Aprender a programar mola. El aprendizaje de la programación desarrolla capacidades aplicables a todos los ámbitos de la vida. Estructurar la información, descomponer tareas complejas en una sucesión de tareas simples, entender los procesos iterativos, evaluar situaciones, reaprofitar soluciones, desarrollar el pensamiento lateral… podría seguir. Cuando aprendemos a programar no estamos aprendiendo sólo a programar sino que estamos programando para aprender otras muchas cosas.
Yoaprendí hace muchos años al instituto en un Sinclair ZX81 de 1K de memoria. En base de copiar programas en BASIC del manual de instrucciones y resolver problemas de matemáticas yo y cuatro flipats más acabamos programando rudimentarios juegos tipos Angry Birds que desaparecían al apagar el ordenador y la tele en blanco y negro a la que iba enganchado.
Ahora va diferente. Ahora los niños empieza a programar en la escuela primaria con 7 o 8 años y lo hacen en un iPad, un móvil o en una pantalla de ordenador mientras juegan con el Scratch, un lenguaje visual —atención a la palabra— y de manipulación directa creado por el MediaLab del Instituto de Tecnología de Massachussets que pone al alcance de todo el mundo la programación. Vais
a Code.org e independientemente de la edad y conocimientos que tengáis en unos 20 minutos de ejercicios ya seréis capaces de programar un Angry Birds. El lenguaje de programación Scratch está en la programación el que la Brownie Kodak fue a la fotografía a primeros del siglo XX.
Pero no todo el mundo que quiera aprender a programar tiene las mismas oportunidades. La OMS estima que en el mundo hay 285 millones de personas invidentes o con problemas de visión a los cuales los es imposible trabajar con herramientas de aprendizaje visual como el Scratch. Por eso investigadores y diseñadores de Microsoft de Cambridge (Reino Unido) han creado un lenguaje físico de programación que mediante bloques y conectores permite a los invidentes crear los programas de manera táctil. El sistema se denomina Project Torino y tiene como objetivo que los niños y niñas con problemas de visión puedan seguir con normalidad las clases de programación de la escuela. De momento el proyecto sólo está disponible a modo de prueba en escuelas seleccionadas de Gran Bretaña.
El pasado sábado por la mañana sentía al
Vía Libre de RAC1
el testigo de tres pianistas invidentes, de cómo aprendieron a tocar el piano, de que sienten cuando tocan, de como la música es por ellos una interfaz con el mundo que los rodea y como gracias a la músicapueden interactuar. Me imagino de aquí unos cuántos años escuchando unos ingenieros y diseñadores ciegos de nacimiento explicando cosas similares a la radio y pensando que el futuro también era esto.