Ahora que hemos estado pendientes de las pruebas de la PAU y que, recientemente, he tenido la oportunidad de participar en el programa Escuela y Empresa para orientar a alumnos de Bachillerato y de 4º de ESO, siempre les traslado una frase que he aprendido a lo largo de mi vida profesional: elige aquello que te apasiona. Fórmate toda la vida. Y no tengas miedo de equivocarte.
La vida profesional es larga y, a menudo, imprevisible. Pocas personas trabajan exactamente en lo que habían imaginado a los 17 años. Y no pasa nada.
Vivimos en un mundo que cambia a una velocidad vertiginosa: la irrupción de la inteligencia artificial, la robotización, el cambio climático o los nuevos modelos laborales están transformando profundamente el mercado de trabajo. Ante este escenario, muchos jóvenes (y también familias) se hacen preguntas inquietantes: ¿Qué debería estudiar? ¿Qué trabajos tendrán salida de aquí a 5 o 10 años? ¿Y si me equivoco?
La incertidumbre es grande, sí. Pero el mensaje debería ser claro y tranquilizador: elige lo que te gusta, fórmate continuamente y no tengas miedo a cambiar de rumbo. El futuro no está escrito. Y esto, de hecho, es una gran oportunidad.
"El futuro no está escrito. Y esto, de hecho, es una gran oportunidad"
En las sesiones con alumnos, a menudo les digo: “No os preocupéis. Vuestro futuro profesional seguramente aún no existe tal como lo imagináis hoy.” Y no es ninguna frase vacía. Según el World Economic Forum, más del 60% de los jóvenes acabarán trabajando en profesiones que aún no se han inventado.
Mientras tanto, muchos sectores se están transformando radicalmente: salud digital, energías renovables, movilidad inteligente, logística verde, economía circular, contenidos digitales, ciberseguridad, inteligencia artificial… y la lista es larga.
Lo que las empresas (y la sociedad) buscan, cada vez más, son personas que sepan pensar, trabajar en equipo, resolver problemas complejos, adaptarse a los cambios, tener criterio y comunicarse bien. Las habilidades técnicas cambian. Pero estas habilidades transversales son imprescindibles en cualquier futuro.
Por eso, el foco ya no es solo “qué has estudiado”, sino “qué sabes hacer y cómo continúas aprendiendo”. Es la era del lifelong learning: formación continua, microcredenciales, aprendizaje práctico, flexibilidad y conexión con el mundo real.
También están apareciendo titulaciones híbridas que combinan disciplinas: bioinformática, ciencia de datos, humanidades digitales, ingeniería biomédica, diseño de experiencias digitales… Y, a la vez, la formación profesional especializada ofrece salidas muy potentes en campos como los videojuegos, los drones, la sostenibilidad, la cocina saludable o la energía solar.
No hay un único camino correcto. Universidades, formación profesional, grados híbridos, emprendimiento, prácticas, aprendizaje online... Lo importante es avanzar, crecer y construir un perfil propio y único.
Cinco consejos para orientarse en tiempos de incertidumbre:
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Elige lo que te gusta. No hay nada más potente que una pasión bien enfocada.
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No te bloquees por “tener salida”. El mercado cambia tan rápido que las salidas de hoy pueden no existir mañana.
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Aprende a aprender. Esta es, probablemente, la competencia más importante del siglo XXI.
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Combina conocimiento y actitud. El talento es tanto técnico como emocional.
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Fórmate siempre. El primer grado o ciclo es solo el punto de partida de un viaje largo y apasionante.
Vivimos un momento apasionante. Incierto, sí, pero lleno de oportunidades. Se necesitan nuevos perfiles, nuevas miradas, nuevas soluciones para retos globales. El mundo necesita jóvenes formados, curiosos, resilientes, valientes y con valores.
Por eso, ante la presión de “triunfar” o de “no equivocarse”, hay que quitar hierro, respirar y confiar en el propio instinto. El futuro no es una apuesta única. Es un camino que se va haciendo con pasos, desviaciones, nuevas estaciones y, sobre todo, con ganas de aprender constantemente.