma en que propietarios individuales de un vehículo lo ofrecen cuando no lo tienen que utilizar a usuarios ocasionales que se lo quieran alquilar. Resuelto el tema del seguro con las compañías bastante flexibles para asegurar el vehículo, no el conductor, los propietarios de cada vehículosacan una rentabilidad adicional. Es bastante conocido que la depreciación de un coche no proviene sólo del uso que sehaga, sino de su antigüedad. Por lo tanto, para el propietario de un vehículo, para tenerlo parado un puñado de horas o de días a la semana, es mejor que se utilice intensivamente sin esperar que se deprecii, y se eche a perder, sólo por viejo.

 

Evidentemente, las compañías de alquiler de coches en este caso como los taxistas y transportistas en el anterior, se quejarán de competencia desleal. Ante el vacío normativo a la mayoría de figuras que buscan compartir productos o servicios , hay que asegurar primero que nada que se cumplen los mínimos de calidad . Pero a estas alturas, todo el que funciona por plataformas informáticas tiene en el apartado de valoración de los usuarios la mejor garantía que ningún servicio prestado de forma deficiente tendrá futuro en este esquema de funcionamiento..

Y, por otro lado, si hay transacción económica, sea para remunerar la plataforma o los prestamistas del servicio, habrá que incorporar mecanismos de fiscalidad. Pero en ningún caso el vacío legal o la generación de nueva normativa tiene que impedir la generalización del fenómeno de compartir, que casi siempre es más eficiente no sólo en términos ambientales, sino también económicamente. Y las actividades afectadas por las nuevas formas de consumo colaborativo tendrán que reinventarse para continuar siendo competitivas.