especializada en videojuegos, tecnología y tendencias digitales

Cuando un ordenador cuántico asusta

12 de Mayo de 2025
Gina Tost | VIA Empresa

Hace cuatro días, todo el mundo “hacía la ola”. La prensa nacional e internacional anunciaba con orgullo que Barcelona se había colado en la Champions de la computación cuántica. El Mare Nostrum 5, el ordenador más potente de Europa, estrenaba módulo cuántico gracias a la colaboración entre el Barcelona Supercomputing Center y una pequeña gran startup llamada Qilimanjaro. Un prodigio tecnológico a la altura de muy pocas empresas en el mundo, y resulta que una de ellas es de nuestra casa.

 

Qilimanjaro, liderada por la doctora Marta Estarellas, trabaja desde Barcelona con un equipo híbrido de científicos formados en todas partes —de la UPC a Yale— para conseguir un hito: poner la computación cuántica al servicio de la investigación, la salud, la industria y, sí, también del progreso europeo. Y ahora que han empezado a hacerlo realidad, parece que molestan.

La Fiscalía Europea ha abierto una investigación sobre la licitación del Mare Nostrum. Ninguna condena, ninguna prueba, ningún indicio de mala praxis. Sólo una sospecha. Una sospecha que, filtrada como es debido y justo en el momento adecuado, puede hacer mucho daño. Y el BSC es un barco grande, y aguanta. Pero Qilimanjaro es un optimista que apenas ha aprendido a navegar.

 

Y aquí viene el drama: ¿qué pasa cuando un país hace una apuesta estratégica por retener talento, crear industria de alto valor añadido y posicionarse como polo tecnológico… pero a la primera ola de envidia o desconocimiento, lo convertimos todo en un escándalo? ¿Quién gana con ello? El talento no espera. El talento vuela.

Porque la verdad acabará saliendo: ¿el proceso se hizo con garantías? Me cuesta mucho ponerlo en duda con una entidad como el BSC con tantos años de currículum a sus espaldas. 

Me gusta que el sistema público cuente con mecanismos de control, y evalúe todos los procesos, pero no colguemos el muerto cuando aún es sólo una carpeta abierta sobre una mesa.

"Quizás este es el verdadero reto cuántico: conseguir que nuestro entorno entienda que sin apuesta no hay innovación"

Y ya veréis: cuando todo este tema se cierre y termine con unas conclusiones que digan que todo ha ido bien y “aquí no hay nada que ver”, no llenará tantos titulares, ya veréis. Nos encanta un buen “salseo”, sobre todo si escala al ámbito europeo.

En nuestra casa tenemos un tesoro: una startup nacida del ecosistema catalán, con un pie en la investigación y otro en el mercado, que puede hacer lo que sólo hacen IBM o Rigetti.

Quizás este es el verdadero reto cuántico: conseguir que nuestro entorno entienda que sin apuesta no hay innovación, y que sin confianza no hay futuro. Si queremos que Barcelona sea una ciudad donde se pueda diseñar la tecnología del mañana, debemos cuidar a las empresas que la hacen posible hoy.