La victoria
de la lista de Ada Coláis en el Ayuntamiento de Barcelona nos aconseja repasar cuáles son
sus prioridades programáticas en materia ambiental y de economía verde. De hecho, estos dos conceptos, especialmente el segundo, son prácticamente ausentes de la terminología usada en el programa que agrupa las medidas ambientales bajo
la denominación más tradicional de Ecología.
El
web del programa electoral dedica mucho esfuerzo a explicar cómo ha sido elaborado y los procesos de participación que se han seguido. Quizás por eso, bajo este epígrafe de Ecología encontramos una relación de medidas
poco ordenadas y de diferente relevancia, sin ningún hilo conductor aparente ni ningún objetivo global o parcial concreto.
Hay algunos objetivos acertados, como cuando se habla de "multiplicar la inversión en rehabilitación (energética?), empezando por los barrios más desfavorecidos, de tal manera que se genere así ocupación para las personas paradas de larga duración". Pero
sólo se trata de un buen propósito y no plantea ningún mecanismo de financiación ni ninguna fórmula para materializarlo. Hay iniciativas acertadas, pero siempre
poco concretas, como por ejemplo "implementar un plan de electrificación progresiva del
Puerto de Barcelona y un plan de control ambiental de obras de edificación para la limitación de partículas y ruido".
Quizás
la aportación más interesante de todo el programa es la de "crear un
operador energético verde integral" que tendría como "objetivos principales la promoción del ahorro (con medidas como la rehabilitación energética de los edificios), la promoción activa de la
autoconsumde energíasrenovables (especialmente la solar, tanto para el agua caliente cómo para la electricidad) y la compra pública de energías renovables de pequeños productores ecológicos locales." Esto último parece bastante inverosímil, pero disponer de un organismo, que tendría que ser publico-privado, que promoviera el ahorro y el autoconsum puede ser
un buen instrumento para avanzar más rápidamente en la consecución de estos objetivos.
También hay algunos casos paradójicos, como el epígrafe denominado "recuperar el agua como bien común" y no se llama nada en cuanto a medidas de ahorro y de optimización del
uso del agua más allá de una referencia tarifaria genérica para estimular el ahorro, precisamente un aspecto en el cual ya hace días que hemos llegado a unos límites más que razonables.
Hay alguna otra referencia nominal ambiental, como en el epígrafe que propugna "una fiscalidad municipal más justa y ecológica". Pero a la hora de concretarlo,
sólo habla de revisar las tasas y bonificaciones municipales desde esta perspectiva, sin concretar nada más.
Finalmente, aparecen algunas referencias, siempre genéricas, a un objetivo tan barcelonés como el de "promover una agricultura de proximidad y ecológica".
En resumen, el programa de la coalición ganadora en Barcelona ofrece
una visión más bien tradicional, o anticuada, de las problemáticas ambientales, concreta muy pocas cosas –más allá de hacer pasar el tranvía por la Diagonal, con la reducción de carriles que comporta-, no contempla ninguna iniciativa concreta para fomentar la resiliencia de la ciudad ante el cambio climático, no parece tener ninguna idea clara sobre la capacidad del Ayuntamiento para incidir en el tema ambiental a través de la fiscalidad, no menciona las empresas ni ninguna iniciativa de colaboración publico-privada prácticamente para nada,
no considera utilizar los mecanismos de mercado para impulsar comportamientos más sostenibles –la economía verde- y no demuestra tener ninguna visión estratégica ni a largo plazo para conseguir
unaciudad ambientalmente sostenible.
Ya sabemos que los
programas electorales dan por el que dan y que la confrontación con la realidad ayuda a poner las cosas en su lugar. El problema no es tanto de hacer propuestas más o menos utópicas, sino que se trata de un
discurso ambiental –ecológico- envejecido y de horizontes limitados. Aun así,
hace falta que damos un voto de confianza a una nueva fuerza política que pretende ser renovadora y esperamos ver como se desarrolla en materia ambiental durante los primeros meses para empezar a formarnos un juicio de valor más esmerado.