Efecto dominó?

31 de Enero de 2015
A los años de Henry Kissinger como secretario de Estado del gobierno de Nixon y de su sucesor Gerald Ford, un término popular como concepto geopolítico fue "el efecto dominó". Gracias a la osada apertura de la política exterior del Washington de aquellos tiempos del final de la guerra del Vietnam, el mundo empezó a cambiar. China inició un cierto revisionismo que, de ninguna forma, pudo controlar la "Revolución Cultural", y de entonces proviene una nueva escenografía internacional que acabó con el sistema soviético (efecto dominó) el 1989 y el renacimiento de China, donde, por cierto, los EE.UU. tenían entonces un embajador de lujo, ex ninguno de la CIA y años más tarde presidente de los EE.UU., George Bush, padre.

De alguna manera, aquella teoría se ha proyectado con la evolución económica mundial. Su efecto, la globalización , que ha roto todos los esquemas de la escenografía previa, la de la posguerra del 1945. La pesada crisis, tanto odiada como enganxosa, que soportamos deja ver algunos chispazos de este "efecto dominó". Un resfriado en la Europa del Este se encomienda al extremo occidental. Es decir, una Grecia enferma amenaza una pulmonia en los países del Suroeste del continente.

A la postre es el juego del centro y la periferia que teoritzà el grande pensador austríaco Wittgenstein, y a quien recorre a menudo a sus discursos el Papa Francesc Y ,cuando hace referencia a la problemática del que define como "las periferias". La razón del problema es que algo no va a la periferia de la UE, puede ser por defectos estructurales de sus economías o bien por el psico-caracteres de sus sociedades.

Que la crisis haya percudit más, económicamente y laboralmente, a la periferia de Irlanda, Portugal, España, Italia, Gràcia y Chipre que en el Centro Europa o al Norte continental tendrá algo a ver con la sociología. Polonia ha mejorado mucho, Alemania impera a la UE, Austria, permanece en su invariable estabilidad como también los daneses y los suecos, Francia en la medida que soporta una parte de esta periferialitat, arrastra graves problemas de sobrecostos del Estado y de sus programas de Bienestar; el que ellosdicen "el coste pesado de la política republicana". El paradigma de esta herida periférica y meridional de Europa lo propone Grecia. Ella es el problema por antonomasia, a pesar de que con su 2% del PIB de la UE no supone verdaderamente un problema europeo.

"El efecto modelo", pero, resulta preocupante, más todavía cuando la incultura política y la reacción impulsiva de la sociedad española ha engendrado una fuerza paralela de cristalización de voluntades políticas residuales cómo es el caso de Podemos versus Syriza. Esto que en Grecia no es más que un ensayo o experimento de laboratorio, en España tiene otra dimensión. España es ahora la cuarta economía del Euro, ha salido del rescate de su sistema bancario, su sostenibilidad económica es dudosa arrastrando un 23% de paro, y un miedo congénito al carácter "revolucionario" (?) de una izquierda juvenil universitaria que ha engatusado a una población desesperada, afligida gravemente por los recortes y la brutal política austericida de Merkel , auténtica ama germánica difícil de manegar.

Aquello que en Grecia no lo asusta, en España alarma; es por eso que Podemos se equivoca deslumbrándose con los éxitos de Syriza, y esto es así porque hasta ahora Podemos crea aceptación/aprobación social a partir de la denuncia, pero todavía tiene que conseguir estabilidad a la oposición política a partir de sus propuestas económicas, como le pasa al nuevo gobernando Alexis Tsipras, quien, con la rutilante aparición, ha provocado una implacable respuesta de los mercados y -¡atención!- de los mismos griegos, que están retirando sus depósitos monetarios de los bancos por el miedo de un hipotético "corralito" a la argentina.

En sólo cuatro días los depósitos bancarios han caído 11.000 millones de euros, y los bancos han perdido casi la mitad de su valor (según Bloomberg). La valoración conjunta de las entidades bancarias griegas que cotizan en Bolsa ha pasado de 19.300 a 11.600 millones de euros (un 43% menos). A la política, hacer no siempre se asimila al decir. Gobernar no es una imitación/reproducción de las campañas electorales, como diría el viejo profesor Tierno Galván. Si se anuncian ventas masivas de la deuda, si se avisa de una reestructuración con "leva" (quita), si se crea un ceremonial previo, a manera de prólogo, en contra de la memoria germánica (nazi) en el dominio griego...

Se pueden esperar aplausos y felicitaciones desde Berlín de la muy ahorradora Merkel? La Bolsa es fiel reflejo de una reacción a tanto idealismo apresurado. El ASNO –índice griego principal de la Bolsa- ha acumulado en tres días pérdidas superiores al 15%, y sólo el martes 26 se hundió un 9%. Qué se podía esperar? Si para afrontar la gobernación del país y cumplir los compromisos electorales de Syriza al desmantelamiento de las políticas de austeridad del gobierno precedente, fueron necesarios, otro golpe, 10.000 millones de euros en los próximos seis meses, de donde saldrá una cifra parecida, en un país industrialmente desarmado y con una pérdida del 25% del PIB nacional desde que empezó la crisis ?

Las instituciones financieras internacionales, los Estados europeos rescatarán por tercera vez en Grecia, cuando sus gobernantes, elegidos por el pueblo, miran de echar atrás las agujas del reloj? Triste historia en la Tierra donde nació la cultura de la Razón y de la Lógica. Peligroso paradigma por esos que han visto en Syriza el modelo de su futura gestión, en el supuesto de que los ciudadanos españoles dan su voto mayoritario a los mozos de Podemos, tan brillantes en su retórica como también legos a la praxis de la Economía. Atención al engañoso "efecto dominó".