Creativo y director estratégico de 1000friends

Está tu marca preparada para invertir en RSC?

21 de Mayo de 2013
Act. 31 de Enero de 2025
Josep Maria Batalla
Según el informe Edelman que analiza la interacción de los consumidores con las marcas en todo el mundo, el 88% de los consumidores creen que las empresas y sus marcas tendrían que tener una participación activa en la solución de los problemas sociales.

El compromiso de las empresas con la sociedad es una pata y sólo una, de la tan re-nombrada Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Las empresas están descubriendo despacio los beneficios, ya no sólo sociales que los supone este tipo de responsabilidad (imagen, impacto social, trabajadores contentos etc) sino también sus beneficios empresariales. Es decir, ventas.

Por eso, de un tiempo acá, casi todas las empresas, por un lado o por otra, están apostando para coger compromisos en temas de índole social, con el medio ambiente, con la investigación, apoyando a causas sociales, haciendo donaciones a los bancos de alimentos porque la gente pueda comer o en programas de voluntariado corporativo, etc, etc.

Otros, con una visión más empresarial, aprovechan este compromiso, como parte de su estrategia de promoción y lo dan a conocer en todo el mundo, presumiendo de marca buena, concienciada y comprometida. El objetivo sin duda, más allá del impacto social de sus iniciativas, es entrar al corazón del consumidor y convertirse en su marca preferida.

Y así vemos decenas de noticias remitidas y anuncios pagados a los medios, anunciando el compromiso de una marca, de patrocinios en actas sociales, de becas por estudios de apoyos a la integración laboral, de discapacitados trabajando en empresas con plena normalidad y de su esfuerzo con el tópico: "entre todos lo conseguiremos". Pero resulta, y sigo citando el informe Edelman, que el consumidor no es bobalicón y el 80% no se traga los mensajes de publicidad social de las marcas. Qué pena no? Y qué derroche de oportunidades. Porque nadie duda de las buenas intenciones de los compromisos sociales de las marcas, pero cuando intentan aprovecharse de los mismos para transformarlos de manera sutil, en estrategias para vender, las buenas intenciones estallan en mil trozos y las acciones pasan a ser un contenido de greenwashing que se vuelve en contra de la empresa.

Es evidente que, cada vez más, significar algo positiva y socialmente responsable es un valor claro y con impactodirecto en la línea de flotación del negocio y la imagen de la empresa. Pero, como todas las cosas, o se hace bien o es mejor no hacerlo.